¿Qué se puede esperar en la etapa 1- 2 años?

Los bebés llegan a este “mundo” con cierta “fragilidad”. De hecho, somos la especie más inmadura al nacer. Necesitamos crear rápidamente vínculos de apego para lograr una nueva “envoltura protectora” que nos dé seguridad y nos permita sobrevivir. Por ello, las recién nacidas, aunque ya están fuera del útero materno, necesitan cuidados muy cercanos, continuos y ajustados. Así, a medida que pasan los meses, logran sentirse seguras, crecen, sus conexiones neuronales se multiplican y van ganando más destrezas. Para ello, necesitan una protección cercana y poder explorar progresivamente. La relación con sus personas cuidadoras, las rutinas y el juego son fundamentales. A partir del año, siguen necesitando esto también, van cogiendo un poco más de distancia de sus cuidadoras y hacen avances considerables. Todo ello siempre que estén en entornos seguros, puedan ir explorando, tengan unas normas protectoras, mucho afecto y tiempo de relación.

A veces, dudamos de qué puede ir pasando en cada etapa o cómo se espera que sea su desarrollo. Qué pasa primero y después, a qué edad más o menos hacen esto o lo otro, cómo estimularles o cómo saber si algo va mal. En este artículo vamos a dar algunas pequeñas “pistas”, sabiendo que cada niña tiene su ritmo evolutivo, sus funcionalidades y hay factores externos que pueden condicionar. Además, el periodo de 1 a 2 años es muy amplio en cuanto a avances se refiere mes a mes.

SOBRE LA ALIMENTACIÓN

A partir del año, su dieta ya será más parecida a la adulta y se introducen cada vez más alimentos enteros, que irán masticando. Pueden ir usando la cuchara para comer solas  aunque al principio no coordinarán tan bien, se mancharán y podremos ayudarles.

Es un momento clave para ir introduciendo hábitos sanos de alimentación. Incluir fruta y verdura; evitar sal, productos azucarados o ultraprocesados. Pueden consumir pescado pero hay que limitar el pescado azul grande (atún rojo, pez espada, aguja) por su contenido en metales y mercurio.

Hay que tener cuidado con posibles atragantamientos y no darles frutos secos, aceitunas, uvas, trozos grandes de fruta, salchichas u otros… (podemos dárselos muy picados, muy desmenuzados o esperar mejor a más adelante)

Es bueno darles a probar varias veces alimentos nuevos sin obligar, no “obsesionarse” con que comen poco, no hacer “chantajes” con la comida, comer en familia siempre que se pueda, comer con calma y sin pantallas y tener paciencia con sus “manchas”. Hay que respetar su ritmo, pudiendo proponer unos 40 minutos de tiempo para cada comida. Se recomienda dejar el uso del chupete, siempre con un proceso de despedida emocional adecuado.

SOBRE EL SUEÑO, HIGIENE Y OTROS.

El descanso es básico en esta etapa. Han de dormir entre 11 y 14 horas al día y aún necesitan siestas. Por la noche, en general ya no necesitan despertarse para comer pero pueden tener “despertares” naturales. Hay que posibilitar rutinas de sueño y ayudarles a conciliarlo de una forma más autónoma desde enfoques con afecto.

Podemos preocuparnos cuando una niña duerme muy pocas horas (hay que contar las de las siestas), no puede separarse ni un instante de la madre/padre para dormir (ni siquiera en fase de sueño profundo.) o se queda dormida y de una manera muy llamativa y súbita al poco tiempo se despierta, pasando esto una y otra vez, muchas veces durante bastante tiempo. (podría haber problemas respiratorios tipo Apnea)

Al final de esta etapa, pueden ir ganando más madurez biológica para controlar esfínteres y “quitar el pañal” De todas formas, suele producirse entre los 2 y los 3 años. Algunos lo harán antes y otros después. Es importante no forzarles y respetar su ritmo. Hay fórmulas que nos permiten saber cuándo están más maduras para ello, “preparar el terreno” y hacer un aprendizaje respetuoso.

A NIVEL MOTOR

En esta etapa van ganando destreza motora de manera progresiva. Pueden empezar gateando y luego ponerse de pie, dar algunos pasos, señalar con el dedo índice cosas…Más adelante, pueden agacharse a coger un objeto, subir y bajar escaleras de pie con ayuda, correr, dar saltitos cogidas de las manos, chutar una pelota, hacer torres de construcción sencillas, garabatear en una hoja, llevarse un vaso a la boca, quitarse calcetines y zapatos, lavarse las manos con ayuda, dar palmas…

Es importante estimular las destrezas motoras sin métodos invasivos o inadecuados (por ejemplo, evitar los andadores) La mejor forma es a través del juego espontáneo. Hay que permitirles explorar sus retos motrices pero también con cierta precaución para que no se hagan daño. No hay que forzarles a manejar la mano derecha frente a la izquierda, sino dejarles que puedan usar espontáneamente la que deseen.

