Más allá de la presencia física, ¿estás disponible emocionalmente para tus hijos e hijas?

Cuando nos convertimos en padres y madres por primera vez, uno de los primeros efectos de esta nueva situación es la falta de tiempo que tenemos para nosotros mismos. A partir de ese momento, generalmente pasamos a un segundo plano y priorizamos pasar tiempo en familia. A medida que los hijos e hijas se van haciendo mayores, vamos añadiendo en nuestra rutina algunas actividades que habíamos dejado más de lado: hobbies, quedadas, etc., pero aunque vamos recuperando parte de ese espacio que tuvimos, seguimos dedicando tiempo a la familia indudablemente.

Estamos presentes cuando les llevamos al parque, a los cumpleaños, a los partidos los fines de semana, o cuando estamos en casa por las tardes. Estamos presentes físicamente, pero ¿te has planteado si realmente estás disponible? Y en esta línea, ¿sabes lo que significa tener disponibilidad emocional?

La disponibilidad emocional se refiere a la capacidad que tenemos las personas para interpretar los sentimientos de nuestros hijos e hijas, empatizar y validarles. Es decir, es la capacidad de poder estar en sintonía con sus emociones, necesidades y metas. Tiene mucha relación con el estilo de apego seguro, que se caracteriza por:

  • Prestar atención a las señales de nuestros hijos e hijas y dar respuesta a sus necesidades emocionales (por ejemplo, consolarles, calmarles, etc.), además de a sus necesidades físicas (alimento, descanso, etc.).
  • En lugar de enfadarnos por sus emociones, procurar empatizar, ser comprensivos y comprensivas y buscar soluciones. En este sentido, es importante sintonizar con nuestro hijo e hija a nivel emocional y tratar de averiguar lo que le sucede.
  • Establecer normas y límites acordes a la edad.
  • Centrarse en enseñarles habilidades para fomentar su autonomía y autoestima.

Estar disponibles nos permite mejorar la relación y el sentido de pertenencia en familia, y les enseña a los niños y niñas a manejar mejor las situaciones, a identificar cómo se sienten en determinados momentos y a regularse. Por eso, cuando hay disponibilidad emocional de las familias, los problemas de comportamiento disminuyen.

Por otro lado, uno de los elementos que más nos desconecta es el teléfono móvil. Estamos presentes físicamente pero nuestra cabeza está en los emails del trabajo y escuchamos conversaciones a medias porque nos saltan tareas pendientes. La tendencia a la multitarea hace que estemos desconectados del momento presente y que nos cueste más estar disponibles emocionalmente.

¿Cómo sé si yo estoy disponible emocionalmente?

Actualmente existe un test de Disponibilidad emocional que permite a las familias identificar sus puntos fuertes y sus puntos débiles para poder reforzarlos. En concreto, en este test se valora:

  • La sensibilidad: se refiere a la capacidad de atender, percibir y responder adecuadamente a las señales emocionales y conductuales de los niños y niñas. Por ejemplo, si nuestra hija está teniendo una rabieta porque tiene hambre, ser capaces de identificar lo que le está pasando y poder responder adecuadamente llevando algo de comida saludable encima.
  • La estructuración: se refiere a la capacidad de apoyar que exploren su entorno y curioseen, estableciendo límites al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando estamos en el parque animarles a que intenten subir a algún castillo o afrontar un nuevo reto para que el que estén físicamente preparados.
  • La no-intrusión: está relacionada con la capacidad de estar disponibles sin interferir en su autonomía. Por ejemplo, si se va a un campo de fútbol con niñas más mayores, animar a que jueguen con las personas que están jugando allí sin llevar la voz cantante y organizar el juego de todos.
  • La no-hostilidad: hace referencia a no expresar de forma evidente ni encubierta respuestas de impaciencia, agresividad o ira. Un ejemplo: escuchar con paciencia lo que un niño nos quiere contar a pesar de que tarde en organizar el discurso.

Como estamos hablando de relaciones entre personas, es evidente que también nuestros hijos e hijas tienen que tener cierta disponibilidad emocional para que este proceso sea más sencillo. De este modo, si tienen iniciativa para involucrarnos en sus actividades o conversaciones, va a ser más sencillo conectar.

Y finalmente, ¿qué puedo hacer para mejorar mi disponibilidad emocional?

  • Cuando estés con tus hijos e hijas, reduce tu tiempo de exposición a otros dispositivos o tareas. Sabemos que no siempre es posible, pero trata en la medida de lo posible de hablar con ellos, mirarles, interactuar, mostrar curiosidad y atender de manera más activa.
  • Deja de pisar el acelerador. Trata de desacelerar y aceptar un ritmo más lento de las cosas. Dedica tiempo a escuchar, ten paciencia e intenta salir de vez en cuando un poco de la rutina y los márgenes que tanto nos ahogan a veces.
  • Muestra confianza. Tus hijos e hijas pueden aprender de sus errores, confía en que son capaces de hacer las cosas con más autonomía y que puedes mantenerte cerca observando sin juzgar cómo lo hacen.
  • Crea espacios para hablar de cómo te sientes, para preguntarles por sus sentimientos o pensamientos, de sus gustos o ilusiones, etc. Una persona disponible emocionalmente es una persona que puede hablar de emociones sin sentir incomodidad.

Por último, puede que una de las cosas más importantes de todo esto sea que les ofrece una base segura y, al mismo tiempo, les enseña una forma de relacionarse que promueve relaciones más sanas. Los niños y niñas que han tenido familias disponibles emocionalmente son capaces en la edad adulta de crear también ese tipo de relaciones. Con mayor probabilidad, van a poder generar vínculos más sólidos con otras personas, tanto en el campo de la amistad como en las relaciones amorosas, por lo que la disponibilidad emocional es un regalo para toda la vida.

Beatriz Alonso Sánchez. Pedagoga, psicóloga y educadora de Disciplina Positiva

EFECTOS DE LA NO DISPONIBILIDAD EMOCIONAL

Artículo sobre: Patrones de disponibilidad emocional y los problemas de salud mental del pre-escolar1

Trabajo sobre la disponibilidad emociona

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