El pasado 7 de febrero organizamos un encuentro en el que el objetivo era juntar a madres y padres con adolescentes para que “cruzaran sus caminos”, pudieran hablar y trataran de buscar claves para mejorar la comunicación en las familias.
Pese a que desde BBK Family intentamos que acudiera una gran cantidad de adolescentes, no lo conseguimos, apenas acudieron una veintena. No es fácil atraerles a este tipo de eventos y lo sabemos. Sin embargo, darles voz y que pudiéramos escucharles nos parecía una pieza fundamental para esta jornada.
Sus voces llegaron a través de los vídeos que el alumnado de Imagen y Sonido de Tartanga grabó durante el mes de enero en seis centros escolares de Bizkaia (ikastolas San Felix, San Fidel y Artxandape, instituto Eskurtze, Construcción Bizkaia y el colegio Ángeles Custodios). Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento por su generosidad.
En dichos centros escolares, conversaron con diferentes adolescentes qué les contaron “qué es lo que les raya de su aita o de su ama”. Asimismo, también les preguntaron por los temas que suelen “rayar” a madres y padres, como es el sexo, los consumos, la tecnología o los estudios, para ver si realmente esta preocupación es compartida por los y las adolescentes.
Claves para mejorar la comunicación de la mano de Roberto Aguado
La jornada “Cruzando caminos” arrancó con el psicólogo Roberto Aguado interpelando a quienes acudieron a la charla: “¿Dejáis entrar en vuestra casa a cualquiera?” A lo que obviamente todo el mundo respondió que no. “Entonces, ¿por qué dejáis que cualquiera entre en vuestra mente?”.
Fueron preguntas que nos hicieron reflexionar sobre cómo nos afecta lo que nos dicen o cómo nos lo dicen. Pero Aguado recalcó que es importante no hacer nuestro lo que alguien nos diga, porque si nos lo dice desde la rabia o desde el asco para hacernos daño y lo consigue, estamos alimentando su propósito.
“Si tú eres capaz de aislarte para saber quién eres y no tan sólo eres lo que los demás te dicen que eres, estarás más sano mentalmente y tendrás más capacidad para vivir con un adolescente, con un niño o una niña. Vivir con los otros tiene que ver con el liderazgo interpersonal”.
Y es que convivir con personas que tienen mucha rigidez emocional no es fácil. Si siempre están enfadadas o tristes o con miedo, es muy difícil tener una convivencia sana, porque eso no depende de nosotros/as. Sin embargo, lo que sí está en nuestra mano es que no nos lleve a una rigidez emocional.
Cuando una emoción nos secuestra
“Cuando nos secuestra una emoción, nos quedamos en segundo lugar, tenemos un tsunami emocional. La emoción secuestra la razón y somos muy poco racionales. Si estamos muy enfadados, con mucho miedo o tenemos mucha tristeza, a veces decimos las cosas desde esta emoción. A mí me gustaría que aprendierais que una de las cosas que podemos aportar en esta experiencia es: ¿Con qué tono se lo dices? ¿Desde qué emoción se lo dices? Y sobre todo, ¿cómo es tu expresión corporal cuando lo dices? Y creo que los chavales lo han dicho claro en el vídeo: lo importante no es lo que me preguntan o me dicen, lo más importante es lo que no me preguntan. Porque les encanta que les preguntéis para deciros: “Me estás rayando”. Pero el problema es cuando nadie les raya, porque se quedan en un vacío”, explicaba el psicólogo.
Aguado, como ya nos advirtió en la primera jornada, insistía en que si no preguntamos abandonamos, y cuando un adolescente está preparando la selectividad, por ejemplo, y le llevas el zumo mientras estudia, te va a echar en cara que le estás espiando para ver si estudia, pero si no se lo llevas, te reprochará que no se lo lleves.
Respecto a la comunicación, según Aguado ésta dividida en tres ejes: el agresivo, el pasivo y el asertivo. En el agresivo, yo gano, tú pierdes, porque siempre estás por encima, y las cosas se hacen “porque lo digo yo”; en el pasivo, tú ganas, yo pierdo, “hay mucha gente que ha ido a mi consulta diciendo que no se atreven a poner límites a su hijo o hija. “Lo que hago es intentar no hablar para que no se enfade””; y en el asertivo ganamos los dos. “Si queréis saber por qué pasan las cosas que pasan en vuestra casa, mirad dónde está el eje de comunicación con vuestro adolescente”.