Algunas niñas andan antes y otras después. Generalmente, para los 2 años lo logran. Si observamos que para esa edad no tienen ningún desplazamiento autónomo (gatear, andar…) podríamos consultar. De la misma forma que si percibimos algunas conductas o movimientos extraños, repetitivos, llamativos y sin sentido “aparente” (estereotipias)

SOBRE LA SOCIALIZACIÓN

Su “socialización” aún se centra, sobre todo, en la relación con sus personas adultas cuidadoras. Se dedicarán en un momento dado a imitar nuestros gestos, palabras, conductas… (por ejemplo, peinarse, dar de comer, hablar por teléfono, saludar con la mano …) Se van haciendo entender cuando necesitan ayuda del adulto, le enseñan cosas que les atraen …

En la relación con sus personas cuidadoras, éstas han de expresar mucho el afecto. Sobre todo, que no se nos olvide hacerlo al inicio y al final del día con las “prisas”. También hay que generar un marco de autoridad que dé seguridad ante posibles peligros, estimule rutinas y hábitos de autonomía y les enseñe las primeras normas de convivencia (poco a poco lo haremos durante la infancia) Podemos ir invitándoles a que nos ayuden a desvestirse y vestirse, recoger cosas… Además, les enseñaremos que para comunicarnos, nos miramos.

Dentro de su evolución, pueden sentirse atraídos por otros niños y sus juguetes y acercarse a ellos en algún momento. Esto puede derivar también en unos primeros conflictos cuando “quitan o les quitan” sus juguetes, por ejemplo. Aún no tienen la empatía social desarrollada, les cuesta compartir y hay que ayudarles en los conflictos y a aprender las primeras reglas de convivencia (todo esto va poco a poco durante toda la infancia)

Podría preocuparnos si al acabar esta etapa, no realizan contacto ocular con las personas (incluidas sus cuidadoras), se muestran indiferentes cuando sus cuidadores conocidos les dicen que no, no reaccionan cuando se le dice “toma o dame”, no usan gestos para tratar de comunicar sus deseos o no se sienten para nada atraídas por explorar juguetes nuevos o por lo que hacen otros niños (más allá de que hay niñas con temperamento más tímido). Lo mismo que si no atienden o no reconocen su nombre al llamarles.

SOBRE EL JUEGO

Necesitan jugar. Les da seguridad emocional y les permite aprender. Les gusta ir jugando a descubrir texturas y sonidos, lanzar objetos, dar de comer a muñecos, al cu-cú, a esconder y descubrir, a encajar, a meterse en cajas o huecos, a llenar y vaciar, a abrir y cerrar, a meter-sacar, a garabatear…Jugarán a mirarse en el espejo, reconocerse y hacer muecas… Se irán interesando por los cuentos y las imágenes que hay en ellos.

Suelen tirar los juguetes al suelo y podemos ir ayudándoles a que adquieran el hábito de recogerlos después de jugar. Podemos jugar con ellas y también dejarles algunos ratitos más “a su aire” para que exploren y tengan retos (observándoles desde cerca para que no se hagan daño). Necesitan tener suelo y espacio libre para jugar. Hay que tener cuidado con piezas pequeñas de juguetes ante posibles atragantamientos.

Las pantallas como forma de entretenimiento o calma de situaciones no son recomendables. A pesar de su omnipresencia en el mundo adulto, hay que limitar su uso durante la infancia y más a edades tempranas. Son ya numerosos estudios los que refieren los efectos negativos a nivel físico, cognitivo, emocional y relacional del uso inadecuado y abuso de la tecnología, sobre todo en los primeros años de vida. En el libro “La fábrica de cretinos digitales” pueden leerse conclusiones al respecto. Así que mejor evitarlas en esta etapa. Siempre es más fácil “no dar” que ”quitar” y podemos buscar otras opciones para entretener y calmar a las niñas.

Podemos observar y consultar si no muestran respuesta de interacción ante juegos sencillos como el cu- cú o no tienen acciones de imitar.

A NIVEL COGNITIVO

Es un momento de muchos aprendizajes y desarrollo cognitivo. Algunos parece que los están “cocinando” por dentro y aparecen de “repente” y otros los vamos viendo de forma más progresiva.

