Porque no estás sola

contra la violencia machista

El vacío que has encontrado al ir a leer el artículo es el 1% del vacío, la sensación de soledad o de desorientación… que sienten las mujeres víctimas de violencia machista cuando son maltratadas por primera vez o cuando deciden denunciar.


La violencia contra las mujeres es, como ya se contempla en todas las leyes, la mayor prueba de la desigualdad que todavía existe en la sociedad entre mujeres y hombres. La violencia machista es algo que destruye la vida de muchas mujeres y de sus criaturas, pues cuando te toca, hace saltar por los aires TODO.

Hay un dato importante,  casi un 80 % de las situaciones de maltrato no son denunciadas. Las mujeres tardan una media de 8 años en poder dar el paso de la denuncia pero, la gran mayoría trata de poner fin a una relación tormentosa por medio de la separación o divorcio, que en demasiados casos, por una aplicación, por ejemplo, de las custodias compartidas impuestas, pueden abrir un proceso increíblemente duro para las mujeres que tienen hijas e hijos.  Estos datos nos deben de hacer reflexionar, pues ponen de manifiesto que, a pesar de tener leyes que dicen que van a proteger a las víctimas a través de la denuncia, no dan la confianza suficiente a muchas mujeres o, no llega la información de cómo proceder.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de la violencia que se denuncia es la psicológica, a veces también acompañada de física o de otras.  Pero, curiosamente, la violencia psicológica que puede ser la más lesiva para la autoestima en demasiados casos, no es reconocida en los juzgados, por no existir casi nunca pruebas que sean aceptadas.  No podemos seguir tratando el maltrato como si fuera un delito cualquiera. Detrás se esconde todo un proceso de desigualdades y sometimiento hacia una parte, por lo que no existe un equilibrio a la hora de denunciar.  Esto, en la mayoría de los casos, no es tenido en cuenta por la justicia, con lo que las sentencias, no son ajustadas a lo que la víctima había esperado.

Por medio de este escrito queremos darnos a conocer. Somos la Asociación de Mujeres contra la violencia de género Bizitu Elkartea, aunque hasta el año pasado nuestro nombre era Asociación Mujeres que Aman Demasiado. Con este cambio de nombre queremos visualizar el proceso de cambio y empoderamiento que hemos llevado a cabo como mujeres víctimas y supervivientes de violencia machista, desde nuestra constitución en 2013.

Los objetivos de la asociación son, entre otros, visibilizar la violencia que se ejerce contra las mujeres, acompañar a las mujeres en el proceso de superación de esa violencia y reclamar un espacio de participación con el resto de agentes, que desde las diversas instituciones hacen un acompañamiento integral.

Acompañando a otras mujeres

Somos un grupo de mujeres supervivientes de violencia de género y acogemos a mujeres que están sufriendo la misma violencia que vivimos nosotras. Desde el entendimiento de ese dolor las acogemos, las escuchamos y no las juzgamos. Empezamos hace unos años porque no existía ningún grupo de mujeres al que poder acudir cuando nos sentíamos incomprendidas y juzgadas. Buscando ese apoyo, nos juntamos, con el fin de ayudar a aquellas que lo necesiten en un grupo de ayuda mutua, donde se respeta la confidencialidad de todo aquello que se diga.

También queremos poder ayudar a otras mujeres que hayan sufrido y sufren la misma situación, cada una con sus propias circunstancias y estamos empezando a participar en un proyecto de mentoría y acompañamiento. El camino es complicado; tenemos que hacer un gran esfuerzo y no siempre estamos preparadas para ello. Las instituciones tampoco ayudan mucho; todavía no hemos podido conseguir del Ayuntamiento de Bilbao un local donde poder reunirnos y que puedan acudir las mujeres que soliciten nuestra ayuda. Es una labor ardua  pero creemos que el poder ayudar a otras mujeres nos ayuda a todas.

Mi nombre es Rosa, soy superviviente de violencia de género e integrante de la asociación Bizitu Elkartea .El poder apoyar y acompañar dentro de la asociación y desde la humildad a otras mujeres que sufren o sufrieron el mismo proceso de maltrato que padecí yo, es lo que da sentido a mis más de 20 años de haberlo vivido .Cuando esas mujeres y compañeras me muestran su sonrisa es el mejor regalo, reparación y satisfacción que la vida me puede dar y ofrecer. Desde mi creencia y convencimiento personal ,el corazón y alma de esta asociación es la esperanza , fuerza ,amor y energía para seguir luchando porque las mujeres encuentran reflejada en nuestra mirada, como si fuésemos un espejo la de ellas mismas y eso, las da fuerza para seguir adelante en un camino duro de mucha incomprensión y obstáculos que te vuelven fuerte y te transforma.

Es decir,  acompañamos a la mujer a que pase de sentirse víctima a sentirse sobreviviente y tomar de nuevo las riendas de su vida.

Después de hablar con muchas mujeres, hemos constatado que en la mayoría de las ocasiones, la mujer se siente muy sola y poco comprendida en el proceso de tomar decisiones para salir de una relación de maltrato. La presión por tener que realizar una denuncia, sin haber valorado a veces las consecuencias de esa decisión, hace que en algunos casos, se den pasos atrás y se retiren denuncias, o incluso se vuelva a convivir con el agresor, con lo que esto supone de riesgo grave para la mujer.

Como asociación, formamos parte del “Consejo Nacional de Mujeres Resilientes de la violencia machista”, formado por asociaciones de sobrevivientes que estamos tejiendo redes, porque hemos comprobado que “Juntas somos más Fuertes”.  Y, que nuestras experiencias y sufrimientos tienen que servir para que otras mujeres no lo pasen solas.

Necesitamos crear redes de mujeres que sean cercanas y seguras, a las que puedes acudir en cualquier momento porque sabes que están ahí para escucharte (sin juzgar) y para acompañarte.

Necesitamos que la voz de las supervivientes sea oída, de la misma manera que se hace en otros tipos de violencias.

Como sociedad no podemos mirar a otro lado. Erradicar la violencia machista, y todo cuanto la perpetúa, es imperativo y es una responsabilidad de todas las personas,  las mujeres como víctimas directas y los hombres, como parte importante del problema (la gran mayoría de agresores son hombres). No podremos terminar con la violencia hacia las mujeres mientras los hombres no se sientan interpelados y reconozcan que deben de hacer cambios importantes en su modo de socialización que les otorga unos privilegios por el mero hecho de haber nacido hombre, que a veces son utilizados de manera perversa.

La mejor herramienta para ello es, sin duda, la coeducación, desde bien temprana edad, con valores de respeto e igualdad.

Asociación de Mujeres Bizitu Emakumeen Elkartea

Qué es: Asociación que apoya y colabora con mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia machista en su proceso de empoderamiento.


Objetivo: Ayudar a aquellas mujeres que lo necesiten en un grupo de ayuda mutua, donde se respeta la confidencialidad de todo aquello que se dice.

Contacto: 688 627 552 / info.bizitu@gmail.com

Web: Bizitu

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