El pasado mes de mayo tuvo lugar la segunda reunión con el grupo de personas profesionales expertas que guía a BBK Family, y durante la sesión analizaron cuales son las fortalezas de las familias y qué dificultades encuentran en la crianza.
Entre las conclusiones que extrajimos fue que las familias van tomando conciencia de la importancia que tiene la crianza y el buen trato y la implicación de éstas en la crianza es cada vez mayor.
“La dedicación, la preocupación vinculada a la conciencia de rol es un elemento clave: ser consciente de lo que significa ser padre, ser consciente de lo que significa ser madre”.
Esto implica también una mayor sensibilidad por parte de madres y padres de las necesidades, incluidas las emocionales, de los niños y niñas.
En cuanto a los hombres, en su rol de padres, están más implicados y su presencia tiene impacto. La responsabilidad es la misma o tiene el mismo peso, pero los roles son absolutamente diferentes y deben ser absolutamente diferentes. Es notable el cambio de rol de la figura paterna, especialmente en la figura del padre que se da cuenta que el rol no está asociado a un rol de proveedor.
Esta sociedad nueva requiere de una “desfeminización” de la teoría del apego, es decir, quitar esa presión a las mujeres de que el vínculo de apego es solo suyo. Se necesita más corresponsabilidad.
Además hay una mayor diversidad de modelos familiares y la familia va más allá de la biología, que por fin se plantea que ésta no tiene que ver con la biología sino con el amor y se ha hecho un gran trabajo en pro de la igualdad, que tiene que ver con separar la maternidad de la biología.
Las familias se comunican más
Por otro lado, la comunicación actualmente es mucho mayor de lo que existía antes y se busca el consenso. Las familias son más democráticas, con relaciones más colaborativas, más intergeneracionales, de hablar más las cosas. Asimismo, tienen más recursos a los que acudir como familias, de hecho, cada vez hay más apoyo político a la familia como un agente fundamental para preservar un desarrollo saludable de las personas.
Por último, otra fortaleza de las familias es la afectividad expresa y la educación. Muchas familias quieren invertir, invertir dinero, invertir recursos, cambiar incluso de zona de vivienda, de ciudad para encontrar un centro educativo acorde con sus proyectos, sus finalidades o con sus valores, y todo esto es invertir.
¿Qué dificultades se encuentran padres y madres en el contexto actual?
La mayor dificultad es el tiempo, la mujer se ha incorporado al mercado laboral y ha generado mucha libertad a las mujeres, pero también está teniendo su repercusión en la crianza de hijos e hijas.
“Hoy en día se presta menos tiempo y menos escucha del que hacían las familias tradicionales”.
“Si nos preguntan si estamos más tiempo, podemos tener la percepción de que estamos mucho más tiempo, porque cuando estamos, estamos volcados en nuestros hijos e hijas”.
Sin embargo, la disponibilidad es menor. Y siempre está esa cuestión de que la calidad es mejor que la cantidad, pero si hay cantidad es más fácil que haya calidad. Hay que favorecer el compartir tiempo en familia, facilitando la conciliación. Pero también aparece la culpa en amas y aitas independientemente del rol y del género, porque no pasan el tiempo suficiente. Y es que la parentalidad viene afectada por la conciliación, por el poco tiempo disponible, pero padres y madres no pueden reconocerlo… y ahí aparece la culpa. Todo este proceso lleva una reflexión importante sobre las consecuencias y muchas familias lo pagan en clave de bienestar psicológico
Es el momento de volver a fomentar redes y esos apoyos, porque el Gobierno no puede cubrir todas las dificultades que supone la conciliación.
Actualmente está apareciendo el término parentalidad social, en el que la familia no es la única responsable, hay muchísimas fuentes de influencia, donde están construyendo nuestros hijos e hijas la identidad. Hace falta que haya personas importantes implicadas en la crianza
Algunas reflexiones sobre las dificultades que encuentran las familias:
- La inseguridad, el miedo y el temor a la crítica por hacerlo mal porque las familias a día de hoy se sienten muy vigiladas. Sienten que hay una mayor atención de los progenitores a lo qué hacen, cómo lo hacen, los resultados que obtienen y eso genera una inseguridad importante, un miedo que genera como reacción una sobreprotección.
- La pérdida de referentes o la pérdida de valor por envejecimiento.
- Debilitamiento de la red social y familiar y las redes de apoyo.
- El agotamiento.
- Hay varios elementos que están perjudicando claramente el desarrollo de los peques, por una parte, el miedo y por otra parte, la autonomía.
- La confusión de protección y sobreprotección
- La falta de seguridad que tienen los niños y niñas por la falta de disponibilidad de los padres y madres.
- Los ideales de época están marcados por el consumo, parece que la satisfacción pasa por la obtención de ciertos objetos.
- En vez de usar la calle pasamos al centro comercial. El lugar que percibimos seguro socialmente hablando es el centro comercial, es la boca del lobo, es donde están las máquinas de juegos, es donde está todo aquello que puede suponer consumo…
- Velocidad tecnológica es una dificultad tremenda porque está provocando que los niños y las niñas corran todo el tiempo, que no sepan parar.
- La desconexión, que es como el atender distraído. La gente que está alrededor tiene que estar conectada y la gente que está agotada se desconecta, que esto tiene que ver con la velocidad y el exceso de información.
- El distanciamiento de los dos grandes sistemas educativos, la alianza entre la escuela y la familia se ha debilitado.
- La falta de integración de nuestra historia de vida.
- La falta de información contrastada sobre lo que es la buena crianza
El grupo de personas expertas que guía a BBK Family está formado por: Mar Romera, pedagoga y madre, Pepa Horno, psicóloga y consultora en infancia, afectividad y protección, Susana Brignoni, psicóloga y psicoanalista, Roberto Pereira, psicoterapeuta familiar y de pareja, médico psiquiatra, Enrique Arranz, catedrático de psicología de la familia de la UPV/EHU, Ana Martínez Pampliega, catedrática de psicología de la Universidad de Deusto.
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