En cuanto a la expresión del lenguaje, van aprendiendo sonidos, palabras y las reproducen a su manera. Al principio, usan una palabra para todo, luego aprenden tres o cuatro y cada vez más. Irán tratando de unir sílabas o palabras para expresarse, aunque aún se “lían” un poco.  Al final de esta etapa, podrán expresar sonidos de animales y objetos (onomatopeyas) y usar el “No”.

En cuanto a la comprensión, irán obedeciendo órdenes básicas entendiéndolas cada vez más (recoger, sentarse, ir a la mesa …), irán identificando espacios y objetos de uso cotidiano y empezarán a nombrarlos (cuchara, vaso, juguetes, casa, cole…) También, podrán reconocer algunas partes del cuerpo (ojos, nariz, boca…) y a sí mismas en fotos.

Para estimularles, podemos leerles cuentos, decirles: “¿dónde está?, ¿qué pasará ahora?”, repetir palabras que dicen completándolas o diciéndolas bien, cantar, imitar sonidos de animales o cosas, jugar a descubrir cosas (ejemplo: la cesta de tesoros), nombrar las partes del cuerpo o las cosas que vemos con detalle por su nombre (por ejemplo, decir: “mira un gato marrón” y no: “mira un miau-miau”), dejar que pinten…Es necesario estimularles pero no es conveniente agobiarles o corregirles muy insistentemente para que “hablen mejor” o “sean más listas”.

El avance cognitivo es muy particular en cada niña. Podemos inquietarnos, por ejemplo, si ya emitían sonidos o incluso palabras y dejan de hacerlo durante un tiempo significativo. También, si vemos que al acabar esta etapa son indiferentes o no responden ante algunas instrucciones básicas (más allá de que a veces están muy concentradas en algo o se hacen “los orejas” porque no las quieran cumplir)

A NIVEL EMOCIONAL

Van teniendo diferentes emociones. A los niños les cuesta aún darse cuenta, entender y gestionar emociones. Su cerebro emocional “salta muy rápido e intensamente” y no cuenta con la “ayuda” del cerebro más racional para “mediar. A medida que ganan madurez, experiencias y les vamos ayudando con la gestión emocional (con nuestro ejemplo) irán avanzando durante toda la infancia. Pero los primeros años son “muy emocionales”

A partir de los 18 meses, pueden empezar las rabietas como una forma de autoafirmación y falta de manejo aún de la frustración y la rabia. Hay que ayudarles con ellas dentro de un modelo empático, amable, afectivo y firme a la vez.

Tienen miedos a diferentes cosas. Un miedo de “fondo inconsciente” es el de perder a sus figuras cuidadoras. Este miedo se puede activar más cuando les dejamos al cuidado de otras personas, empiezan la guardería o por la noche. Es importante no ridiculizar los miedos, no enfadarse porque se sientan así y ayudarles a manejarlos mejor. Los cuentos, algunos juegos, algunas fórmulas y nuestra calma ayudan.

Una emoción fundamental a estimular en esta edad y durante toda la infancia es la curiosidad, que va a ser el motor de aprendizaje durante toda la vida. Estimularla sí, pero sin excederse en una sobreestimulación que les “desborde” y “agobie”

Hacer caricias, carantoñas, dar abrazos, cantar, bailar, dar masajes (no invasivos), mirarse a los ojos, reírse juntos, hablarse, posibilitar un baño tranquilo, mirar fotos de un álbum, ver un cuento … son, sin duda, momentos excepcionales de intimidad y vínculo que ayudarán a su seguridad emocional.

Podemos preocuparnos si observamos comportamientos “emocionales” como llorar, patalear o estar triste de una forma muy llamativa y constante sin causa aparente de frustración o miedo. También, si muestran muy alta reactividad negativa ante determinados sonidos, olores, tactos  de una forma muy exagerada y angustiante.

CONCLUSIÓN

Todas estas orientaciones, son eso, orientaciones de lo que podemos ir observando en los niños en esta etapa de 1 a 2 años. Habrá niñas que consigan ciertos “hitos” un poco más tarde o incluso ¡antes! Es importante estar atentas a ver cómo va el desarrollo, qué podemos hacer para acompañarlo o por si vemos conjuntos de señales de alerta (una sola puede no ser significativa) , pero sin “obsesionarnos” con ello y sin estar todo el rato comparando al detalle la evolución con otros niños, por ejemplo.

Ver crecer y acompañar el crecimiento es una oportunidad maravillosa para alimentar el vínculo y ayudarles a avanzar hacia su autonomía en seguridad. Desde la “acogida protectora” y la “exploración”.

Begoña Ruiz. Psicóloga y psicomotricista.

BIBLIOGRAFÍA

Materiales de la mediateca de BBK Family que te pueden servir de ayuda:

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Vídeos de Auria Diharce sobre las necesidades del bebé:

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