¿Te supera el estrés? Adquiere herramientas para gestionarlo mejor

Ester Sánchez-de León, experta en Inteligencia Emocional y coach, ha escrito el libro “Y a ti, ¿qué te estresa?” donde ofrece pautas para aprender a regular el estrés, evitando el impacto negativo que provoca en la salud, en las relaciones y en la vida en general.

Ester, este libro es fruto de tu experiencia personal y profesional. ¿Qué te llevó a escribir el libro?

Desde muy joven siempre he convivido con el estrés, soy PAS, Persona Altamente Sensible, por lo que percibo las cosas con más intensidad, es decir, en una situación normal me llega más información que a otras personas, y esto en ciertas circunstancias puede hacer que mi estrés se active antes.

La primera vez que fui consciente de ello fue cuando el médico me diagnosticó colon irritable y me explicó que podía estar causado por estrés. En ese momento me di cuenta del impacto negativo que podía tener en mi salud. Era joven y no sabía cómo gestionarlo. Por eso, a lo largo de mi vida he ido aprendiendo y buscando técnicas para equilibrarlo.

En el camino descubrí el Tai Chi, la meditación… concretamente las técnicas y la filosofía  orientales me ayudaron mucho. Posteriormente empecé a estudiar la neurociencia y cómo puede influir el estrés en los sistemas del cuerpo humano. Esa visión científica dio sentido a la manera de regular el estrés que estaba aplicando en mi vida y con mis clientes.

Entonces ya era coach y veía como al equilibrar el estrés mejoraba la disposición de las personas con las que trabajaba para encontrar soluciones a sus problemas, y creé el programa INNER BALANCE, en el que se basa el libro “Y a ti, ¿qué te estresa?”.  Lo empecé a poner en práctica con mis clientes, con equipos, con empresas… porque el estrés siempre estaba presente,  e impedía a la gente avanzar, pero fue durante el confinamiento, al observar el alto nivel de estrés de la población en general y de lo poco conscientes que somos de su utilidad y de sus efectos negativos, cuando decidí escribir el libro con la intención de sensibilizar sobre este tema y normalizarlo, porque hay un estrés que nos motiva y otro que nos desgasta y no sabemos distinguirlo. El objetivo es afrontarlo con naturalidad para que no nos perjudique utilizando sencillas herramientas.

En el libro cuentas que cambiaste de profesión porque querías conciliar la vida familiar y la vida laboral. Me da la sensación de que esto es algo que sobre todo nos pasa a las mujeres, porque pocas veces he oído a un hombre decir “voy a cambiar mi profesión porque no puedo conciliar”

Uno de los objetivos que trabajo habitualmente con mis clientes es la conciliación, y en general, los hombres quieren participar activamente en la vida familiar, tienen esa necesidad, pero todavía no han encontrado la manera de expresarlo con naturalidad y ser más proactivos a la hora de participar no solo en el reparto de tareas domésticas, también en la crianza.. A las mujeres nos es más fácil dar este paso porque al final nos adaptamos de manera natural hacia la maternidad, hacia esa responsabilidad innata que nos sale. Al hombre le cuesta más, quiere hacerlo, pero no sabe cómo. Y esa frustración, en muchos de ellos, es motivo de estrés.

Cuando hablo con recursos humanos o con líderes de empresa, les digo que es muy importante que la empresa sea sensible al estrés que se genera por la falta de conciliación. Y de hecho, propongo un trabajo de regulación estrés en la empresa para mejorar las políticas de conciliación de hombres y de mujeres. Porque si ellos concilian mejor, las mujeres lo tendremos más fácil. No pongamos el foco de estas políticas solo en las mujeres, pongamos el foco en la conciliación familiar en su conjunto.

Más de una vez hemos sentido que queríamos huir a una isla desierta porque no éramos capaces de estar calmadas con nuestros hijos e hijas. De hecho tú pones algunos ejemplos en el libro. ¿Qué podemos hacer en esta situación?

Cuando estamos sobrepasadas, con los pelos de punta, que ya no podemos más, porque efectivamente vida familiar y vida laboral son muy estresantes,  hay que dar un paso atrás y tomar perspectiva. Habitualmente nos coinciden las oportunidades de avanzar en nuestra carrera profesional con la maternidad y la crianza de los hijos, y nos exigimos mucho.

Para empezar, culturalmente hay que hacer cambios importantes y ver la vida laboral con otra estructura. Por ejemplo, ¿por qué no podemos hacer un trabajo de menos horas o que no sea tan exigente, que nos permita conciliar mejor mientras nuestros hijos son pequeños o seguir estudiando para estar al día y después, cuando son más mayores y tenemos más tiempo, dedicarnos a impulsar nuestra vida laboral? Cuando se vive la maternidad o la paternidad intensamente y se disfruta, se desarrollan de manera natural las llamadas “soft skills” que cada vez son más valoradas en los puestos de responsabilidad que podríamos alcanzar en esa nueva etapa laboral.

Además la edad de jubilación es cada vez más avanzada, así que contaríamos en nuestros equipos con seniors muy motivados porque tendrían la posibilidad de estar disfrutando de cada etapa de la su vida sin sufrir el estrés que supone la falta de tiempo.

Mientras tanto, ¿qué podemos hacer? Como índico en el libro es importante buscar cuáles son nuestros  estresores con el fin de empezar a manejarlos. Lo más fácil es comenzar a trabajar los estresores pequeñitos de uno en uno porque cuando vivimos muchos momentos de estrés juntos es cuando tenemos ese momento de “estoy perdida, no puedo más y no tengo salida” y con pequeños pasos podemos reajustar la situación para poco a poco ir recuperando nuestra energía.

