En el año 1968 el psicólogo Robert Rosenthal, junto a la directora de escuela Jacobson iban a realizar uno de los experimentos más relevantes de la psicología educativa actual. Iban a probar como las expectativas, es decir,  la confianza que depositan las diferentes personas que rodean a los niños y niñas, influía en los resultados académicos y en el desarrollo infantil.

El experimento. El efecto Pygmalión

Robert Rosenthal era un psicólogo de Nueva York que investigaba como las expectativas de las personas investigadoras influían en los resultados de sus experimentos. Lenore Jacobson era una directora de colegio  al día de los avances que se realizaban en varios campos científicos, entre ellos, estaba al día del trabajo de Rosenthal. Así, decidió contactar con él para proponerle realizar un estudio para ver si correlacionaba la confianza que se ponía en el alumnado en sus resultados académicos.

Ni corto ni perezoso, Robert Rosenthal, una vez que habló con Lenore Jacobson se trasladó a California e inició la investigación.

En un inicio pasó un simple test de capacidades verbales a todos el alumnado y con unos resultados estandarizados escogió una muestra de alumnos/as dentro de la media de todo el alumnado.

Al profesorado les dijo que habían pasado un test muy novedoso, capaz de medir la potencialidad del alumnado, y que habían visto que había una muestra de alumnos/as con una potencialidad superior. En realidad, eran alumnos/as que estaban dentro de la media de capacidades. De esa forma, les estaban otorgando a esos alumnos y alumnas una mayor confianza por parte del profesorado y se convertían en el grupo experimental. El resto del alumnado serían el grupo control.

Después del periodo académico que duró la investigación el alumnado del grupo experimental habían mejorado sus calificaciones, sus profesores/as hablaban mejor de ellos/as que del resto y lo más significativo, se repitió el test y subieron sus capacidades verbales. Rosenthal y Jacobson habían probado que la confianza en un niño o niña mejora sus resultados.

El efecto Golem

Claro está, el efecto Pygmalión también funciona a la inversa. Si ponemos poca confianza en un/a niño/a, conseguiremos que empeore sus resultados. Propiciando que el mismo niño o niña no confíe en sí mismo/a. Esto es algo lógico si lo pensamos, ¿Quién puede hacer algo sin confianza?  Si estamos en un trabajo en que nuestro jefe o nuestra jefa no cree en nosotros/as, lógicamente, es más probable que hagamos mal el trabajo. A los niños y niñas les pasa lo mismo, si su entorno no cree en ellos/as, bien sea padres, madres o profesorado, su rendimiento disminuirá y lo que es más preocupante, su desarrollo neuronal se verá influido negativamente.

El profesorado que no confían en un alumno o una alumna van a tender a preguntarles menos, a dar menos tiempo para la respuesta, a usar una comunicación no verbal que delatará la falta de confianza. Todo ello hará que le expectativa negativa, es decir el efecto Golem, haga que empeoren los resultados.

Implicaciones del experimento en la familia

Si pensamos que la confianza en la escuela puedan influir en los resultados, imaginemos como puede influir la confianza de las personas de referencia, los padres y madres, en los niños y niñas.

La confianza de los padres y madres va a dotar de una herramienta fundamental a los niños y niñas en su futuro como es la autoestima, que no es más que la confianza que van a tener en ellos mismos y ellas mismas nada más y nada menos que el resto de su vida. Los psicólogos y psicólogas sabemos bien que la autoestima es como un idioma, si se aprende de niño/a lo obtendrás de una manera fácil, pero si lo tienes que aprender de más mayor, cuesta mucho más y es probable que nunca la tengas del todo desarrollada.

Trabajar la autoestima en edad adulta es mucho más costoso que en la infancia.

Por tanto, es muy importante, y además se ha demostrado empíricamente que dotemos a nuestros niños y niñas de confianza desde la familia y desde la escuela, ya que ello va a redundar en mejores resultados académicos, así como en mayor desarrollo de sus capacidades-

Como hacer que nuestros pequeños ganen confianza

Después de ver cuan importante es la confianza, vamos a necesitar consejos para hacer que suba la confianza en nuestros pequeños y pequeñas. Aquí recojo  co8nsejos clave.

1. Dedicarles tiempo de calidad. Los niños y niñas van a necesitar enseñarnos lo que saben hacer, hablar con nosotros y que seamos sus espejos donde reflejarse, donde comprobar sus progresos. Si no pasamos tiempo con ellos van a adolecer de este tiempo, tan necesario para que les mostremos nuestra confianza.
2. Tener paciencia con ellos y ellas. Los niños y niñas no nacen sabiendo y hay cosas que les va a llevar un tiempo aprenderlas, pero para eso hay que dejarles hacer. Cortar con el cuchillo, acabarse el plato, peinarse, hacer los deberes y un sinfín de actividades. Será necesario tener paciencia, confiar en que poco a poco van a ir consiguiendo mejorar. No querer que hagan las cosas como nosotros desde el primer minuto
3. Hacerles preguntas y pedir su opinión. Será importante hacerles ver que contamos con su opinión, preguntarles por diferentes cuestiones y escuchar su respuesta con atención. De ese modo se verán a sí mismos como seres relevantes para nosotros/as y les ayudará a crecer en autoestima.
4. Responder sus preguntas y aplaudir su curiosidad. Como en el libro del principito, los niños preguntan y no pararán hasta obtener una respuesta. Esto es algo muy positivo, ya que sacian su curiosidad y además estamos atendiéndoles. Pero hay que responderles, aunque sea haciéndoles también una pregunta a ellos/as.
5. Alabar su esfuerzo, no si gana o si pierde. El ganar o perder será algo pasajero, pero no hay duda que si se fomenta el esfuerzo, los resultados acabarán llegando y estaremos fomentando la superación. Hoy en día, quizás, nos estamos enfocando en el todo o nada, en el ganar o perder y en el error está el aprendizaje y el crecimiento. Por tanto, fomentarlo será crucial para su crecimiento personal.
6. Felicitar de manera completa cuando consigan algo. Hay veces que no se felicita o se felicita a medias cuando se consigue algo. Has sacado un 8 en el examen, felicidades pero podrías haber sacado un 9. De esta manera estamos creando una eterna insatisfacción, estamos emulando la fábula del burro y la zanahoria, en que nunca conseguirá su objetivo en la vida.
7. Fomenta sus relaciones sociales y regula las pantallas. En las relaciones sociales existe un crecimiento importante en todos sus aspectos personales, en cambio en las pantallas se van a ir cerrando a un mundo artificial. Si tienden a las pantallas se encontrarán sin herramientas sociales y sin confianza en un futuro.
8. Marca límites pero sin autoritarismo, desde el amor. Los límites son absolutamente necesarios para los niños/as, saber hasta donde pueden llegar y hasta donde no, y padres, madres y profesorado somos los responsables de marcarlos, eso sí, desde la enseñanza, desde el amor. De esa forma quedarán mucho más fijados.

Un niño o una niña nace con una potencialidad y con una capacidad determinadas, pero¿ hasta donde puede llegar su capacidad? ¿dónde está su límite? ¿Quién puede afirmar lo que podrá o no podrá hacer? Sin duda si le dotamos de mayor confianza, con unas expectativas a su alcance y hacemos crecer su autoestima, conseguiremos que pueda llegar más lejos en este viaje por la vida que inicia, y no me refiero a nivel profesional, me refiero a crecimiento y desarrollo personal.

Jordi Martínez, psicólogo

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