Durante muchos años, nos hemos movido de forma mayoritaria en un modelo de familia nuclear y al entrar en contacto con nuevos modelos, nos surgen dudas de cómo situarnos Te proponemos algunos interrogantes.
¿A dónde se llega?
Tener una relación de pareja con una persona que ya tiene hijos o hijas implica participar, de alguna forma, en un “sistema familiar”, ya creado previamente, al que llegas en “último” lugar. Primero, llegó la expareja de tu pareja, después los hijos y las hijas que tuvieron y luego llegas tú. Eso no quiere decir que tú seas menos importante. Supone, por ejemplo, que:
-El tiempo de tu pareja estará compartido entre tú y sus hijos e hijas, con los que tiene un compromiso como padre/madre.
-Ya hay unos códigos de relación previos entre tu pareja y sus hijos e hijas Tienen su propia forma de decirse las cosas, de elegir las actividades que comparten, de poner y cumplir las normas … Además, entre tu pareja y su ex también hay unos códigos de comunicación en torno a la crianza de sus hijos comunes.
-Puede haber ciertos miedos, recelos o incertidumbres en los hijos e hijas ante tu presencia. Generalmente, los hijos e hijas de padres/madres divorciadas tienen la fantasía de que sus progenitores volverán a ser pareja. La llegada de nuevas personas supone cerrar esa oportunidad. Además, una nueva persona es alguien con quien “competir” por el tiempo con su padre/madre.
Siendo así, entrar en contacto con un sistema familiar previo y/o crear uno más amplio, puede ser una ocasión excepcional de disfrutar y aprender.
Si pensamos en que la relación de pareja ha llegado a ser estable, ha habido una presentación a los hijos e hijas, e incluso pensáis en empezar a convivir: ¿qué y cómo hacer? Hay diferentes variables que pueden ser tenidas en cuenta. En cualquier caso, podemos hacernos algunas preguntas.
¿Tendré que ser una especie de padre o madre?
Probablemente, tu deseo no es madre o padre por el hecho de tener una pareja con hijos e hijas Y aun estando ese deseo de forma consciente o inconsciente, hay que tener claro que esos hijos e hijas ya tienen sus figuras paternas -maternas con las que mantienen un vínculo especial llamado APEGO.
El vínculo de apego es una relación afectiva especial y excepcional que se crea desde los primeros meses de vida entre niños/niñas y sus padres/madres para garantizar su supervivencia En este vínculo hay una escucha y respuesta ajustada a sus necesidades, con un amor incondicional más fusional y disponibilidad emocional permanente. Implica una expresión continua del afecto, pasar mucho tiempo juntos, ejercer una disciplina positiva, crear sentimiento de pertenencia y fomentar un cuidado mutuo.
Como pareja de una persona con hijos no tienes que desarrollar este vínculo de apego ni todas las funciones de crianza que van implícitas en él .Esto es responsabilidad de los padres y madres. Sí es posible, en cualquier caso, desarrollar una cierta relación que contribuya a crear un entorno seguro y protector para los hijos y mantener una relación de pareja satisfactoria.
¿Emociones y roles? ¿Comunicación?
¿Cómo poder crear una relación POSITIVA con los hijos de tu pareja sin generar malos entendidos? Requiere aclarar las emociones y los roles de cada uno de los elementos de este “nuevo sistema familiar”.
Todas las estructuras familiares necesitan una comunicación fluida que permita escuchar emociones, situar a cada persona en su rol y crear el código de relación. En el caso que nos ocupa, es fundamental que esto se haga de una forma explícita .Así, parecerá importante clarificar con:
–UNO/A MISMO/A
Los deseos, emociones e inquietudes con los que se parte al llegar al sistema familiar. Los límites que quieren mantenerse, las oportunidades a las que abrirse… Y puede que vayan cambiando con el tiempo y haya que tomar conciencia de ellos. La confusión forma parte de la vida también y hay que aceptarla para poder desliar la madeja.
