“Capacitemos a nuestros hijos e hijas para el sexo, no nos quedemos en la prohibición y el miedo”

Entrevistamos a Jose Luis García, doctor en Psicología y especialista en Sexología, con motivo de la publicación de su libro ¿Hablamos de porno? Donde trata de ofrecernos herramientas y argumentos que nos permitan mantener una conversación abierta y constructiva con nuestros hijos e hijas, que dé respuesta a todas sus dudas y siente las bases de una sexualidad sana.

¿Cuál sería la educación afectivo-sexual ideal desde que nacen?

Todos los niños y niñas necesitan conocer una serie de hechos sexuales básicos para conocer su cuerpo, su desarrollo corporal, su identidad sexual… Esto les permite también tomar conciencia de las sensaciones que les produce su cuerpo, así como las emociones y sentimientos que la sexualidad les va a provocar toda la vida, porque queremos que cuando sean personas adultas vivan su sexualidad, si así lo quieren, de forma saludable.

Aitas y amas tendrían que responder a las primeras preguntas, porque cuando llega el tema del placer sexual, las relaciones y las prácticas sexuales, ya de eso ni se habla, se corta la comunicación, así que en la adolescencia no esperemos que hablen, si antes no lo hemos hecho. Por eso buscan respuestas en Internet, y las que encuentran no suelen ser científicas. Es ahí cuando la pornografía se convierte en un referente educativo importante.

“No hay ningún estudio científico que diga que si les hablamos de sexo les incitamos a hacerlo”

La educación afectivo-sexual comienza desde el nacimiento, porque el niño y la niña tienen sus antenas desplegadas, y todo lo que van a observar y ver, se va a quedar grabado en función de muchas variables, como por ejemplo, de la importancia que tenga lo que está viendo y de su capacidad intelectual.

El sexo es un tema muy importante a lo largo de toda la vida, no solamente ahora, siempre ha sido así. Desde hace millones de años el sexo ha dinamizado nuestra vida, porque la naturaleza nos impele a tener relaciones sexuales, como una especie de compromiso genético. Por eso tiene tanta importancia la pornografía y por eso se consume tanto, porque excita el deseo sexual, y es muy fácil excitarlo.

Por lo tanto, el niño o la niña aprenderá de lo que vea en su aita y su ama, el modelo de relación que tengan entre ellos va a ser vital. Si hablan, cómo hablan, si se besan -porque hay niños y niñas pensando que sus papás son hermanitos, porque no se besan delante de ellos, no se abrazan-. Yo les digo, abrácense, bésense, tóquense, porque eso va a provocar conversaciones muy interesantes. Además les estamos ofreciendo un modelo afectivo que en el porno no existe. La relación sexual y afectiva en el porno es de pura violencia en muchos casos, y de sometimiento.

¿Todavía recurrimos a la abeja y el polen para explicar la sexualidad?

Algunos lo hacen, pero la mayoría no. El problema es que hay muchos padres y madres que se frenan cuando llega el tema de la penetración, porque piensan que así les incitan a que lo practiquen. Sin embargo, no hay ningún estudio científico que diga eso, es todo lo contrario. Nos dicen que cuanto más sepan y más preparación tengan, mejor. Yo les digo que no cometan el error de repetir lo que hicieron sus padres y madres con ellos y ellas, porque ahora hay Internet con porno accesible, gratuito.

De hecho, lo cito en el libro, según un estudio realizado por Luis Ballester, una cuarta parte de los jóvenes españoles antes de los 20 años podría haber visto entre 1000 y 5000 horas de porno, la mayoría de él violento.

¿Qué deben trabajar madres y padres para mejorar la educación afectivo-sexual?

Aitas y amas tienen que trabajar también la autoestima, porque vemos que en redes sociales hay quienes exhiben su cuerpo para conseguir seguidores, likes,  para sentirse populares y queridas. Esto es un riesgo enorme porque al lado está Onlyfans que haciendo lo mismo ganas mucho dinero. En segundo lugar, la asertividad. Hablo con algunos profesores que me dicen que en los recreos de los coles los chicos que ven porno estigmatizan a aquellos que no lo ven. Hay que tener una buena asertividad para hacer frente a esto.

Y también tienen que trabajar valores como la empatía, la compasión y la comunicación. Porque la sexualidad necesita empatía. Y en el porno no la hay. La mujer aparece como sujeto sometido a los deseos del varón. Y las chicas consumen porno más que nada para satisfacer a los chicos. El papel que el porno ofrece a las chicas es el darle placer a él.

Yo les cuento a los padres y madres que deberíamos hacer en casa pequeñas reuniones no muy estructuradas, dónde se hablen al menos de cinco temas, que son los que a mí me parece que son importantes, porque para mí la sexualidad es una dimensión positiva de la vida que tiene que ver con la salud, el placer y la pasión.

