Pedir perdón, disculparse, se trata de una conducta prosocial que nos permite relacionarnos y mantener cierta concordia y armonía. Es un recurso para la regulación de las relaciones sociales y la convivencia.
Cuando una persona comete un agravio o daño contra otra, se espera que se responsabilice de ello y trate de repararlo pidiendo perdón. La función de pedir perdón es la reparación y evita que tendamos a la venganza y a la violencia. Cuando nos disculpamos, la otra parte siente reconocido su dolor y el daño recibido, por lo que supone un gran beneficio a nivel social.
No cabe la menor duda, las disculpas son necesarias en nuestra sociedad; siendo así, se entiende que es positivo, necesario y justo pedir perdón a cualquier persona independiente de su edad y la relación que tengamos con ella, junto con el compromiso de tratar de evitar que vuelva a ocurrir. Es cierto, que a algunas personas les resulta muy complicado pedir perdón, quizás por miedo a reconocer ante el otro que ha fallado y la dificultad para aceptar que el error forma parte de nuestra vida y nos permite mejorar.
En ocasiones, surgen dudas sobre pedir perdón a las niñas y niños, ya que podemos sentir que perdemos autoridad ante ellas y ellos y nos sentimos vulnerables. Pero nada más lejos de la realidad, disculparnos con nuestros hijos/as y alumnos/as, tiene una serie de repercusiones muy positivas para la relación. Asimismo, podemos preguntarnos cómo se sienten las niñas y niños cuando no les pedimos perdón y qué es lo que aprenden. Seguramente, sientan que su sufrimiento y ellas mismas no son los suficientemente importantes; aprenden a culpar a los demás de sus reacciones y pérdidas de control, que no pueden cometer errores y mucho menos reconocerlos ante los demás.
Razones para pedir perdón a las niñas y niños:
1- Es lo justo. Si en esa situación le pediríamos perdón a una persona adulta, igualmente a una niña o niño. Los menores son personas con el mismo derecho a que se respete su integridad y dignidad. De hecho, es la responsabilidad de los adultos cuidar y no dañar. Por tanto, si les hemos causado algún daño nuestro deber es repararlo.
2- Somos su modelo. Si queremos que aprendan habilidades sociales y a responsabilizarse de su conducta, la mejor manera, es que nos vean hacerlo con ellos mismos. Una persona aprende a ser respetuosa cuando se siente respetada.
3- Aprenden que pueden equivocarse. Como ya se ha comentado, el error forma parte de la vida y del aprendizaje. Cuando nos ven reconocer los nuestros, aprenden que es algo natural y humano, y descubren qué pueden hacer cuando esto pasa.
4- Repara la relación. Si hemos sido injustos con ellos/as, (les hemos gritado, tratado mal, etc.) hemos podido dañar el vínculo que nos une. Ser capaz de reconocerlo y disculparnos por ello, permitirá restaurar ese daño. (“Te he gritado porque he perdido el control, lo siento”).
5- Fomenta un apego seguro. Es decir, el apego seguro condiciona una buena autoestima y un estilo de relación con los demás adaptado. Como madres, padres, profesorado… podemos hacer daño pero también ser honestos/as y reparar el dolor causado. Eso les proporcionará una sensación de seguridad, de ser importantes y queridos/as a pesar de todo. Pedir disculpas, reconocer que no hemos estado bien, dar un abrazo, reconocer su enfado y sufrimiento, permitir el llanto y poner palabras a cómo se sienten; fomentan este apego seguro y un sentimiento de valía personal e importancia.
6- Facilita el diálogo. Responsabilizarnos de nuestro desacierto permite un acercamiento, la posibilidad de poder hablar sobre lo ocurrido y buscar soluciones de manera conjunta.
Es muy probable que nosotros mismos como hijas e hijos no hayamos recibido este perdón por parte de las personas adultas de nuestra vida, por ello, podemos reflexionar y preguntarnos: ¿Me hubiese gustado que se hubiesen disculpado conmigo? Ese hecho, ¿qué hubiera cambiado? ¿qué me hubiese aportado?
Lorena Méndez Robredo. Psicoterapeuta y Educadora en Disciplina Positiva.
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El perdón. Guía para perdonar y ser más felices
Cuando perdono: como sentirse mejor
Tarjetas de Disciplina Positiva -Nueva Versión Jane Nelsen
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