Antes de
nada, nos gustaría agradecer tu participación en este espacio sobre
educación y crianza. Nuestro objetivo es acompañarte en la búsqueda de
reflexiones para que encuentres soluciones a dudas que te puedan surgir en esta
tarea de educar, a veces muy complicada.
La agresividad
es un mecanismo de defensa que la especie humana tiene para hacer frente
a amenazas o retos de supervivencia. Durante la adolescencia, chicos y
chicas viven un reto importante: pasar de la vida infantil a la adulta.
Esto supone cierto estrés que tienen que vivir con un sistema emocional
y racional en plena maduración aún, pudiendo aparecer algunas reacciones
agresivas “a modo de defensa”, que
pueden ser más llamativassi se juntan con algunos condicionantes.
Si no
hay muchas competencias de autorregulación de las emociones, hay mucha vivencia
de estrés, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración y/o un
modelo agresivo de funcionamiento en su cuadrilla de iguales o en la familia,
es más probable que aumente la posibilidad de comportamientos agresivos más recurrentes.
Madres y
padres son las figuras con las que adolescentes se “confrontan” para
autoafirmarse y con las que pueden desahogarse más, siendo unos de los
principales receptores de la agresividad si no hay un buen control de la misma.
Por
ello, ya desde la infancia, es necesario insistir en una serie de factores de
protección para la gestión adecuada de emociones, que deberán potenciarse también en la etapa
adolescente. El comportamiento agresivo
o la violencia no es una opción sana de relación, por lo tanto, hay que prevenirla y actuar ante
ella.
FACTORES DE PROTECCIÓN
Los
factores de protección van encaminados a promocionar la canalización
adecuada de las emociones y
facilitar una autoimagen positiva.
PRESENCIA DE LOS PADRES Y MADRES
A veces,
ante ciertos comportamientos de niños, niñas y adolescentes es difícil mostrar
una aceptación incondicional y permanecer como figura referente firme. Sin
embargo, necesitan sentir esa permanencia y que no nos alejamos a pesar de su
cuestionamiento. Habrá que ver cómo marcar unos límites sanos, en todo caso.
PONER PALABRA A SUS VIVENCIAS
Estar
abiertas a escuchar sus vivencias, sus preocupaciones, sus “cosas”… Que hable
de sí misma y podamos poner
palabras cuando ella no puede. “Eso te
hace sufrir” “Eso te gusta y te sientes capaz de hacerlo”…
En
definitiva, ejercer una escucha activa. Para ello:
- Centrarse sólo en escuchar a la niña. Sin distracciones.
Por supuesto, no se puede escuchar de verdad si se está a la vez haciendo otras
tareas…
- Contactar visualmente , sonreír ligeramente
mientras se escucha
- Escuchar sin interrumpir…
- Parafrasear, añadiendo emoción. Se trata de mostrar
de vez en cuando a la niña que la hemos escuchado y reconocemos la dificultad
de lo que cuenta o las emociones que puede sentir. “Y entonces, ¿dices que no sabes cómo hacerlo? Te sientes nerviosa por
ello”
- Usar
un lenguaje adaptado a la edad de la niña, sin entrar en “colegueos”.
TERNURA
Se trata
de dar y recibir de forma cotidiana
expresiones de afecto: besos, abrazos, mensajes cariñosos , escucha,
tiempo compartido …No utilizar chantajes
emocionales , la presión excesiva por resultados , el juzgar a la persona por determinados comportamientos … Aunque
creamos que las adolescentes “pasan de eso” e incluso lo rechazan , desean
sentirlo y escucharlo … hay que aprovechar los momentos que están más
receptivos e ir ajustándose .
Evitar
etiquetarles de “agresivas”, “problemáticas” ya que estas expresiones
identifican su persona con esas cualidades y el cambio entonces es difícil. Si
soy “agresiva”, tendré que seguir siéndolo para ser alguien. Si lo que tengo es
un problema para gestionar mi agresividad, podré actuar sobre ese problema para cambiarlo, para que disminuya o que
desaparezca.
MIRADA POSITIVA A LA VIDA
Y A UNA MISMA
Se trata
de educar en la alegría y el optimismo realista y ver lo positivo de las
cosas. De esta forma, compartir la risa, la alegría… A veces, las
personas adolescentes se refugian en el enfado, en la tristeza… poder
rescatar momentos de risa les ayuda mucho.
Pepa
Horno hace una reflexión de la importancia de Educar en la Alegría en su libro
Educando la Alegría 2017 Editorial Desclee de Brouwer.
LA NORMA
Las
normas dan seguridad y son necesarias para los adolescentes. Su deseo de
autoafirmación frente a la persona adulta, puede hacer que pongan en jaque
nuestras normas. Es necesario que permanezcamos como personas firmes de autoridad,
pudiendo reforzar sus logros y quizás invitándoles a participar en la
concreción de alguna de ellas.
La
disciplina positiva se caracteriza por
crear un marco de normas, entendidas como “guías” para dar seguridad:
- Con el uso de refuerzos positivos ,
no tanto castigos
- Con formulación positiva de las
normas
- Concreción de los límites
- Sin rigidificación y con la posibilidad de
participación de la niña en concretar algunas normas y sus consecuencias, según la edad.
- Compatibilizando afectividad y firmeza.
