¿Quieres la fórmula para conseguir una convivencia familiar sana e inteligente?

Todas las familias quieren una “fórmula” para conseguir una convivencia familiar sana e inteligente, para poner límites de manera adecuada, para negociar, para ejercer una disciplina en positivo, para querer a sus hijos e hijas incondicionalmente, para gestionar los conflictos cotidianos con sabiduría, para no alterarnos, para fomentar su autoestima y su responsabilidad, para confiar y respetar su autonomía… Son objetivos educativos que cualquier familia quiere cumplir.

En la búsqueda de esa “formula”, a las familias llegan numerosas referencias de cómo educar a sus hijos e hijas. Referencias en ocasiones contradictorias, sin base científica, construidas sin apenas rigor experiencial. Al consultar en internet, al leerte un libro o un artículo sobre cómo educar, pueden ocurrir varias cosas. En concreto:

1-Se puede llegar a recomendar una pauta educativa y la contraria.

2- Las recomendaciones están plagadas de “mensajes correctores”, informaciones centradas en lo que no deben hacer las familias, no en lo que se puede hacer.

3- Algunas informaciones que llegan a las familias las tildan de “vendehumos”, repletas de un lenguaje genérico (y a veces excesivamente técnico) que no ayuda a bajar a tierra, que no facilitan el cambio en las prácticas educativas en el día a día.

Las familias cada vez demandan a los profesionales claridad a la hora de ofertar herramientas que mejoren su convivencia, herramientas que sean lo más divulgativas y prácticas posibles y cuya eficiencia esté demostrada con evidencia empírica.

FAMILIAS INTELIGENTES es propuesta de intervención que ha funcionado con eficiencia en miles de hogares, durante casi 30 años que se lleva aplicando. Es una intervención para fomentar una convivencia familiar inteligente que tiene las siguientes características:

UNIVERSAL: puede resultar de utilidad a una cantidad muy diversa de personas y familias, tal y como se configura ahora nuestra sociedad. La propuesta se adapta a cualquier tipo de familia, a cualquier problemática educativa y psicológica y a cualquier edad a partir de tres años. Se ha probado en diferentes países, diferentes culturas, diferentes núcleos de convivencia familiar.

SISTEMATIZADA: puede recoger información antes, durante y después de los procesos de intervención con las familias. Una recogida de información que facilite los procesos de toma de decisiones con la prioridad de mejorar la convivencia en cualquier parte del proceso.

DIGITALIZADA: a través de la Plataforma de Habilmind, las familias y profesionales que trabajan con familias tienen a su disposición de una manera rápida este proceso evaluativo para una convivencia familiar inteligente.

SENCILLA y VISUAL: una forma de intervención, de evaluar la convivencia familiar asequible a cualquier familia, usando un lenguaje cercano, divulgativo y exento de tecnicismos. Se pretende que la psicología se convierta en algo que tenga una influencia real en el bienestar y en la felicidad de las personas y las familias.

POSITIVA: las familias tienen la oportunidad de detectar sus fortalezas educativas, y así potenciar estrategias motivacionales que favorezcan los cambios para una mejora de la convivencia. Todas las familias pueden mejorar.

PREVENTIVA: no sólo ayuda a solucionar los conflictos actuales y cotidianos de cualquier convivencia, sino a prevenir y anticipar. La conducta anticipatoria es una conducta inteligente, ya que ayuda a prevenir desajustes psicológicos futuros y problemas en cualquier contexto social.

FAMILIAS INTELIGENTES tiene como marco la parentalidad positiva. En 2006, el Consejo de Europa acuñó el concepto de Parentalidad Positiva. En concreto, lo define así:

El ejercicio de la parentalidad positiva se refiere al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”.

La parentalidad positiva busca modelos de intervención que centren su actuación en esta definición. En nuestro modelo de CONVIVENCIA FAMILIAR INTELIGENTE, con la herramienta del semáforo inteligente a la cabeza, cumple punto por punto las diferentes dimensiones de la parentalidad positiva:

–      al comportamiento de los padres:  la conducta de los padres y madres, sus habilidades parentales son claves. Si un menor tiene problemas de comportamiento, es importante mirar primero al mundo adulto, ayudar a las madres y padres a fijarse en lo que hacen, a centrar la mirada en sus habilidades. Siempre hay que ofertar herramientas educativas al mundo adulto, y el semáforo inteligente lo hace a través de sus habilidades parentales.

–      en el interés superior del niño: busca el bienestar de los menores, en primer plano. Se pretende construir las condiciones para que puedan ser responsables, para que puedan expresar sus emociones, para que se puedan desarrollar de forma integral. Queremos que cuando haya problemas en la convivencia, cuando hay conflictos, no se señale al niño o a la niña, ni que sea el foco de intervención. El semáforo inteligente pone el foco del cambio en el mundo adulto para fomentar el bienestar y la salud de los menores.

–      que cuida, desarrolla sus capacidades: cuando nace un hijo o hija es un ser totalmente dependiente, y la educación consiste en conseguir que sean independientes. En este proceso es importante potenciar sus capacidades ajustadas a su etapa evolutiva. El paso de colores en el semáforo inteligente lo facilita.

–      no es violento: ya que se basa en buenas prácticas alejadas del castigo, los gritos, las amenazas o la violencia. Se aportan herramientas educativas que equilibran el ejercicio de poner límites y de gestionar los conflictos cotidianos sin perder de vista el plano emocional. Las habilidades parentales del semáforo inteligente pretenden ser amables con las emociones, pero coherentes con las conductas, sin recurrir a chantajes, manipulaciones, castigos…

–      ofrece reconocimiento y orientación: los padres y madres son los guías de sus hijos e hijas, son los protagonistas del cambio y la mejora de la convivencia. Deben aprender a ser guías fiables, predecibles, disponibles. El semáforo inteligente es una herramienta que les ayuda a ejercer de guías.

–      incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño: cuando un menor tiene una ilusión, son los padres y madres los que ponen límites a esa ilusión. A la ilusión se le pone un color, porque no todo puede ser SI, ni todo puede ser NO. Hay que saber encontrar el equilibrio en los colores de la convivencia.

En resumen, estamos ante un programa de intervención de ejecución fácil, amena y comprensible; está diseñado desde la experiencia acumulada de mucho trabajo con familias, niños y niñas; puede resultar de utilidad a una cantidad muy diversa de personas y familias, tal y como se configura ahora nuestra sociedad; y que aporta una metodología que pretende, sobre todo, ayudar a las familias a prevenir problemas relacionados con su salud y su bienestar psicológico, con el objetivo final de que, los niños, niñas y adolescentes, en definitiva, sean buenas personas.

Y nos queda un reto. Buscar evidencia científica de que esto es así. La Universidad de Deusto, a través de su equipo FAMILYPSYCH, está investigando nuestra metodología. Necesitamos padres y madres que quieran colaborar en la investigación, con la idea de que un futuro cercano pueda ser útil para muchas familias ¿Te animas?

Antonio Ortuño. Psicólogo clínico infantojuvenil 

Materiales de la mediateca que te pueden servir de ayuda:

Familias inteligentes

 

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