Cómo comer sin culpa

“-¡Después de navidades me pongo a rajatablabla con la Dieta!”

Quizás nadie te lo haya dicho, pero este pensamiento tan común y que tanto deberíamos de evitar, es el que nos hace comer sin control, desconectarnos de nuestras señales de hambre y saciedad, y comer desde la culpa y no el disfrute. Así que siento decirte, que si este es uno de tus propósitos para este nuevo año, esto no funciona así porque el cuerpo no entiende de extremos y necesita un equilibrio.

Todas las personas nacemos con la habilidad de saber cuánto y cuándo comer. El hambre y la saciedad son aspectos que vienen integrados en nosotros de manera innata, pero a media que va pasando el tiempo nos vamos desconectando de ellos, bien sea por tantas normas alimentarias, horarios marcados, creencias limitantes, industria alimentaria o cánones de belleza poco realistas que nos presionan. Cuando somos bebés lloramos cuando tenemos hambre y cerramos la boca cuando estamos saciados, tenemos una capacidad congénita de escuchar esas señales, solamente tenemos que resetear las creencias que nos limitan y darle a nuestro cuerpo lo que necesita reconectando con él.

Una de las herramientas más poderosas que podemos aplicar en el día a día para empezar a reconectar con esas señales internas es la “Alimentación consciente”, pero para ello debes de saber que es “la cultura de la dieta”, y alejarte de ella.

La cultura de la dieta

Sé que muchas de las personas que estáis leyendo este artículo, habéis experimentado de alguna manera u otra, la culpa por comer y el ciclo interminable de compensaciones y de dietas. “La cultura de la dieta” es la responsable de esto, una cultura basada en un sistema de creencias donde lo más importante es el aspecto físico y no la salud.

Hoy en día hay una cantidad de estudios que nos demuestran que las dietas no funcionan a largo plazo, no son sostenibles y son muy dañinas tanto para nuestra salud física como mental. La delgadez no es sinónimo de salud y es esencial comprender que nuestra salud forma parte de un conjunto integral que requiere un estilo de vida saludable: alimentación saludable y nutritiva, ejercicio físico, buen descanso, correcta gestión del estrés , entre otros.

Pero no te culpes por querer perder peso a toda costa, este pensamiento simplemente refleja la manera en que has aprendido a afrontar el estigma asociado al peso que nos rodea.

A mi consulta de nutrición llegan diariamente nuevas personas con el objetivo principal de pérdida de peso sin ver más allá. Y con cada nuevo paciente, siempre pregunto lo siguiente:

-¿La manera que tienes de alimentarte te hace sentir bien? ¿Te levantas con energía todas las mañanas? ¿Cómo descansas? ¿Tienes buena relación con la comida? ¿Le das a tu cuerpo todos los nutrientes que necesita? ¿Sabes hacer una compra nutritiva leyendo las etiquetas? ¿Tus platos son completos, variados y equilibrados? ¿Cómo están tus analíticas? ¿Llevas un estilo de vida que te hace sentir bien tanto física como mentalmente?

Preguntas que me parecen sumamente importantes ya que nos encontramos muy inmersos en la carga negativa asociada al peso y en esa narrativa que nos han inculcado, la cual nos hace creer erróneamente que al perder más peso, alcanzaremos una mayor felicidad. Hasta el punto de descuidar lo verdaderamente importante.

Alimentación consciente

Para lograr unos hábitos saludables teniendo una buena relación con la comida es fundamental salir del círculo de dietas al que nos ha derivado la “cultura de la dieta” de la que hablábamos anteriormente.

La alimentación consciente es una de las herramientas más poderosas que existe para reconectar con nuestro cuerpo y darle lo que realmente necesita. Nos hace entender que es tan importante lo que comemos, como la manera en la que comemos y todo lo que está a nuestro alrededor. Esta práctica nos hace reconectar con nuestras sensaciones, emociones y señales internas.

¿Cómo empezar a llevar una alimentación consciente?

  • Atención plena: consiste en estar presente en el momento mientras comemos, disfrutando de cada bocado, prestando atención a las señales de nuestro cuerpo y evitando distracciones. Al adoptar esta práctica, nos liberamos del piloto automático del día a día que a menudo nos lleva a comer en exceso o de manera impulsiva.
  • Señales corporales: Reaprende a escuchar las señales sabias de tu cuerpo que llevan años Rompe con las reglas establecidas y confía en tu cuerpo ya que te guiará hacia un equilibrio. Dale el tiempo que necesitas para volver a comunicarse contigo.
  • Elimina la culpa: La alimentación consciente nos libera de la culpa asociada a ciertos En lugar de categorizarlos como “buenos” o “malos”, nos hace entender que podemos disfrutar de todos los alimentos con moderación y equilibrio. Cuando eliminamos la culpa nuestra relación con la comida mejora ya que comemos con permiso cuando realmente nos apetece y aprendemos a escuchar lo que le hace bien a nuestro cuerpo.

La culpa y su impacto en la salud mental

 Sentimos culpa por comer porque vivimos en una sociedad que nos ha enseñado ciertas normas sobre la comida y nos sentimos mal si nos las “saltamos”.

Para empezar a comer sin culpan debemos de interiorizar que todos los alimentos pueden tener lugar en un estilo de vida saludable.

Para comer desde el permiso y acabar con la ansiedad que nos genera comer ciertos alimentos, debemos de eliminar las compensaciones y los castigos. Pensamientos como: “luego no ceno” “mañana lo quemo con más ejercicio” “la última vez” “me he pasado mañana ayuno” …

Este tipo de compensaciones y restricciones solo hacen que entres una y otra vez en el ciclo de Dietas, así que en lugar de eso, escuchemos a nuestro cuerpo, disfrutando de la comida de una manera consciente. Al aprender a apreciar la comida de manera variada y equilibrada, podemos liberarnos de la culpa y construir una relación más saludable con la comida, manteniendo buenos hábitos de manera sostenible.

Estilo de vida saludable

Para construir una relación positiva con la comida, es necesario conocer la idea de equilibrio y compasión hacia nosotros mismo. No deberíamos de etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos”, en lugar de seguir unas reglas estrictas deberíamos de aprender a llevar una alimentación variada, equilibrada, nutritiva y deliciosa. Ya que ni una manzana va a hacer que seamos personas más saludables, ni un cacho de chocolate va a hacer que lo seamos menos.

La salud forma parte de un conjunto integral que se forma día a día con tus hábitos y lo esencial es el equilibrio a lo largo del tiempo. Variedad y equilibrio en tus elecciones alimenticias.

Recuerda con esto, que cada cuerpo es único, y no hay una talla única que se ajuste a todos. Asi que, en lugar de buscar la perfección, enfoquémonos en avanzar hacia una vida más saludable y feliz.

Lucía Perez Urruticoechea Dietista especializada en TCA

Recursos de la mediateca que te pueden servir de ayuda:

Elige nutrirte: Una guía consciente para aprender a alimentarte sin hacer dieta

Vídeos de Amaia Barrena contando su experiencia sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria:

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