¿Cómo podemos prevenir la depresión en nuestras hijas e hijos?

Normalmente, cuando pensamos en depresión la asociamos con una enfermedad mental que afecta básicamente a los adultos. ¿Cómo va a haber niños, niñas o adolescentes con depresión? Tamaño error si nos fijamos en la prevalencia, es decir, en el número de casos afectados. Un  2%. de los niños y niñas la padecen, pero en adolescentes aumenta al 5 %. Y lo que es más preocupante, menos de la mitad van a ser atendidos correctamente, es decir, muchas veces no se llega ni siquiera  a detectar. Hay que decir, que los síntomas cambian algo respecto a las personas adultas, punto que vamos a intentar explicar en el artículo.

Por tanto, se hace fundamental que padres, madres y personas tutoras la conozcan, para poder detectarla y ofrecer al menor una ayuda adecuada. La depresión es por tanto es una enfermedad que afecta de manera importante tanto a niños, niñas como a adolescentes. Los síntomas de la enfermedad son lo suficientemente desagradables e invalidantes para provocar daño no únicamente mientras se sufre, ya que puede tener otras enfermedades asociadas como anorexia o consumo de tóxicos, sino a lo largo de la vida. Además hay que tener en cuenta el riesgo siempre latente del suicidio ante este tipo de casos.

El suicidio se encuentra actualmente entre una de las primeras causas de muerte en adolescentes, con una tendencia creciente si recogemos las tentativas, ideación suicida y conducta autolesiva. La depresión está como uno de los factores de riesgo.

Síntomas de la depresión infantil y adolescente

En primer lugar, es muy importante diferenciar la depresión de la tristeza. Ésta es una emoción adaptativa, que sirve a los niños, niñas y adolescentes para salir de una situación desagradable, y siempre durante breves periodos. En cambio la depresión sería una alteración muy grave del estado de ánimo, de más larga duración que la tristeza y que está caracterizada por otros síntomas que vamos a ver detalladamente en función de la edad en el siguiente cuadro explicativo:

  • Menores de 7 años. El síntoma más frecuente es la ansiedad con manifestación de irritabilidad, rabietas, llanto inmotivado, quejas somáticas (como cefaleas o dolor abdominal), cansancio excesivo, o perdida de interés por el juego. También puede tener asociadas fobias, como no querer ir al colegio, o encopresis o enuresis (falta de control de esfínteres).
  • De 7 años hasta el inicio de la adolescencia presentarían síntomas en 3 esferas: a) esfera emotiva y conductual. Con irritabilidad, agresividad, agitación, astenia, apatía, tristeza, aburrimiento, culpabilidad e ideas de muerte. b) esfera cognitiva y escolar. Baja autoestima, falta de concentración, disminución del rendimiento escolar, fobia escolar, trastorno de conducta en la escuela y dificultades en la relación entre iguales. c) esfera somática. Cefaleas, dolor abdominal, trastorno del control de los esfínteres, trastorno del sueño (insomnio o hipersomnia) y bajo peso.
  • Adolescentes: Este colectivo se caracteriza principalmente por perdida de interés (apatía) e incapacidad para experimentar placer (anhedonia). Además pueden presentar conductas negativistas y disociales, abuso de alcohol y sustancias, irritabilidad excesiva, inquietud, mal humor constante, agresividad, hurtos en casa o fuera, deseo o intentos de fuga, aislamiento, descuido del aseo personal, tristeza y pensamientos de suicidio.

Por tanto, si tenemos a un niño, niña o adolescente con irritabilidad excesiva, entre otras cosas, nos tiene que poner alerta. En personas adultas es diferente, se caracteriza por un vacío emocional, que a veces se confunde con la tristeza. Es lógico pensar en porque les sucede así a los menores, ya que no tienen tanto control emocional como los adultos y lo canalizan hacia la irritabilidad.