Un sentimiento no es una emoción
Roberto Aguado también explicó que un sentimiento es aquello que se puede sentir desde varias emociones, porque no se puede sentir una emoción desde otra emoción, pero en el caso de los sentimientos sí se puede. “El amor es un sentimiento que puedo sentirlo desde la alegría, desde la tristeza, desde la seguridad. Y depende desde qué emoción sentimos el sentimiento, así es el color del sentimiento. Esa es la diferencia entre los sentimientos, que son más cognitivos, y la emoción, que es el motor de la naturaleza”.
También podemos estar en el asco, cuando tenemos rechazo. A veces sentimos asco por nuestro hijo, y por nuestra pareja también. Incluso se puede sentir asco por uno mismo. Pero lo importante es que seamos conscientes de cómo nos hablamos y relacionamos, porque cuando sentimos asco por nuestro hijo o hija, lo notan. Y cuando nos atrapa el miedo, entonces estamos con angustia, nos bloqueamos, anticipamos lo que creemos que va a pasar.
¿Y cómo nos perciben nuestros hijos e hijas? En el vídeo una de las adolescentes decía que con su padre no tenía una buena relación, y otro decía de su padre: “me toca los huevos”, pero el tono con el que lo decía daba a entender que se sentía querido, presente en la vida de su padre y de su madre también.
No te centres en lo que te hace o dice sino en cómo lo dice
En relación a la mejora de la comunicación con los adolescentes, Aguado explicaba que “si somos curiosos sobre lo que ocurre, si tenemos tranquilidad, calma, paciencia, respeto, sentimos una identificación, algo que tiene que ver con el amor desde la admiración, que es distinto al enamoramiento, si hay alegría, seguridad, esto será fundamental para el liderazgo intrapersonal”.
Y nos animaba a comprender por qué hacen lo que hacen los y las adolescentes en vez de fijarnos en lo que nos hacen o nos dicen. Evaluar desde qué emoción lo hacen, si están en rabia o asco no nos van a hablar amablemente, pero cuando se calman, pasan a una emoción más adecuada. Aunque hay momentos o personas que necesitan acudir a una persona profesional.
En ambos centros el psicólogo Roberto Aguado ha trabajado con los y las adolescentes: “Si os fijáis en los vídeos que acabamos de ver -en ambos centros hemos estado con los y las adolescentes- y no sé si os habéis dado cuenta cómo hablan, en qué estado están para decir o no decir. Y cómo hay que hacer un tiempo fuera para decirlo en otro momento”.
La importancia de haber generado el vínculo
Otro factor muy importante es el vínculo. Cuando un padre o una madre tienen un vínculo fuerte con su hijo o hija es más fácil que consigan “cambiar el corazón de la otra persona”, es decir, que pase de una emoción de rabia o asco a otra de calma, de tranquilidad. “Nunca perdéis el control. Cuando un adolescente saca los pies del tiesto, si tiene un vínculo contigo -porque aunque en ese momento no te dé la razón, o no les guste que les controlen, como decía la chica que aparece en el vídeo- no pasa nada, ya que ha habido un vínculo durante los primeros 7 u 8 años sano. Y va a dar lugar a que cuando salgamos de la adolescencia todo vaya mejor”.
La técnica de hablar en tercera persona
“Si os fijáis en uno de estos vídeos han utilizado una técnica muy adecuada que es hablar de ellos en tercera persona”. Lo que hacen es una proyección, dicen lo que le pasa a esa persona pero realmente están hablando de ellos”, explicaba Aguado. Las y los adolescentes no dicen nada cuando se les pregunta directamente, pero si les preguntas de otros sí que cuentan, y podemos pensar que en realidad hablan de ellos/as.
Roberto Aguado destacó de los vídeos proyectados que lo que importa es lo que nos sucede, no lo que creemos que sucede: “La confianza es fantástica, pero para que haya confianza se necesita un entorno de transparencia”. Y añadía que los y las adolescentes deben de ser conscientes de los riesgos de consumir bebidas energéticas y alcohólicas.
