Queremos daros las gracias por todos los relatos que nos habéis escrito sobre la crianza y la familia. Gracias a Oliva, Medina y Leia por invitarnos a vivir la experiencia de un bebé prematuro, a Haizea por recordarnos a través de una familia de pingüinos lo difícil que es aceptar a veces que el amor se reparta con más hermanos y hermanas, a Hugo y a Nuria por contarnos qué es para ellos la familia, y a Iñaki Bilbao por relatarnos los veranos con aitite y amama y algún secreto más.
Asimismo, queremos agradecer a Zoraida que nos recuerde que la familia está llena de rarezas, pero que al fin y al cabo es familia, y hay que lidiar con ello y disfrutarlo. Regina, por su parte, nos cuenta cómo ha sido y es su vida. Y por último pero no menos importante, a Txagu Magu, por enseñarnos a través de la magia que todo el mundo es válido y así se lo demuestran a Pa su aita y su ama. Como sabéis, a quiénes nos escribieran un relato, les prometimos un libro o juego. Así que la prometido es deuda y la mayoría de ellos y ellas ya han recogido su regalo o están a punto de hacerlo. Y sin más dilación, aquí os dejamos sus relatos:
DEDICADO A LOS PADRES Y MADRES DE BEBÉS PREMATUROS
Día 1:
Kaixo mundo! Soy una pequeña guerrera de 1 kilo que ha llegado un poco antes de tiempo a este lugar extraño llamado UCI neonatal. Mis ojos apenas se abren, mi cuerpo es frágil y todavía apenas me muevo. Estoy en una incubadora, rodeado de máquinas que no paran de hacer pitidos y zumbidos constantes. Es un poco abrumador, pero sé que estoy en el lugar correcto.
Día 5:
Hoy ha sido un día difícil. Me han pinchado varias veces y me han puesto sondas y muchos cables, pero he conocido a algunas personas increíbles que cuidan de mí. Sus manos son cálidas y reconfortantes, y hablan suavemente mientras me toman la temperatura o me ponen esos cables. Me hacen sentir segura a pesar de todo lo que me rodea.
Día 15:
He aprendido a reconocer los diferentes sonidos de las máquinas. Algunas veces, los pitidos son agudos y rápidos, y puedo sentir la preocupación en el aire. Otras veces, son suaves y pausados, y sé que las cosas van bien. Muchas veces incluso me duermo al ritmo de los pitidos, como si fueran una melodía especial para mí.
Día 20:
Hoy ha sido un día especial. Ha venido una chica que cantaba muy bien y nos ha dedicado varias canciones, ¡mi primer concierto de ópera! Además, me han regalado unas letras con mi nombre para ponerlas es mi incubadora, ya sé cómo me llamo y…¡me encanta mi nombre!
Día 25:
Mis padres vienen a visitarme todos los días. Los veo a través de los cristales de la incubadora y sus caras están llenas de amor y esperanza, Les gustaría abrazarme, pero de momento solo pueden acariciarme metiendo sus manos por los agujeritos de la incubadora. Me hablan en voz baja y me cuentan cosas sobre el mundo exterior, me dicen que tenemos una gata muy juguetona que ese llama Rania. También me cuentan que fuera de aquí hay pajaritos, árboles y un sol brillante. Sueño con ese mundo desconocido para mí y espero conocerlo pronto.
Día 40:
Hoy ha sido un buen día. He ganado peso y me estoy haciendo más fuerte. Mis pulmones están madurando y no necesito tanto oxigeno como antes. Mis padres están muy felices y ya pueden cogerme entre sus brazos. Me cogen con delicadeza y me apoyan sobre su pecho, eso me hace sentir muy a gusto. ¡Me pasaría horas escuchando las historias que me cuentan!
Día 60:
Me han trasladado a una incubadora más grande y ahora tengo más espacio para moverme. Me encanta estirar las piernas hacía arriba y moverlas. Muevo los brazos y las piernas enérgicamente cuando estoy contenta. Siento que estoy más cerca de conocer a la gata Rania, a los pajaritos y al sol.