Dices en el libro que cada vez observas una mayor urgencia en disponer de soluciones fáciles y afirmas: “creo que esta exigencia forma parte del nuevo paradigma del aprendizaje que están imponiendo Internet y las pantallas de cada vez menos esfuerzo”

Aitas y amas nos piden recetas para resolver todo esto, y no existen. Por poner un ejemplo, poca gente les explica cómo se pone un condón. Que sepan lo qué es no significa que lo utilicen de forma eficiente en sus relaciones sexuales.

Para que un chico use el condón, requiere primero de un ejercicio cognitivo de valorar ventajas e inconvenientes para él y para los demás de usar condón, y tomar la decisión de usarlo o no usarlo. Segundo, ir a una farmacia y comprarlo. Tercero, llevarlo en el bolsillo. Y cuarto, usarlo en todas las relaciones de coito. Y sabemos que no se hace porque la semana pasada el ministro de Sanidad informó de que va a hacer una campaña para usar el condón porque las infecciones sexuales han aumentado, algunas de ellas un 250%, que es la prueba evidente de que no se usan condones. Porque en el porno no hay condones. El mensaje que les damos  es que follar a pelo es lo más guay y los chavales lo siguen a pies juntillas y no los utilizan. Por tanto, ojo, no solamente la información, sino que hay que capacitar. Si queremos que nuestros chicos y chicas se comporten de una forma radicalmente diferente a cómo el porno quiere que se comporte, tenemos que capacitarles. Porque dedicar tiempo no es una charlita a los 12 años.

También hablas del mutuo acuerdo, informar a la otra persona de qué te gusta, qué no te gusta, qué puede hacer, qué puede no hacer

El mutuo acuerdo es la esencia de todo este trabajo que llevo a cabo, si no hay mutuo acuerdo, ya no es sexualidad. Antes de tener relaciones sexuales, habla, di lo que te gusta, lo que no te gusta, di tus límites y pide respeto.

Yo les digo que no tengan prisa en tener su primera relación sexual. Hay chavales que la tienen a las tres de la mañana en el baño de una discoteca después de haber tomado copas y porros. Incluso algunos chicos tomando Viagra que han comprado en Internet. ¿Qué consecuencias va a tener eso? ¿Qué idea del sexo futura van a tener?

Yo les digo que no acepten la presión de su pareja o de quien sea. Pero es difícil porque en los grupos hay una gran presión por tener relaciones sexuales, y sobre todo por tener felaciones. En la docuserie “Generación porno” hay un chico que cuenta su primera relación sexual y dice: “Yo estaba esperando que me la mamara y como no lo hizo pensé que estaba metiendo la pata”.

Hay un 55% de jóvenes españoles que van a tratar de replicar lo que han visto. Porque están excitadísimos, porque le da mucho gusto ver eso y piensan que es lo normal, que la violencia es erótica y que el hombre puede ejercer la violencia y disfrutar de ello. ¿Y la mujer? ¿Va a someterse a esa violencia y disfrutar con ello? Estamos proponiendo a los chicos y a las chicas que el sadismo y el masoquismo antiguo son normales cuando en realidad son trastornos de la sexualidad.

Sobre el acceso al porno, en la nueva ley de protección al menor, parece que van a establecer restricciones de acceso para contenidos no aptos

A mí me parece bien cualquier medida encaminada a dificultar el acceso. Sin embargo, si solamente nos quedamos en eso, no va a servir para nada. Capacita, educa a tus hijos e hijas en un uso racional y eficiente del móvil y que no consuma pornografía violenta.  Porque una cosa son películas sexuales eróticas que estimulan el deseo sexual y otra cosa es la pornografía. A mí me parecería adecuado que pudieran ver películas eróticas, porque el deseo sexual necesita ser estimulado, pero porno, no.

En el libro explicas que hay servicios públicos para tratar diferentes adicciones, pero la adicción al porno, no.

Así es, porque todavía no se ha reconocido su poder adictivo. Ese 25% de chicos que consume entre 1000 y 5000 horas son candidatos a convertirse en adictos. Por eso tenemos que prevenir, porque la pornografía solo desaparecerá cuando deje de consumirse. Por tanto, nuestro propósito es decirles a aitas y a amas que les digan a sus hijos de forma argumentada, racional, sin castigos, sin culpabilidades que no consuman ese tipo de producto y que si necesitan estímulos sexuales que busquen películas eróticas y no violentas. Les tienen que dar una visión positiva de la sexualidad. Así que yo les diría que se pongan las pilas, porque estamos hablando del futuro sexual afectivo de toda una generación.

¿Hablamos de porno?: Cómo educar a la generación porno en una sexualidad sana y respetuosa

Puedes hacer el curso online y gratuito de educación afectivo-sexual impartido por Martha Ubieta:

Entra en Family Lab Educación afectivo-sexual donde podrás ver la ponencia de la psicóloga Pepa Horno, y la campaña de BBK Family.

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