–TU PAREJA
Es necesario aclarar con tu pareja las emociones que tienes y cómo te gustaría situarte ante sus hijos e hijas. Quizás tu pareja desea que hagas un rol de madre/padre, con lo que deberás contarle tu intención de crear una relación sin hacer ese papel.
Será necesario que tu pareja te cuente cómo hacen con la organización doméstica, la comunicación, las normas y límites…. Y tú podrás exponerle tus emociones y la necesidad de que puedan cambiar algunos elementos de ese “código” que te afectan y negociar para crear un entorno con unas normas de convivencia conjuntas…Podréis hablar de si piensa delegar algunas funciones de cuidados de sus hijos en ti, qué decisiones son sólo de padre/madre, qué otras podrás tomar para la convivencia… Podréis hablar de cómo y cuándo mantener tiempos de pareja propios sin hijos e hijas, con hijos e hijas…
–LOS HIJOS E HIJAS
Comunicar a los hijos los acuerdos a los que se va llegando para convivir es interesante, siempre que se haga de forma cautelosa y sin exceso de información. Darles la opción de opinar en cómo concretar algunas normas de funcionamiento y respeto también será constructivo. Tu pareja será la que hará especialmente de portavoz e interlocutora de esto.
Tú puedes aclarar con los hijos que no vienes a sustituir a nadie, menos a la ex de tu pareja. Destacar que te gustaría crear una relación cercana con ellos, en la medida en que ellos quieran y con el tiempo. Concretar que es posible que tu pareja delegue en ti algunas funciones de cuidados con ellos para ayudar en la convivencia.
De cualquier forma, será el día a día y las acciones las que irán construyendo esa relación de confianza.
–LA EXPAREJA
Sería interesante que la relación de tu pareja con su expareja pudiera ser buena para una crianza común. Ayudar a tu pareja a ello y que aclare roles con su ex sería bueno también.
¿Y el día a día de la relación?
- LA NECESIDAD DE TIEMPO
Roma no se construyó en un día. Las relaciones tampoco se hacen en un par de semanas o meses. Es necesario pasar tiempo juntos, comunicarse e ir creando la relación poco a poco. “Querer ganarse” a los hijos e hijas de tu pareja en poco tiempo u “obligarse” a hacerlo sin entrar en contacto con las propias emociones y los deseos, puede llevar a dificultades que luego cuesta remontar.
- AFECTIVIDAD EN LA RELACIÓN
La relación que podrás establecer con los hijos de tu pareja puede quedarse en una mera interacción puntual o en una afectividad consciente en la que haya muestras de cariño, confianza y cierta disponibilidad emocional para la escucha y la ayuda. O podrá convertirse en un vínculo más estrecho (sin llegar al vínculo de apego parentomarental) en función de las inquietudes de ambas partes.
Un vínculo es una relación afectiva que se da entre dos personas con mayor carga emocional, mayor contacto y cuidado mutuo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para que se dé ambas partes tienen que desearla. Es posible que tú lo quieras, pero los hijos de tu pareja no o al revés. Y nadie puede obligar a nadie. Por ello, es importante escuchar sus deseos al respecto, que pueden ir cambiando a medida que pasa el tiempo. De cualquier forma, la disponibilidad para escuchar es fundamental y un ingrediente básico en toda relación.
La mayor parte de los conflictos entre las personas vienen dadas por incongruencias en el tipo de relación que quieren tenerse mutuamente.
- PASAR TIEMPO JUNTOS DISFRUTANDO
El disfrute compartido es un potente generador de “hormonas” impulsoras de la afectividad. Así, es importante que las actividades que se elija compartir sean motivantes. A veces, lo serán para toda la familia, otras para las personas adultas, otras para los niños y niñas… Por ejemplo, a las personas adultas os puede parecer un buen plan ir al monte y los hijos e hijas prefieren ir al cine… y se irá combinando.