“¿Habláis de sexo? Según este vídeo no habláis de sexo”, interpeló Aguado a la sala. Así que para comprobar cómo era la comunicación con los hijos e hijas lanzó un reto a padres y madres allí presentes. Propuso que escribieran el número de veces que interactuaban con sus hijos e hijas y su pareja durante un período más de tres minutos, donde hubiera un diálogo, no un monólogo. Además, animó a que pusieran un círculo pequeño, mediano o grande alrededor del nombre de las personas con las que más interactuaran en función de la intensidad. Fue una manera muy visual de ver cómo era la comunicación en las familias.
Entre los consejos que ofreció el psicólogo destacó que es necesario disfrutar o sufrir el momento actual, no por lo pasado o lo futuro y poner el reloj a cero. Resetear cada poco tiempo y no estar ligados a lo que dijo un día que estaba cabreada. Sugirió además utilizar la técnica de las 3R: Resentimiento (decimos lo que sentimos. Requerimiento (transmitimos cual sería la solución). Reconocimiento (admitimos lo que uno ha podido hacer para que se haya producido esa situación o malestar).
Sinceridad-Mensaje YO-Sin chantaje emocional-Segunda oportunidad-Lugar y espacio adecuado.
En la recta final de la charla, insistió en que no cerráramos los ojos ante lo que tenemos en casa y si las cosas van bien, nos animaba a que lo disfrutásemos y si no, a que pidiésemos ayuda. Sobre todo, “no os mintáis”.
Y finalizó con una relajación y una visualización de nuestro yo adolescente que puedes realizar en tu casa. La dinámica la puedes ver a partir del minuto 1:50:00 del vídeo de la ponencia. Puedes descargarte el Power Point que utilizó el psicólogo Roberto Aguado desde aquí.
Si acudiste a la jornada y todavía no la has valorado, puedes hacerlo desde aquí. Gracias a ti podemos mejorar.
Escuchar sin interrumpir ha sido uno de los aprendizajes que me llevo del Family Lab Adolescencia”
Entrevistamos a Ainhoa Romero, una amatxu de dos hijos de 13 y 11 años que ha experimentado todas las propuestas del Family Lab Adolescencia, para que nos cuente cómo ha sido su experiencia:
-Antes de venir a la ponencia de Roberto Aguado, ¿qué te preocupaba sobre la adolescencia?
Saber a que te vas a enfrentar, estar informado es primordial para poder estar preparado
-¿Crees que madres y padres andamos perdidos en esta etapa?
En general en todas las etapas, ser padre/ madre es algo que se va aprendiendo día a día según llegan las etapas y las circunstancias de cada uno, aunque la adolescencia la percibimos con mayor temor, ya que nos enfrentamos al momento en el que tu hijo esta más expuesto al mundo y tiene que empezar a tomar decisiones y nuestro papel pasa a ser mas secundario y frustrante. Debe ser así, da miedo y hay que enfrentarlo con valentía y conocimiento
-¿Sueles formarte e informarte sobre crianza en esta etapa o encontraste la información de la ponencia por casualidad?
Si, me suelo informar, aunque de esta charla y de BBK family la conocí por una amiga también preocupada en temas de educación y crianza.
-¿Qué esperabas obtener de la ponencia de Roberto Aguado?
Conocimiento, ponerme en contexto, conocer los retos y alguna herramienta para poder trabajar.
-¿Qué aprendizajes te llevaste de la ponencia del pasado 9 de noviembre?
Muchos, y como siempre para aprender de mi misma. El autoconocimiento es primordial para guiar a otros.
-¿Has puesto en práctica alguna de las claves que ofreció Roberto? ¿Te ha hecho reflexionar?
Si, la de escuchar sin interrumpir, solo con pequeños asentimientos. ¡Funciona!! Aunque te suelen pillar en el peor de los momentos, que también lo advirtió Roberto, jajaja.
-¿Qué esperabas del taller “Un viaje emocionante que tendrá lugar hoy?
Más herramientas para trabajar y prepararme. Compartir con el grupo nuestras experiencias y poder aportar.
-¿Qué has aprendido en el taller?
Que el foco siempre esta en nosotros. La frase que lo resume es “Que el otro no me cambie” sean cuales sean las circunstancias. Y para eso hay que tener detrás mucho trabajo personal
-¿Qué te gustaría poner en práctica?
Todo lo que me he llevado de aprendizaje y volvería a repetir el taller, creo que seguiría encontrando algo importante que incorporar a mi vida y eso ayuda siempre en la relación con los demás y más hablando de hijos adolescentes.