Día 75:
A veces me siento un poco triste. Me gustaría estar en casa con mi familia rodeada de caricias, salir a dar paseos y ver todo los que me cuentan mis padres en sus historias. Pero sé que este es mi lugar por ahora y que estoy rodeada de personas que me cuidan con amor y que me quieren mucho.
Día 87:
¡Hoy es el gran día! Han pasado ya casi 3 meses desde que llegué a este lugar y ha sido un viaje de altibajos. He superado tantas dificultades que me he convertido en una guerrera. Aunque aún soy pequeña estoy preparada para enfrentarme al mundo. Me despiden con aplausos y siento que siempre voy a ser alguien especial para ellos. Mis padres están muy felices, pero también nerviosos, pero yo estoy segura de que van a ser los mejores padres del mundo porque así me lo ha demostrado durante todo este tiempo.
Adiós UCI neonatal. Gracias por cuidarme y darme la oportunidad de vivir. Ahora es la hora de abrazar el mundo de ahí fuera, estoy lista para descubrir el mundo por mis propios ojos.
LEIA
LA FAMILIA PINGÜINO TIENE UN BEBE
Érase una vez una familia de pingüinos. La hija se llamaba Lisa, tenía 10 años y lo que más le gustaba hacer era jugar con sus padres, Minnie y Bob, al limbo.
Un día sus padres le dijeron que iba a tener un hermanito. Entonces Lisa empezó a pensar que no le iban a hacer caso, que solo iban a jugar con el bebé y que no se iban a preocupar por ella.
Los padres de Lisa se dieron cuenta de que su pingüinita estaba un poco rarita y fueron a hablar con ella. Lisa les explicó todo lo que pasaba.
Entonces sus padres le explicaron todo lo bueno que tiene un hermanito y que siempre podría contar con ellos.
Por fin llegó el día en el que nació su hermanito y lo llamaron Willie.
Y desde ese día Willie y Lisa fueron los pingüinitos mas felices del mundo entero.
FIN
Haizea Larrauri Hernández (8 años)
FAMILIA, ZER DA FAMILIA?
Familia ama, aita eta aititeak dira, eta maite dut guztiak, nire izekoak, osabak eta lehengusinak ere, nire lagunak ere maite dut.
Hugo, 5 urte
FAMILIA, ZER DA FAMILIA?
Bakoitzak zer den familia definizio bat eman luke. Baina batez ere familia ez da odol eta genetika kontua bakarrik, maitasun eta presentzia baizik. Hori dela eta, familia sortzen da poliki-poliki eta partaideak aldatu ahal dira bizitzaren zehar.
Familia bizitzako bidean bidelagun gaituzten pertsonak dira, zorioneko momentuan baina baita ere bizitzak oztopoak jartzen dizkigun momentuetan, familiak ordua oztopo hauek modurik onean gainditzen laguntzen digu.
Familiak ere bere burua zaindu behar du eta egunero ureztatu bere fruitu onenak eman ditzan.
Nuria
LA RADIO DE AITITE
Como cada junio al terminar el curso escolar, mis padres me enviaron al pueblo a pasar el verano con los abuelos. Para un niño de diez años acostumbrado al ruido, las prisas y los enormes edificios que tapan el sol en la ciudad, mudarse allí por unas semanas suponía viajar tanto en el espacio como en el tiempo. Abrir una ventana al aire fresco del campo y la calma de otras épocas. Nacida a orillas del río Arratia, aquella pequeña aldea con nombre de arenal y silencio de seminario me recibía con el cálido reflejo del atardecer sobre el Gorbea al pasar junto al balneario.
Los abuelos esperaban mi llegada con la ilusión desbordada. Sábanas limpias recién colocadas en mi habitación, la silla de leer en el rincón más fresco del aterpe empedrado, en la mesa un plato de intxaursaltsa y por el aire, flotando como un espíritu amigo, el sonido de la vieja radio de aitite. Aquel radiocasete, intocable como una pieza de museo sobre la nevera, provocaba en mí una fascinación mágica: su curioso altavoz circular de rejilla; la antena extendida hasta casi rozar el techo; y la enorme rueda que permitía recorrer el dial, aunque en realidad llevaba décadas en la misma sintonía. “Es una más de la casa”, respondía amama al preguntarle por qué no compraban otro receptor más moderno. “Nos trae recuerdos de nuestros años mozos”, añadía aitite mientras cruzaba una sonrisa cómplice con ella.