Te pongo un ejemplo de algo habitual y que para algunos puede resultar estresante, si en el trabajo  ponen las reuniones a las 9 y a ti llegar a las 9 te va a suponer estrés porque llevas a tus hijos al cole, o se han puesto malos y tienes que reorganizar la logística en casa, igual somos nosotras quienes tenemos que pedir que la reunión pueda ser a las 9:15 h o a las 9:30 h porque, a veces, 15 minutos por la mañana te cambian la vida.

Vuelvo al cambio cultural del que hablaba antes, socialmente parece que tenemos que regirnos por un patrón, pero si tenemos más flexibilidad y empatía estos pequeños cambios pueden ser beneficiosos para el buen ambiente de la empresa y el funcionamiento de los equipos porque los que somos madres y padres sabemos que eso mismo nos puede pasar mañana a nosotros.

 En el libro explicas muy bien cómo funciona nuestro cerebro y cómo mantener un estrés prolongado en el tiempo nos hace llegar a enfermar muchas veces. ¿Podemos hacer cambios antes de que ocurra esto? 

De hecho, el programa INNER BALANCE que explico en el libro va encaminado a eso, a la prevención. Porque si tú te entrenas con antelación y eres capaz de que cuando te lleguen los picos de estrés manejarlo, vas a sentirte mucho mejor.

Este programa entrena para que el cerebro lo reconozca y sea muy consciente de cuándo ya está viviendo picos de estrés y aunque en el momento tu reacción sea con estrés, rápidamente te vas a dar cuenta de ello y serás capaz de activar las herramientas que te ayudan a bajar el nivel.

Una vez que activas tus herramientas, ya ves las cosas de otra manera y aunque el estrés sea prolongado, consigues que esos picos se suavicen. Entonces el cuerpo descansa, recupera energía, y no te desgasta consiguiendo mantener esa energía vital.

Dices en el libro que las personas lo primero que quieren cambiar o que suelen querer cambiar son sus hábitos de alimentación. ¿Cómo podemos hacer este cambio y por qué es tan importante hacerlo?

Muchas personas llegan y en la primera sesión se dan cuenta de que están comiendo mal y son muy conscientes de ello, pero no lo cambian por “falta de tiempo”. Así que, para recuperar tiempo que se consume en otras tareas se deja de comer, se come mal o se come rápido y mal. Fíjate que cambiar ese hábito no es muy complicado y de hecho, cuando se trabaja en sesión, se puede conseguir recuperar el buen hábito en las comidas en un par de semanas, pero sino se es consciente y se sigue en la rueda del estrés, probablemente el aparato digestivo sufra las consecuencias y desencadene otros síntomas en otros sistemas, entre otras cosas, por falta de los nutrientes adecuados, y desgaste de energía.

Otro aspecto importante es dedicarle tiempo de calidad al ritual de la comida y que ésta sea nutritiva. Si solo dispones de 15 minutos para comer, tomate ese tiempo para disfrutar de la comida, te ayudará a relajar la mente y tu aparato digestivo funcionará mejor. Al recuperar estos buenos hábitos, el cuerpo también se recupera mejor del estrés.

En el libro explico también por qué es importante adaptar la dieta en función de las necesidades de cada época de tu vida.

¿Cómo funciona el método INNER BALANCE?

Este método trabaja 3 niveles: el mental, el físico y el energético. En esos 3 niveles, tendemos siempre a bajar el nivel de estrés desde la parte física, por ejemplo, haciendo deporte, pero hay otras muchas cosas que hay que equilibrar. La parte mental es muy importante, por lo que, tomar conciencia es el primer paso y en cuanto a la parte energética, ser consciente del nivel de energía que tienes también. Cuando tienes bien trabajados los 3 niveles es cuando te llega el verdadero equilibrio.

En el libro hay una serie de herramientas muy sencillas, que son las que podemos poner en práctica en nuestro día a día, explicadas desde la perspectiva de la neurociencia para saber por qué funcionan. No es lo mismo que te digan que hay que comer bien, a que tú entiendas por qué hay que comer bien. Cuando entiendes cómo funciona todo el organismo es mucho más fácil hacerlo. Y así lo explico en el libro.

¿Y este libro vale para adolescentes?

Por supuesto. En presentaciones que he hecho del libro, ha sido magnífico, porque han venido adolescentes que han preguntado qué pueden hacer para regular su estrés. Son conscientes de que viven en un mundo estresante para ellos y muchas veces, somos los propios padres y madres los que les estresamos desde pequeños con extraescolares y un montón de actividades más. Así que, deberíamos hacer, por un lado, una reflexión para saber qué entorno les estamos dando,  y por otro lado, hablémosles del estrés y de cómo manejarlo, porque también estas herramientas son útiles para ellos.

De hecho, cuando han leído el libro, me ha hecho mucha ilusión que viniesen después  y me contasen que habían puesto en práctica algunas de las dinámicas y se daban cuenta de como disminuía su nivel de estrés.

Y es que si aprenden desde pequeños a ser conscientes de los 3 niveles, tienen herramientas sencillas que poder aplicar e incorporar en su día a día con más naturalidad que los adultos. Me parece imprescindible que a nivel de educación también se hable del estrés sin ningún prejuicio.

Y a ti, ¿qué te estresa?

 

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