Tipos de depresión

Los síntomas que hemos relatado forman un continuo que engloban todos los trastornos depresivos que pueden variar en intensidad según su forma. Pueden ir desde una tristeza común hasta las formas más graves de depresión mayor. Será importante ubicarnos en qué grado de depresión o tipo tiene el menor:

  • Estado de tristeza. Es una situación concreta que genera temporalmente un estado de tristeza, como puede ser la muerte de una mascota, calificaciones escolares, la muerte de un abuelo/a o simplemente un estado sobrevenido sin aparente causa. Ante un estado de tristeza será importante abrir vías de comunicación para entender que está generando la tristeza y que el simple estado, que debe ser adaptativo, no cobre más fuerza. Normalmente va a durar un periodo concreto, sin excederse en el tiempo.
  • Trastorno adaptativo. Es el siguiente estado, en el que existe una causa clara que lo genera y persiste, como puede ser un conflicto familiar, depresión en adultos, duelo en adultos, etc. La causa que lo ha generado ha cobrado fuerza y el niño no puede salir de la tristeza e irritabilidad, a pesar de que haya pasado algún tiempo considerable. En este caso se hace necesaria ya la intervención profesional.
  • Trastorno depresivo no especificado o episodio depresivo breve. Es un estado depresivo en el que al menos está presente uno de estos síntomas: tristeza, irritabilidad o anhedonia (incapacidad de sentir placer), asociado a otros 3 síntomas de la depresión mayor. En este caso, no está la causa suficientemente clara y si el estado.
  • Trastorno distímico. Es un tipo de depresión más silenciosa y parece que más atenuada, aunque persiste en el tiempo. A veces se puede confundir con la personalidad de la propia persona, pero hay que estar muy atentos ya que tendrá los síntomas de la depresión pero atenuados y persistentes en el tiempo, cosa que puede hacernos pensar en que
  • Trastorno depresivo mayor. Es el cuadro más grave de depresión en que vamos a ver síntomas afectivos, físicos y cognitivos. Le va a afectar de manera grave, y suele ser el más visible, ya que se produce un cambio repentino que afecta a todos los planos de la vida.

Consejos para ayudar en la depresión infantil

 En primer lugar, ante el menor atisbo de duda, hay que consultar con un profesional para saber si estamos ante algo en la que es necesaria la intervención. Esperar puede hacer que vaya a más y sea contraproducente. En cualquier caso, vamos a dar algunos consejos que pueden venir bien a nivel general:

  • Para el comportamiento agresivo o la ira será importante rechazarla de una manera constructiva y firme. Validando la emoción pero sin entrar en ella. Eso le irá permitiendo entenderla.
  • Para el apetito o para el sueño intenta preparar sus comidas favoritas, favorece al mismo tiempo un buen ambiente en la mesa y crea un buen clima para antes de dormir. En ningún caso, le obligues a comer o a dormir.
  • Pérdida de interés y tristeza. Prepara una actividad diaria que le pueda motivar, ya sea un juego, una película, una visita a algún sitio. Cuenta con la opinión y el consejo del niño para decidirla.
  • Ansiedad y temores. Crea un espacio de diálogo en que pueda hablar de sus temores libremente, validándolos y permitiéndole entrar en ellos.
  • Dificultades de concentración. Crea un entorno tranquilo en que el niño pueda concentrarse y habla con sus educadores/as, explicándoles lo que está pasando para que reciba una ayuda extra a nivel escolar.
  • Ideas negativas sobre sí misma, autoestima baja. Pídele al niño/a que relate, si puede que lo escriba lo que piensa de sí mismo/a, verbalizándole puntos de vista diferentes, haciéndole ver que porque piense algo de sí mismo/a, no tiene por qué ser cierto y encauzándole a verse más positivamente.
  • Problemas contextuales. Si está sometido a un problema como un divorcio, problema escolar tipo bulliying u otra cosa que le esté afectando, incidir sobre el problema intentando no minimizarlo o eliminarlo, contando con el/la menor en todo el proceso.
  • Diálogo. Crear espacios de tranquilidad en que se permita al niño/a o adolescente expresarse libremente, sin ser censurado por sus emociones o sentimientos, validándole.
  • Si la depresión no remite o vemos ideas suicidas, consultar con un profesional inmediatamente.

Jordi Martínez, psicólogo

*Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022)

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¿Cómo podemos prevenir el suicidio en la adolescencia?

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