El verano avanzó entre novelas de aventuras, largas sobremesas y paseos hasta Pagomakurre. Una mañana, a pocos días del fin de las vacaciones, varios vecinos del pueblo llamaron a nuestra puerta pidiendo ayuda: una repentina niebla ocupaba el valle y debían hacer sonar las campanas de la iglesia para orientar a los mendizales. Mis abuelos salieron corriendo a ayudar y yo, al verme solo, sentí que un impulso incontrolable me llevaba a manipular aquella reliquia con el inocente propósito de cambiar de emisora. Pulsé varios botones al azar y moví la antena sin más respuesta que el silencio. Luego giré la rueda del dial y de pronto un extraño crujido dio vida al aparato. El inconfundible vaivén de las ondas radiofónicas recorriendo frecuencias sonó hasta detenerse por sí solo en la misteriosa voz de un locutor cuyas palabras sonaban lejanas, pero no en la distancia, sino en el tiempo:
“…hoy, 24 de agosto de 1964, día de San Bartolomé, Joseba que nos escucha desde el valle de Arratia quiere dedicar una bonita canción a su vecina Mirari, a quien pide el primer baile de esta noche en la verbena de Areatza…”.
El ruido de la puerta interrumpió bruscamente aquella voz y de nuevo volvió el silencio. Con la mente aún confusa por lo que acababa de escuchar, salí al encuentro de mis abuelos y grité: “¡Aitite! ¡Amama! ¡En la radio hablaban de vosotros!”.
Ellos se miraron sorprendidos y, señalando el cable que colgaba por detrás del antiguo aparato, respondieron: “imposible, laztana, mira: olvidaste enchufarla”.
Iñaki Bilbao
LA FAMILIA (QUÉ ORIGINAL!)
Érase una vez, una familia que vivía muy feliz entre cantos de pájaros y flores. Mmmmm…. ¡Venga ya! ¿De verdad alguien cree que esto puede ser real? En fin, esto es un cuento, y como tal, podemos imaginar lo que queramos, hasta que el personaje hable con el autor (¡y le contradiga!) como en una nívole de principios del siglo pasado…cómo se titulaba…no me acuerdo, es como si una niebla me nublara la memoria.
Bueno, por donde íbamos, por las flores y los pájaros. Que por cierto, los pájaros también viven en familias, algunos más comprometidos que otros, pero los hay que pasan toda la vida juntos cual matrimonio con bodas de oro. Qué se les pasará por la cabeza a esos cabeza de familia, cuando ven a su prole celebrando sus bodas del metal preciado? “Yo también quiero llegar a bodas de oro!” – dice el nieto jovenzuelo. “Y yo llegaré a las de platino” – dice el benjamín. No saben lo que dicen.
Cada vez es más raro encontrar octogenarios (o nonagenarios) en dichas celebraciones. Ni falta que hace. La familia va mucho más allá que pasar (o aguantar) los más años posibles con la misma persona. La familia es extensa, variada, múltiple, complicada, extravagante y todos los adjetivos que nos dé la gana ponerle, por eso existen tantos tipos de familias como personas hay en este Universo. Iba a escribir Planeta, pero al igual que no está demostrado que haya vida fuera de la Tierra, tampoco está demostrado lo contrario; por tanto, tiendo a pensar que también puede haber familias extraterrestres con sus normas conductuales marcianas o plutonianas o ninianas. ¿Y si estuviéramos solos en este universo?, ¡cuánto espacio desaprovechado!).