- ¿REALIZAR FUNCIONES DE CRIANZA?
En principio, las personas centrales en las que recae la responsabilidad del cuidado de sus hijos e hijas son padres/madres .A veces, estos cuidados se delegan en abuelos, amigos, cuidadoras profesionales, vecinas, profesores… Dada la cercanía, sobre todo si se convive en el mismo espacio, es posible que, tras aclararlo con tu pareja y los hijos e hijas, puedas hacer ciertas tareas de cuidados delegadas. Serán tareas que no impliquen decisiones o aspectos importantes (por ejemplo, no entrarías en elegir el colegio, ir a la reunión con la profesora, tener una entrevista con la psicóloga del niño o la niña…)
Como decíamos antes, ya hay un código previo de cómo ejercer estos cuidados, con lo que será interesante adaptarse a ese código o introducir algunos pequeños cambios en consenso con tu pareja y aclarando las novedades a los hijos Quizás éstos también puedan participar dando alguna sugerencia, siempre buscando que potencie su autonomía y seguridad.
- ¿EXPRESAR AFECTO?
Dentro del tipo de relación afectiva a la que se llegue con el tiempo y el deseo de ambas partes, será posible expresar el afecto dentro de los límites que cada uno quiera aceptar.
El afecto se puede manifestar de diferentes formas: con el cuerpo (abrazos, miradas , besos ) , verbalmente (con palabras, sonidos ..) y con acciones. Cada persona preferimos mostrar y recibir el afecto a través de una de estas vías. Será interesante descubrir qué forma prefieren los hijos e hijas de tu pareja para adaptarse a ella.
Hacer un regalo como forma de expresar afecto es posible, siempre que no sea una manera deliberada de “ganarse a la otra persona”, ya que perderá la credibilidad. La expresión de afecto debe ser genuina.
- ¿MANEJAR LA DISCIPLINA?
Un aspecto que puede ser difícil de abordar con los hijos e hijas de tu pareja es el tema de la disciplina. ¿Quién pone las normas? ¿Cómo hacer para no acabar escuchando: “Tú no me mandas, no eres mi madre”?
Sabiendo que la responsabilidad última de poner normas es de padres/madres, habiendo aclarado los roles y cuidados delegados, podéis elaborar unas normas de convivencia generales dentro de la familia (algunas vendrán “heredadas “ , otras se habrán “modificado” y otras puede que sean nuevas) .Desde ahí, puedes involucrarte en ayudar a mantener las normas de convivencia.
Es importante que tu pareja y tú mantengáis los mismos criterios. En este sentido, también sería interesante que sean comunes con la expareja, sabiendo que no siempre es fácil.
Recordar que manejar la disciplina de forma positiva implica mostrar empatía, comunicar qué se espera de ellos, buscar alternativas posibles a los deseos y necesidades, invitar a concretar las normas y usar más refuerzos positivos que castigos.
- ¿AUTOCUIDADO?
Nuestra propia mochila emocional nos condiciona la forma de estar en el mundo y de relacionarnos con las demás personas Tomar conciencia de nuestras emociones es una primera forma de autocuidado .Aceptar las limitaciones propias y de los demás, también. Y son necesarios momentos semanales de cuidado personal propio con alguna actividad de ocio, deportiva, corporal que ayude a ello.
¿Puedo llegar a convertirme en su mamá o papá?
Tras un tiempo importante de convivencia es posible que te conviertas en una figura de referencia y vínculo para los niños/niñas, al compartir momentos afectivos, de cuidados, de disfrute, de pertenencia…Aun así, padre/madre como figuras originales de apego sólo hay unas y éstas ya están establecidas. En el caso de que la expareja de tu pareja esté ausente o haya fallecido podrías llegar a ser una persona muy importante para esos niños y niñas, haciendo un rol “social” cercano al de la figura materna o paterna.
