Protección contra la violencia en la infancia: cómo afectará la nueva ley a las familias

La LOPIVI es la Ley Orgánica para la Protección a la Infancia frente a la Violencia que ha sido aprobada durante este año 2021 ¿En qué nos afecta a las familias?

La LOPIVI recalca que la protección de las niñas y los niños es responsabilidad de todas las personas. No sólo del gobierno, de la familia, de la escuela o de un ámbito. Todas hemos de velar por el Buen Trato y cualquier persona está obligada a comunicar una situación conocida de violencia física o emocional hacia una niña o niño.

La ley está basada en principios de la Declaración Universal de los Derechos de la Infancia. Esto quiere decir, entre otras cosas, que:

-Las niñas y niños son personas con derechos humanos. No sólo tienen unas necesidades a cubrir. También, toda una serie de competencias de vida a desarrollar para lograr un bienestar integral. Por su situación de vulnerabilidad, necesitan que las personas adultas seamos responsables de posibilitarlo y velemos por ello.  La familia es uno de los principales agentes responsables de ello. Y para lograrlo, la administración está obligada a apoyar y dotar de recursos económicos, sociales, emocionales y formativos a las familias.

-En cualquier ámbito donde haya infancia, incluida la familia, deben primar los principios de protección, autonomía, no discriminación e interés superior de la infancia. En cualquier decisión que se tome en una familia o sobre una familia, ha de considerarse siempre qué es lo mejor para sus hijas e hijos, sobre todo en situaciones de crisis. Por ejemplo, en una separación, siempre se pensará cuáles son las mejores alternativas para su protección desde un punto de vista amplio.

-Las niñas y niños son personas con derechos y también con responsabilidades para proteger y tratar bien a otras y a sí mismas.  La familia, junto a otras instituciones, tenemos la responsabilidad de educarles para adquirir y ensayar habilidades para ello.

-Las hijas e hijos no son propiedad de las familias y el hogar no es un lugar privado donde pueda haber una mezcla de amor y violencia. La disciplina no puede ejercerse a través de la violencia física o emocional, por ejemplo.

La ley contempla proteger frente a cualquier tipo de violencia, ya sea física o emocional, visible o “camuflada”, directa o indirecta, ejercida por decisión consciente, omisión o negligencia. Ya sea de personas adultas a menores de edad, entre niños o de niñas hacia sí mismas. Y añade un enfoque muy interesante: el del Buen Trato. No es cuestión solo de evitar el maltrato o la desprotección, se trata de estimular acciones, comportamientos y formas que traten bien a las niñas y los niños. Es una clara forma de prevenir y fortalecer desde una perspectiva más amplia.

Además, invita a que todos los contextos con infancia sean entornos SEGUROS, incluido el HOGAR FAMILIAR. Y esto supone no sólo poner protectores de enchufes en casa, sino crear un ambiente que favorezca la seguridad emocional. Desde incluir algunos elementos (temperatura, luz, decoración, elementos de juego, mecanismos de prevención de accidentes, naturaleza…) hasta tener competencias marentoparentales positivas (afectividad, flexibilidad emocional, disciplina positiva, comunicación no violenta, fomento de la autonomía, autocuidado, red de apoyo…) 

¿Qué propone la Ley para las familias?

La “ley” no quiere ni puede dejarnos solas a las familias Las administraciones están obligadas a velar porque las familias podamos hacerlo lo mejor posible, ayudándonos con recursos, apoyando y actuando en casos de riesgo.

La LOPIVI pretende favorecer, entre otros:

  • -El Buen Trato, la Corresponsabilidad y la Parentalidad Positiva, tratando de prevenir la separación del núcleo familiar.
  • La educación en valores y competencias emocionales en las familias.
  • -La atención a mujeres durante la gestación y un entorno obstétrico y perinatal seguro.
  • -Formaciones en habilidades positivas de aprendizaje y en competencias de resolución pacífica de conflictos.
  • -Formación y apoyo a las familias de niñas y niños con discapacidad.
  • -Apoyos adecuados ante situaciones de ruptura de pareja o violencia de género.
  • La prevención de la pobreza y las causas de exclusión social.

Algunos de estos servicios ya se ofrecen. Con la concreción de la ley a nivel autonómico y local, surgirán más respuestas. Cualquier familia puede y podrá solicitar este tipo de apoyos en un momento dado según los procedimientos regulados.   Y, a pesar de que la ley no habla tanto del ámbito comunitario, sería muy interesante que estuviera presente con acciones concretas. 