De nuevo nos estamos desviando del tema. ¿Y cuál es el tema? La familia. O mejor aún, la FAMILIA. Con mayúsculas todo cobra más importancia. ¿Acaso no es de las cosas más importantes que podemos tener en la vida? No, mejor el oro. Bueno, las bodas de oro. Pues sí, la familia no la elegimos, nos toca, esos padres y madres sin libros de instrucciones que hacen lo que pueden por mantener la cohesión, por inculcar los valores que creen correctos, por intentar educar en las normas sociales socialmente aceptadas en la sociedad en que se haya nacido, por proteger de los daños físicos y psíquicos a los que el mundo expone a los vástagos, por inculcar la religión que ellos creen única y verdadera, y ¿por dirigir sus pasos hacia una vida plena? ¿De éxito? ¿Feliz? Cuál es el objetivo de tanta educación y adoctrinamiento? ¿La felicidad personal individual? ¿El volver a formar otra familia? ¿El acumular cuantos más objetos de valor, bienes materiales y tener una cuenta rebosante en el bando? ¿La paz interior que se logra sin necesidad de poseer nada? ¿El nirvana? ¿Cuál es el sentido de la vida? No lo sé, se lo preguntaré a mi familia.
Fabuloso es el hecho de que mi abuelo siga vivo, a sus 96 años, le tengo que repetir la pregunta porque a la primera no la ha entendido (aunque él dice que no la ha escuchado). Tiene los oídos que le funcionan estupendamente, o selectivamente, según guste, ya que no se pierde un postre ni aunque esté en la sala con la TV en un programa donde siempre están chillando y estorbándose para hablar. Como si les pagaran por atropellarse verbalmente (aunque quizá sí sea así). Pues ni aún con esas trabas (las mayores que me puedo imaginar), no se le pasa la convocatoria de mi abuela cuando el pastel sale del horno: “Ya está el postre!”. Qué oído. Aunque ahora que lo pienso, también podría ser que fuera el olfato culpable de este entendimiento. Al lío, que tras repetirle no dos sino tres veces la pregunta (se ve que estaba cavilando la respuesta) al fin se digna a contestar lo siguiente: “El sentido de la vida es…la FAMILIA”. Ya estamos.
Mi madre no para. Le puedes encontrar en la cocina, cocinando, en la bañera, bañándose, en el despacho, despachando, en el baile, bailando. Creo que también se merece que la escriba en mayúsculas). MADRE, esa persona que nos ha llevado dentro y se desvive para hacernos felices, para que no nos falte de nada, para que estemos siempre abrigados y llevemos chaqueta hasta en verano, por si acaso. Esa persona que es un pilar en nuestra vida, un faro en medio de un mar embravecido siendo nosotros un barquito a la deriva, una mano que está siempre tendida a la cual a veces mordemos y otras nos aferramos firmemente, una voz tranquilizadora para el alma, una canción en todos sus géneros. Y Ella, mi madre, ¿qué opinará del sentido de la vida? “El sentido de la vida es la SERENIDAD” – contesta. Será que la necesita a raudales. ¿Eso no se puede comprar en las plataformas digitales? Dos sacos de serenidad, por favor, Avenida de las Lamentaciones, s/n. ¿Que cuesta cuánto? ¿Tres años haciendo la cama, recogiendo la ropa del tendedero y llevando los platos sucios al lavavajillas? Bueno, dejémoslo en dos sobrecitos pequeños, que las grandes dosis nunca han sido buenas.
Liante es una palabra que podría describir perfectamente a mi hermano. También podría decir de él que es un adolescente típico, o sea, raro. Contradicción. Antítesis. Pero de alguna manera, es cierto. Ya que es típico que un adolescente sea raro. Pero raro, raro. Casi ni me atrevo a preguntárselo. Últimamente está en modo filosófico. Creo que hasta le ha dado por estudiar griego, y a los antiguos griegos. No le culpo, fue una civilización rompedora con la época, la más avanzada y precursora de buena parte de nuestro modo de vida actual. Nos falta cultura, redescubrir nuestra historia. ¿Cuál es el sentido de la vida? – “Más allá de los placeres momentáneos individuales, de los likes y los chispazos de dopamina que se generan en el cerebro cada vez que comemos chocolate o compramos algo inútil e innecesario, más allá de los placeres físicos y psíquicos (esto me suena), está lo colectivo, somos seres de una especie en peligro de extinción y como tales, hemos de priorizar nuestra supervivencia, se lo debemos a las generaciones venideras, cuidemos el planeta y cuidémonos entre nosotros, o nos extinguiremos” Ya os había avisado.
