Claves para acompañar a las personas con Trastorno de la Conducta Alimentaria en verano

El verano puede ser un periodo especialmente complejo para las personas afectadas con un trastorno de la conducta alimentaria, y también para sus familias. Las razones de que estos meses puedan resultar críticos son varias. Por un lado, está la mayor exposición de los cuerpos y los incesantes mensajes e imágenes de dietas extremas y corporalidades normativas.

Por otro lado, es una época en la que se tiende a socializar más, porque hay más tiempo y espacios en los que poder hacerlo de manera distendida y al aire libre. Esto puede suponer una presión extra para las personas afectadas que tienden a evitar los espacios de socialización, especialmente si están rodeados de comida.

Además, muchas de las rutinas que se desarrollan durante el resto del año desaparecen y hay que reorganizar el tiempo. Esto puede suponer un estrés añadido, especialmente en los casos de anorexia, en los que se tienden a dar rasgos de mayor rigidez.

Es por todo ello, y por otras razones características del verano que la preocupación de las familias puede crecer en este periodo. Pero hay algunas claves que se pueden tener en cuenta para seguir realizando un acompañamiento efectivo durante estos días.

Claves para pasar un mejor verano

Para empezar, es importante la aceptación emocional. Tanto la de las personas afectadas, como las de las familiares. Es una clave a tener en cuenta en cualquier momento, pero especialmente en este periodo, pueden resurgir miedos e inseguridades. En los casos en los que las personas afectadas hayan tenido un periodo de estabilidad, puede surgir un miedo de que se dé un retroceso. En las que el estado aún no es estable, puede surgir el miedo de que haya un bajón importante, y entrar en un estado más crítico si cabe.

Hay ocasiones en las que la culpabilidad por sentir inseguridad o miedo pueda generar un malestar añadido, lo cual no beneficia en el desarrollo del bienestar emocional. Puede ser de utilidad compartir las sensaciones, emociones y pensamientos con las personas de confianza para liberar el malestar. En definitiva, hay que trabajar en el desarrollo de estrategias que faciliten la regulación emocional.

Sin lugar a dudas, a pesar de ser un periodo vacacional, las enfermedades no cogen vacaciones, por lo que hay que mantener todas las pautas que el equipo profesional ha indicado durante el resto del año. Y si han realizado indicaciones especiales para el periodo vacacional hay que tenerlas presentes y seguirlas también.

En cuanto a la gestión de las rutinas hay dos claves que hay que destacar. La primera es que a pesar de que ciertas rutinas desaparezcan o se modifiquen hay otras que hay que mantener intactas, como son los horarios y hábitos de las comidas. Especialmente si viajamos fuera de casa, hay que intentar buscar estrategias para mantener los hábitos lo más semejantes a la rutina posibles. Incluso dentro de la “no rutina” es recomendable diseñar una estructura y planificar el día a día para evitar excesivos momentos sin actividad que den pie a pensar en exceso o a la rumiación.

También debemos poner especial atención al uso del teléfono o dispositivos digitales con acceso a Internet. En verano y en los periodos vacacionales por lo general hay más tiempo libre, por lo que también se dedica más tiempo a mirar los dispositivos digitales móviles y en especial las redes sociales digitales. Estas son una fuente de influencia directa sobre el autoconcepto, la autoestima y la imagen corporal. Por eso, son uno de los factores que influyen en el desarrollo de este trastorno.

Cuidado con las redes sociales

Con respecto a este ámbito, hay dos cosas que podemos hacer para acompañar. Por un lado, podemos facilitar actividades alternativas, especialmente si son al aire libre, en las que no tengan opciones, o estén reducidas, de acceder a los dispositivos digitales y las redes sociales digitales. Por otro lado, podemos seguir haciendo de contraste del contenido que ven, fomentando el desarrollo del pensamiento crítico con respecto a lo que escuchan y ven.

Siempre que las realidades de cada cual lo permitan, puede ser un buen momento para pasar tiempo de calidad, aprovechando las vacaciones y los momentos de descanso y desconexión. A la par que se desconecta del trabajo y el estrés del día a día, se puede conectar con las personas de nuestro entorno y en este caso con las familiares. De esta manera, se puede aprovechar para conocerse mejor y mostrar interés de manera genuina. ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Y sus intereses? Son preguntas a las que podemos aprovechar a dar respuesta.

No hay que olvidar que las vacaciones son un momento de descanso y de disfrute por lo que hay que buscar momentos de conexión con uno mismo también. Acompañar a una persona afectada con un trastorno de la conducta alimentaria es complejo y en muchos momentos duro, por lo que las vacaciones tienen que serlo también. Hay que buscar estrategias para poder descansar y cuidarse mediante la dedicación de tiempo.

Para finalizar podemos resumir las claves en las siguientes ideas:

  • Aceptar todas las emociones que se experimentan, sin hacer juicios de valor.
  • Trabajar en el desarrollo de estrategias de regulación emocional.
  • Mantener todas las pautas del equipo profesional, o implantar las nuevas si las hubiera.
  • Mantener los horarios y hábitos de comidas, también si viajamos fuera de casa.
  • Hacer un plan de vacaciones estructurado, evitando excesivos momentos sin actividad, aunque también es importante que haya algunos.
  • Facilitar actividades enriquecedoras alternativas al entretenimiento digital interactivo, si es al aire libre mejor.
  • Aprovechar cualquier momento para saber lo que ven y escuchan en redes y así poder hacerles contraste y facilitar que desarrollen el pensamiento crítico.
  • Pasar tiempo de calidad, en el que poder escuchar y mostrar interés genuino por las cosas que interesan a las personas afectadas.
  • Las tres des: Descansar, Disfrutar y Dedicarse tiempo.

Ainhoa Arruabarrrena Aristorena, psicóloga de ACABE

4,6
4,6 de 5 estrellas (basado en 51 reseñas)
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Vídeos sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria:

Se llama anorexia

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