Retos para las familias

Imaginemos un tablero similar al Juego de la Oca con 10 casillas. La primera sería el nivel de Buen Trato más bajo que podemos dar a nuestras hijas e hijos. La última sería el nivel más alto. ¿En qué posición nos colocamos como familia? ¿Qué vamos a cambiar en nuestro día a día para avanzar una casilla más?

Las familias podemos ocuparnos en una serie de interrogantes y retos sobre nuestro papel:

1-Identificar formas de Buen Trato Familiar y evitar otras que generan inseguridad

Darles un cachete o insultar no son buenas formas. Esto lo podemos reconocer fácilmente. Pero habría acciones sobre las que tomar conciencia y cuestionarnos un rato. Por ejemplo: dejar sistemáticamente las pantallas como “niñeros/as” o forma de entretenimiento incluso antes de los 2 años, hacer chantajes emocionales, dejarles sin salir a la calle con su cuadrilla un mes como forma de castigo ante una mala nota, poner expectativas demasiado  exigentes, situarles en medio de discusiones violentas de pareja, estar ausentes prácticamente todo el día, llevarles con un ritmo de vida asfixiante, llenarles de actividades extraescolares que no desean porque es lo mejor para su futuro sin que tengan tiempo libre de juego…  A reflexionar sobre ello.

2-Posibilitar la escucha y su participación en el día a día

Otras cuestiones a tener en cuenta tienen que ver con preguntas de este tipo: ¿Qué tanto por ciento de tiempo dedicamos a la conexión emocional, a la escucha de verdad y cuánto a darles órdenes para que cumplan sí o sí unos comportamientos?  ¿Cuándo y cómo escuchamos de verdad? ¿Consideramos sus preferencias dentro de lo posible? Ante situaciones de crisis o cambios, ¿cómo recogemos sus opiniones y vivencias emocionales? (por ejemplo, en pandemias, separaciones, cambios de residencia, elección de estudios…) ¿Cómo combinamos proteger con dar autonomía?

3-Entrenar habilidades marentoparentales para una crianza sin violencia

Las niñas y niños han de desarrollar habilidades para la vida y entrenarlas. Padres y madres también hemos de hacerlo. No nacemos ya “sabidas” ni con un manual de cómo hacer. Algunas preguntas en este sentido: ¿Podríamos revisar si los modelos de crianza heredados, copiados socialmente o elegidos se corresponden con un enfoque de Buen Trato? ¿Tendemos a un estilo autoritario, sobreprotector, agresivo, negligente, “sacrificado” o más democrático? ¿Qué creencias tenemos sobre lo que es ser una “buena madre”?  ¿Cómo ganar más habilidades de comunicación no violenta, disciplina con amabilidad y firmeza, resolución creativa de los problemas, afectividad incondicional y gestión emocional positiva?

4-Generar redes afectivas de apoyo y fomentar el autocuidado

No podemos criar en soledad. Las familias necesitamos tener un sostén emocional y una ayuda con la gestión del día a día. El encuadre social no nos ayuda, nos estresa y la tan ansiada conciliación real no llega.  Es necesario recuperar un modelo de cuidado mutuo. Un enfoque en el que se potencie el autocuidado, el dejarse cuidar, el cuidar de las demás y cuidar del entorno social, natural e incluso virtual.  ¿Con qué redes de apoyo contamos? ¿Cómo las cuidamos? ¿Cómo ayudamos nosotros? ¿Cómo nos cuidamos y gestionamos el estrés de la crianza?

5-Fomentar competencias de protección y buen trato en la infancia

Nuestras hijas e hijos necesitan entrenar sus propias habilidades para protegerse frente a posibles abusos. Y, también, ensayar competencias para tratar bien al resto de personas. ¿Cómo inculcamos valores de respeto y solidaridad? ¿Qué fórmulas para resolver pacíficamente los conflictos les enseñamos? ¿Saben cómo gestionar sus emociones para no caer en comportamientos violentos por un “desbarre” emocional? ¿Cómo nos ven gestionar a nosotras nuestras emociones? ¿Saben identificar, prevenir y pedir ayuda ante un posible peligro tanto en la realidad como en el mundo online? ¿Qué educación afectivo- sexual hacemos en casa? ¿Les animamos a que identifiquen en su colegio, club deportivo, grupo de tiempo libre… las personas a las que pueden acudir si se sienten inseguros?