- Reconociendo las emociones y deseos que hay debajo de las conductas de niños y niñas , incluidas las que implican un
ruptura de normas
BÚSQUEDA DE PROPIOS RETOS Y AUTONOMÍA
Es
necesario responsabilizarles de sus
proyectos propios y familiares, sin dejarles en la soledad. Que puedan hacer cosas de las que sentirse
orgullosos, reforzar sus esfuerzos como un logro en sí mismo, no tanto los resultados. Las actividades deportivas, de ocio, hobbies…pueden
ayudarles a encontrarlos.
AYUDA EN LA AUTOREGULACIÓN
En general,
todas las pautas anteriores ayudarán al autocontrol. También podemos
facilitarles una serie de técnicas que les ayuden a identificar pensamientos y sensaciones
corporales que pueden llevar al descontrol y comportamiento agresivo. En
esta guía elaborada por Inma Arayo López del Centro de Día al Menor de
edad de Alborada aparecen algunas pautas
muy interesantes de cómo abordarlo en familia. https://psicopedia.org/wp-content/uploads/2013/07/Manual-de-Autocontrol-Adolescentes.pdf
Técnicas
de la Respiración Profunda , Técnica del Volumen Fijo , del Tiempo Fuera , Irse, Auto verbalizaciones ,
Pensamiento Positivo … Y otras como : música relajante – paseos – deporte – una afición relajante: pintar, nadar, cantar, puzle, tocar un instrumento
musical,… – charlar con una persona reflexiva – leer – escribir –
realizar alguna tarea manual …
AUTOCUIDADO DE LA FAMILIA
Siempre
es necesario que padres y madres tengan espacios de autocuidado: quedar con
amigas, hacer deporte , hacer relajación … Cuando se tiene un hijo adolescente
, la presión puede ser mayor y es imprescindible encontrar esos momentos para
poder reaccionar adecuadamente al maremágnum que puede aparecer en casa. Si
vemos que podemos perder el control, es mejor irse y decir que es para tranquilizarse
y luego volver.
CUÁNDO PREOCUPARSE
En
general, podríamos decir que la persona adolescente está más vulnerable a poder
desarrollar algún comportamiento más agresivo si coinciden algunos factores
personales, familiares y sociales. Sin embargo, no es admisible la violencia y es
necesario trabajar desde la familia los anteriores factores de protección y
si hay manifestaciones agresivas hacia padres y madres o con otras
personas, repetitivas y/o se convierten en la forma de relación por
excelencia ante la frustración, hay que pedir ayuda profesional.
Euskarri,
Centro de Intervención de Violencia Filio-Parental plantea una serie de
preguntas a familias preocupadas por la agresividad de sus hijos e hijas
hacia sus padres y madres. Si las respuestas a preguntas de este tipo son afirmativas, es necesario
pedir ayuda profesional. De la misma
forma que si no se producen en el entorno familia, pero sí en otros.
- ¿Sientes miedo a molestar a tu hijo/a y
evitas hacerlo?
- ¿Vas con
“pies de plomo” para adivinar sus deseos y/o necesidades?
- ¿Te
empuja, golpea, pega puñetazos, destruye objetos, daña tus pertenencias las de
otros miembros de la familia?
- ¿Amenaza
con hacerte o hacerse daño cuando no satisfaces sus demandas?
- ¿Te
ridiculiza, humilla ante tus familiares o amistades?
- ¿Te
critica constantemente y te hace callar?
- ¿Amenaza
con marcharse de casa si no haces lo que quiere?
- ¿Te culpa de su comportamiento?
Esto
puede hacerse a través del Servicio Médico Familiar o de Bienestar Social de
Ayuntamiento para hacer una derivación a
algún recurso de atención psicológica y/o socioeducativa , un Centro de Atención
Psicológica privado especializado en la
Atención a la Adolescencia o a alguna asociación o centro como Euskarri.
RESUMEN
SI A:
- Cultivar un clima de educación en
emociones
- Enseñar a cómo autorregularse
- Prestar atención ante posibles
señales de necesidad de ayuda especializada
NO A:
- Tirar la toalla
- Ocultar el problema o minimizarlo
OJO CON:
- Dar ejemplo negativo con comportamientos agresivos
BUSCA TUS PROPIAS RESPUESTAS
Te invitamos a crear respuestas propias a preguntas sobre este tema. Las
orientaciones que proponemos son generales y pueden ayudar más o menos, en
función de cómo sea la realidad de cada niño, niña y familia. Respondiendo a
estas preguntas, podrás añadir la motivación emocional y el contexto cercano
real para poder hacerlo.
- ¿Cómo
es tu hija? ¿Qué le gusta hacer?
- ¿Qué
cualidades positivas tiene tu hija?
- ¿Qué experiencia has vivido antes en
la que tu hija se comportó de manera diferente a la agresiva ante una frustración?
- ¿Cuándo
fue, cómo fue, qué pasó?
- ¿Qué
pusiste de tu parte para que fuera así?
- ¿Qué
cualidades tuyas te ayudaron a conseguirlo?
- ¿Qué
harás estos días para relacionarte con tu hija y ayudarla a otro tipo de
reacción no agresiva?
Esperamos haberte ayudado con estas
reflexiones en tu búsqueda de ideas. Un saludo y muchas gracias de nuevo.