Pues eso, que entre pájaros y flores se termina este relato que no es relato, cuento que no es cuento, o novela que es nívole. Sed buenos, no extinguiros, encontrad serenidad y si no os gusta vuestra familia, pues cread otra, a ver si de casualidad os sale mejor.
Zoraida Bragado
PERSONAL
Ahora que soy mayor, es decir, tengo ya 61 anos me acuerdo mucho de mi familia más cercana. Pero echo mucho de menos a mis padres que murieron hace 1 año y tanto hicieron por mí. Ellos me han dejado una riqueza tanto espiritual como económica cosa de la que estoy muy agradecida. Ellos me ensenaron de muy pequeña a hacer las cosas bien y comportarme bien. Yo, desde muy pequeña siempre he estado con ellos. Hacíamos viajes fuera del País Vasco por el trabajo de mi padre. Siempre les recuerdo siendo muy activos y trabajadores y dando todo por los hijos y la familia. Tengo un hermano menor que yo que es también un ejemplo de trabajo y buen hacer.
Sin embargo, a mi aunque no me puedo quejar de la educación recibida me cuesta hacer las cosas con éxito y calidad. No paso de la mera normalidad y a veces incluso de una manera no tan satisfactoria como hubiere deseado. Sin embargo yo pongo todo mi empeño en llevar una vida lo mas normal posible e integrarme en la sociedad.
Siempre me ha gustado mucho estudiar y leer y aun hoy sigo estudiando y adquiriendo conocimientos e intento llevar una vida social lo más normal posible.
Los amigos y familia siempre me han considerado una persona responsable y activa y es verdad siempre estoy haciendo cosas. Me levanto temprano y comienzo con mi actividad diaria. Me gusta hacer natación, yoga, andar y hacer cursos. También en lo que puedo ayudo a mi familia.
Regina Zuazo
Y TÚ, ¿CUÁNTO VALES?
ꟷ Buenos días Pa ꟷdicen a la vez amatxu y aita
ꟷ Egunon amaita. (Esta es la forma que tiene Pa de llamarles a los dos a la vez).
ꟷ ¿Y esa cara? Tienes que estar alegre que hoy es viernes.
ꟷ Es que hoy no me apetece ir al cole ꟷresponde Pa para continuar diciendoꟷ, ayer me dijo Alex que yo no valía nada.
ꟷ ¡Eso es mentira! Y te lo vamos a demostrar.
Vamos a enseñarte una tabla mágica que te va a decir lo que vales cada día. Lo que tienes que hacer es poner el número que tú quieras, entre el 0 y el 9 en la casilla que está a la derecha del número 7. Y así esta tabla mágica analizará lo que vales.
ꟷ Suma el 7 más el número que has puesto (que ha sido el que tú has querido), y lo pones en el siguiente cuadrado que te indica la flecha. Si la suma es igual o más que diez, solo pon el primer número de la derecha, es decir las unidades.
ꟷ Suma ahora los números de los dos últimos cuadrados, y lo pones en el siguiente que te indica la flecha. Al igual que antes, si la suma es igual o más de diez, solo pon el primer número de la derecha de la suma que te ha dado.
ꟷ Repite este último paso hasta completar todos los cuadrados, siguiendo el rumbo que te indican las flechas.
ꟷ El número que salga en el último cuadrado que está sombreado indicará lo que vales. Si sale 0 significa que no vales nada, sin embargo, si sale el 9, significa que vales un montón, lo máximo posible.
Pa rápidamente coge un boli piensa en un número cualquiera y se pone a rellenar los cuadrados mágicos para demostrar a Alex que vale mucho más de lo que le ha dicho.
ꟷ ¡Un 9! Valgo nada más y nada menos que un nueve.
La cara de Pa cambia rotundamente transformándose como la noche al día. Mágicamente una enorme sonrisa se dibuja en su cara, y como consecuencia de ello, también la de amaita.
Y tú, ¿cuánto vales?
Te animo a que hagas igual que Pa, y sepas de 0 a 9 lo que vales. ¡Seguro que es mucho!
Txagu Magu