6-Responder a situaciones de malestar emocional y posibles violencias

Las familias podemos estar tranquilas en general ya que nuestras hijas e hijos se sentirán bien y estarán en entornos seguros la mayor parte del tiempo. Quizás en algún momento puedan sentirse en malestar. Esto quizás tenga que ver con procesos personales y crisis de cambio y habremos de apoyarles. Otras veces, quizás pueda tener que ver con situaciones en las que no se están sintiendo bien tratadas. También tendremos que ser capaces de verlo y apoyarlas. ¿Sabemos cómo puede expresarse el malestar emocional a través del cuerpo? ¿Sabemos que a veces es más fácil que se lo cuenten a otras personas que dentro de la familia? ¿Intuimos cuáles son los síntomas de un abuso? ¿Conocemos las tres C para detectar el acoso escolar y las tres A de actuación ante él? ¿Cómo ayudarles con estos posibles malestares y dónde acudir y pedir ayuda en esas situaciones?

7-Construir una comunidad de Buen Trato a la Infancia

El Buen Trato es una responsabilidad de todas las personas. Y en este sentido, las familias no podemos constreñir nuestro afán de protección sólo a nuestra casa familiar. Hemos de construir con otras personas: otras familias, profesorado, monitorado deportivo y de ocio, personal sanitario y de Servicios Sociales… Y, desde ahí, podemos preguntarnos: ¿Cómo nos llevamos con estas personas? ¿Qué Códigos de Conducta o Planes de Convivencia hay en cada lugar al que acuden nuestras hijas e hijos? ¿Qué personas son las encargadas de velar por esto en cada espacio?  ¿De qué forma podemos ir colaborando para extender la cultura del Buen Trato?

Vistos todos estos retos en conjunto nos pueden parecer “demasiados o inalcanzables”. Sin embargo, podemos encontrar muchas cosas que ya hacemos bien y dan seguridad a nuestras hijas e hijos. Eso es así. Poder reforzarlas, aumentarlas y compartirlas sería fabuloso. Y siempre podemos ir introduciendo pequeños grandes cambios.

Para ello, las familias necesitamos dos cosas: 

Por una parte, ayuda.  La administración ya cuenta con algunos recursos. A partir de la nueva ley, tendrá que potenciar más iniciativas de sensibilización, formación y apoyo para las familias. Además, en nuestras comunidades seguro que ya hay y habrá propuestas de entidades, grupos y redes comunitarias que nos pueden ayudar, asesorar, acompañar e invitar a reflexionar.

Por otra parte, necesitamos tomar conciencia y saber hacia dónde ir. Imaginemos la siguiente situación. Una persona se sube a un taxi: “- ¿A dónde la llevo? –  A la Plaza Moyúa NO. – Vale, a la Plaza Moyúa no, pero a algún sitio tendré que llevarla. – Pues no sé a dónde ir exactamente, empiece a circular por La Ribera y ya le voy diciendo…”  Sabemos que no queremos ir a formas de Violencia a la Infancia. Hemos de identificar y encontrar hacia qué formas de Buen Trato queremos ir. Un reto para todos y todas.

Begoña Ruiz, psicóloga, educadora social en Bidegintza, especialista en Entornos Seguros para la Infancia y Adolescencia

Desde BBKFAMILY ofrecemos algunas propuestas que pueden seros útiles para afrontar estos retos:

Gazte Change 2021

Y no te olvides que para celebrar el Día de los Derechos de Infancia y Adolescencia, la víspera, el 19 de noviembre a las 19:00 h en la sala BBK hemos organizado junto con UNICEF Comité del País Vasco y la asociación Lagunarte la tercera edición de Gazte Change, que podrás verlo en directo o por streaming.

Presentado por el periodista Xabier Madariaga, se podrá disfrutar de manera gratuita de cinco ponencias en euskera y castellano sobre temáticas de actualidad que se intercalarán con actuaciones (All Dance Deusto – Aiala Sanz/Ñora Carramiña) que amenizarán este encuentro único, que también será emitido en streaming por www.eitb.eus.

Bajo el paraguas de “Revolución 2.0”, GazteChange2021 contará con las siguientes ponencias:

Beñat García de Bikuña, 18 años: “Benin: un futuro de salud, educación y empoderamiento de la mujer”. Tendrá como temática de fondo la solidaridad, ya que cuenta con una organización cuyo objetivo es recaudar fondos para construir escuelas en Senegal.

Fadoua El Machour, 19 años: “Abraza las diferencias”. Versará sobre el daño que generan los estereotipos, desde la perspectiva de la inclusión.

Kimetz Rentería, 18 años: “¿Qué te hace ser quién eres?” Pretende promover su historia para así llegar a una sociedad que acepte a las personas, sin importar su orietación sexual o género.

Garazi Peritz, 17 años: “Quiérete a ti mismo, como quieres a los demás” Hablará sobre la búsqueda de identidad.

Maitane Alonso, 20 años: “Ideas en un cajón”. Explicación del origen de su innovadoramáquina de conservación de alimentos y qué hay detrás de ello.

Reserva tu entrada para verlo en directo o por streaming aquí:

 

 

 

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