La crianza hasta hace no muchos años se apoyaba en familias extensas, donde abuelas, abuelos, hermanos mayores, tías… también la ejercían y en la que la logística no era un problema. También eran tiempos de una privación más afectiva, se demostraba menos el cariño y se mostraba más la autoridad.
Pero llegaron los años 70 y las familias “adelgazaron”, un hijo/a o dos, y se pasó a un modelo más individualista y de hiperprotección. Desde entonces, tenemos la ilusión de que la crianza es más personal donde podemos controlarlo todo y hacerlo todo. Sin embargo, esto no es así, porque tenemos que dar el callo en el trabajo, en el entorno familiar… y al final tenemos tantas cosas que sostener que no damos abasto.
Y por si esto fuera poco, ha llegado una pandemia que nos ha tumbado todo el sistema: aitites y amamas que cuidaban a nuestras hijas e hijos, extraescolares infinitas para poder compaginar horarios laborales con crianza, guarderías antes de entrar a clase, comedor escolar….
Durante estos años hemos tendido a profesionalizar la red de apoyo y ahora que ésta ha quebrado, que ha fallado todo nuestro sistema, la familia nuclear comienza a ahogarse y a buscar otro modelo. Y es que como dice la psicóloga Pepa Horno, la crianza es logística y amor. Entonces, si no hay extraescolares, deporte escolar, guarderías antes de entrar a clase… ¿qué hacemos?
Buscando a la tribu desesperadamente
Es ahora cuando buscamos a la tribu, nos organizamos con otras madres y otros padres para recoger a nuestros hijos e hijas tratando de respetar las burbujas establecidas o recurrimos a la vecina, a un primo para que les cuiden… Pero con la tribu también nos entran dudas, nos surgen preocupaciones, puesto que pone en evidencia nuestro modelo respecto a otros.
¿Os habéis preguntado alguna vez con quién dejaríais a vuestra hija en caso de que fallecierais? “Con mi hermana, aunque no me gusta la forma que tiene de poner límites, con mi primo, pero no comerían de forma saludable, con mi amiga, aunque pierde los nervios con facilidad…”.
La elección de la tribu implica aprender a ser más tolerantes con el modelo de otras personas, de otras familias. Y es que el coronavirus nos ha puesto en la tesitura de elegir tribu o seguir viviendo con la sobreprotección que damos a nuestros hijos e hijas. Por ello, ¿Cuál es el cambio que tenemos que hacer? El de no decir lo mío es lo válido y lo tuyo no. Seguro que alguna vez habéis ido de vacaciones con otras familias y habéis pensado, “no sé cómo le consiente eso a su hijo”, “no entiendo cómo no le pone límites en esto otro”, pero lo que no os dais cuenta es que esa otra familia está pensando lo mismo de la vuestra, aunque en otros temas, porque todos los modelos tienen fallas, si no, no seríamos personas humanas.
En consecuencia, la tribu debiera de ser “esto lo comparto, esto no”, es decir, ver la manera de construir ese vínculo afectivo, esa relación, siendo útil, larga en el tiempo y estable, porque al final no podemos olvidar que la crianza es logística y amor, por lo que la elección de una tribu implica elegir desde el amor y crear relaciones con amor.
Y es que como explica la psicóloga Pepa Horno: “Una red afectiva sólida y positiva es condición para la protección y el desarrollo pleno de los niños, niñas y adolescentes. El Covid 19 nos ha recordado que somos todos uno. Ha dado un nuevo valor a nuestra “tribu” recordándonos lo mucho que nos duele estar físicamente separados de las personas que amamos. Pero también ha dificultado los mecanismos que solíamos emplear para construir esa red afectiva: los encuentros, el grupo, el contacto físico. Como figuras parentales, necesitamos construir de forma consciente una red afectiva sólida para garantizar la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes. Merece la pena que dediquemos un tiempo a pensar en diferentes modos de hacerlo”.
Porque está claro que en estos tiempos la familia va a necesitar cada vez más tejer una red afectiva para poder recurrir a ella, pero ¿cómo hacemos esta transición en la que la familia se abra a otros modelos?
Ainhoa Allende, psicopedagoga y educadora social, Anna Pallarés, pedagoga y educadora social y Andrea Alfaro, periodista. Equipo BBK Family
Te invitamos a la conferencia de la psicóloga Pepa Horno en la que nos dará algunas pautas para “Criar en tribu, crecer en red: La red afectiva como clave para integrar la incertidumbre”.
BBK Family organiza la conferencia online gratuita de la psicóloga y consultora en infancia, cuidado y protección Pepa Horno, en la que hablará de la importancia de tener una red afectiva para integrar la incertidumbre.
“Una red afectiva sólida y positiva es condición para la protección y el desarrollo pleno de los niños, niñas y adolescentes. El Covid 19 nos ha recordado que somos todos uno. Ha dado un nuevo valor a nuestra “tribu” recordándonos lo mucho que nos duele estar físicamente separados de las personas que amamos. Pero también ha dificultado los mecanismos que solíamos emplear para construir esa red afectiva: los encuentros, el grupo, el contacto físico. Como figuras parentales, necesitamos construir de forma consciente una red afectiva sólida para garantizar la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes. Merece la pena que dediquemos un tiempo a pensar en diferentes modos de hacerlo”. Pepa Horno.
Si quieres escuchar la conferencia gratuita de Pepa Horno, entra en el siguiente enlace.
Día: 29 de septiembre.
Hora: 18:00 a 19:30 h.
Evento online: Plataforma Zoom. Se recibirá un enlace antes de la conferencia.
Ofreceremos materiales para el entretenimiento de menores durante la conferencia.
Vídeo