Sin embargo, en estos casos será importante no “negar”, “olvidar”, “usurpar” o “maldecir” a la persona ausente, ya que sigue teniendo un valor emocional para los hijos que tendrán que ir elaborando.
En cualquier caso, si llega un momento en que la pareja rompe, haya mayor o menor vínculo, es necesario acompañar a los hijos en el “duelo” que puede suponer alejarse de una persona con la que habían creado una relación afectiva cotidiana.
Para saber más
Como siempre, la teoría es más o menos fácil. La práctica es más difícil, en la que se mezclan emociones. Las propias, las de tu pareja, las de los hijos e hijas, las de los ex …. Y puede resultar un lío … Por ello, contar con la ayuda de algún profesional para acompañar situaciones, tanto si hay conflicto como si no, es interesante.
Hay algunas asociaciones y entidades que cuentan con recursos profesionales y pedagógicos para ayudar a las familias. También hay profesionales dedicadas a ello a nivel preventivo o terapéutico Y existen guías libros y cuentos sobre diversidad familiar Casi todas ellas abordan también la situación que se produce cuando llegan hijas por ambas partes o “nuevas” comunes en la pareja. Te dejamos algunas referencias.
- “Guía de las Familias Reconstituidas” Asociación UNAF ( www.unaf.org ) Gratuita
- “La familia recompuesta: cómo rehacer nuestras vidas tras el divorcio” Marie-Christine Saint-Jacques , Claudine Parent Editorial : Lectorum
- Familia recompuesta: los tuyos, los míos y los nuestros . France Bonneton Editorial :Panamericana
- Cuento “Familiarium” Mar Cerdá Editorial : Comanegra
- Cuento “Cada familia a su aire” Boutignon Beatrice Editorial : Hotel Papel
- Cuento “Vaya lío de familia” Pascale Francotte Editorial: La galera
- Cuento “Cuándo se irán éstos” Ute Krause Editorial : Juventud
RESUMEN
SI A
- Tomar conciencia de la llegada a un sistema ya previo para crear uno nuevo.
- Reconocer la propias emociones y el tipo de relación que queremos tener
- Dar tiempo para la creación de la relación
NO A
- “Obligar” a un vínculo estrecho si los hijos/as no lo desean a priori
- Sustituir al padre/madre
OJO CON
- No tomar conciencia de los procesos
Encuentra tu propia respuesta
Te proponemos algunas preguntas que pueden ayudarte a “encontrar pistas” en la construcción de la relación con los hijos de tu pareja desde tu propia experiencia. Desde nuestro punto de vista, esto es mucho más interesante y efectivo que las respuestas que podemos darte, con lo que te animamos a pasar un ratito contestando. Pueden utilizarse en diferentes ocasiones y momentos.
- ¿Cómo son los hijos de tu pareja? ¿Qué le gusta hacer?
- ¿Qué cualidades positivas tienen los hijos de tu pareja?
- ¿Qué experiencia has vivido ya antes en la que hayas vivido algo positivo con los hijos de tu pareja?
- ¿Cuándo fue, cómo fue, qué pasó?
- ¿Cómo lo conseguiste en ese momento? ¿Qué pusiste de tu parte para que fuera así, siendo difícil?
- ¿Qué cualidades tuyas te ayudaron a conseguirlo?
- ¿Qué podrías poner de tu parte para tener algo positivo de nuevo con los hijos de tu pareja?
- ¿Qué puedes probar a hacer en estos días para ello?
Begoña Ruiz. psicóloga, educadora social y psicomotricista.
¿Te ha interesado el artículo? Si tienes dudas o inquietudes en la crianza de tu hija o tu hijo, el equipo de BBK Family estará encantado de asesorarte. Disponemos de un servicio de asesoramiento online personalizado totalmente privado. No se publicarán ni las consultas ni las respuestas a las consultas. Y si quieres sugerirnos temas no dudes en contactarnos.