En los últimos días, las autoridades han decidido tener en cuenta y atender las necesidades de las niñas y niños, y podrán salir a dar un paseo y correr al aire libre. Esta medida era necesaria y deseada para poder preservar la salud mental de la infancia. No obstante, ante esta buena noticia, puede ser que algunas familias se enfrenten a la situación de que sus hijas e hijos no quieran salir de casa por miedo a contagiarse.
Este temor, se trata de una reacción natural ante la situación en la que nos encontramos, dado que durante semanas llevan escuchando explicaciones sobre los motivos por los que deben quedarse en casa, noticias sobre contagios y quizás número de fallecidos o incluso conocer la muerte de alguien cercano.
Durante todo este tiempo, permanecer en el hogar con su familia, suponía estar seguros ante el posible contagio. Sin embargo, en este momento, el hecho de salir a la calle, supone que abandonen “ese refugio” donde se han sentido protegidas y protegidos, para enfrentarse a un nuevo escenario que no pueden controlar, ya que todo ha cambiado. No pueden jugar en los parques, ni acercarse a sus amigas y amigos, ni tocar los bancos…es normal que sientan temor al desconocer qué puede ocurrirles.
Ante esta situación ¿cómo podemos ayudarles a gestionar este miedo?
1. Hacer preguntas abiertas sobre lo que les preocupa. En primer lugar, preguntarles abiertamente sobre el tema. ¿Qué es lo que te da miedo? ¿Qué te preocupa?
2. Escucha con atención y sin quitar importancia. Sin juzgar, sin minimizar ni ridiculizar sus temores, ya que quitarle importancia o reírnos hará que se sientan peor y no comprendidos. Aunque sus preocupaciones puedan no ser realistas debemos entender que es algo que les preocupa y les hace sentir inseguros.
3. Asegúrate de que has entendido lo que les ocurre y refleja cómo se sienten. “ Entonces, lo que te preocupa es…”, “ te da miedo salir porque no quieres que nos contagiemos”.
4. Valida sus emociones. Una vez que hemos escuchado y entendido lo que les ocurre, es importante mostrar comprensión y empatizar con ellos. Explicarles que “eso” que sienten es natural. “Entiendo que estés preocupado/a, asustado/a… Asimismo, es conveniente señalarles que el miedo es una emoción que como todas las demás, tiene una función adaptativa para el ser humano, que es protegernos. Por tanto, esta respuesta emocional suya, es natural y protectora, porque les indica que debemos cuidarnos y cumplir unas medidas.
5. Aclaramos sus dudas. Es importante que resolvamos sus dudas y preguntas dando información sencilla y breve. Por ejemplo, de qué manera nos podemos contagiarnos. Otra cuestión importante es ayudarles a diferenciar lo que es real y lo que forma parte de su imaginación. Principalmente con los más pequeños, ya que suelen tener más dificultades para distinguir entre fantasía y realidad. El siguiente paso, sería recordar qué medidas debemos tomar para poder salir con garantías, de esta manera, nos protegemos y podemos tener mayor sensación de control y confianza.
6. Buscamos alguna solución. Podemos preguntarles qué les haría sentirse más seguros. Quizás, llevar mascarilla, llevar las manos en los bolsillos, ir de nuestra mano, llevar una bote de jabón, qué les expliquemos el recorrido qué vayamos a hacer… Otra opción, para los más pequeños, puede ser dibujar lo que les da miedo y cómo se sienten, y después cómo pueden resolverlo. Por ejemplo, manteniendo la distancia, lavándose las manos y evitando tocar objetos en la calle.
Además, suele ser muy útil, preguntarles por otras situaciones en las que han sentido miedo y han conseguido afrontarlo con éxito, para que nos expliquen cómo lo lograron. De esta manera, pueden emplear herramientas que ya conocen y les empodera, porque ya lo consiguieron antes.
7. Por último, acordamos un trayecto que les haga sentir seguras y seguros. Para afrontar un miedo, solemos dar pequeños pasos que nos acercan a nuestra meta. Es posible, que el primer día solo salgamos del portal, o nos quedemos cerca de nuestra casa. Poco a poco, serán capaces de ir alejándose más de aquel lugar que les da seguridad y consideran su “refugio”.
Otras herramientas que podemos disponer para prepararles para este momento pueden ser imaginarse haciendo el recorrido, hacer ejercicios de respiración antes de salir o leer los cuentos que se han publicado sobre el Covid-19.
Y si a pesar de todo, no quieren salir, no pasa nada. Llegará un momento en que se sentirán preparados y podrán hacerlo. Es mejor, no presionarles ni hacerles sentir culpables por no poder dar este paso. Necesitan de nuestra comprensión y acompañamiento para poder sentir la fortaleza y nuestra confianza en ellos y ellas. Solo en los casos más graves donde se aprecie mucha agitación y angustia durante un tiempo prolongado sería necesario consultar con algún profesional.
Lorena Méndez, Psicoterapeuta y Educadora de Disciplina Positiva.
Si tienes dudas sobre cómo afrontar la salida, no dudes en preguntar a nuestro equipo de profesionales.
Directrices para que salgan de casa niños y niñas menores de 14 años.
-Desde las 9:00 hasta las 21:00 h.
-1 hora al día.
-Pueden bajar con sus propios juguetes.
-Acompañados de una persona adulta.
-No se pueden alejar más de 1 km de su residencia.
-No se pueden utilizar los parques infantiles.
-Hay que tratar de evitar las horas punta.
-No pueden jugar con otras niñas y niños.
-No es obligatoria la mascarilla. Es recomendable cuando se pasee por zonas más concurridas.
Cuento para explicar a niñas y niños el desconfinamiento