¿Qué hemos aprendido las familias en 2020 para ponerlo en práctica en 2021?

Hacer un balance de este año es como hacer balance de muchos años. Parece que han sido más de 365 días los que hemos vivido en 2020, por lo que este artículo no será capaz de abarcar todo lo que ha pasado, ni de reflejar lo que tú has vivido, lo que has podido sufrir,  lo que te ha enseñado este año o a lo que te tendrás que enfrentar el que viene.

Por eso, nos gustaría construir un mural en la web de BBK Family con las experiencias que has vivido y que quieres compartir, los retos a los que crees que nos enfrentaremos en 2021, lo que necesitaremos… Escríbenos un correo a bbkfamily@bbk.eus para que entre todas y todos vayamos construyendo ese mural y seamos conscientes de lo vivido y de lo que necesitaremos para 2021.

A la espera de vuestras aportaciones, empezamos nosotras…

En BBK Family comenzamos el año con el psicólogo Roberto Aguado, hablándonos de lo vital que es para niños y niñas el profesorado, puesto que un buen profesor, una buena profesora, les puede cambiar la vida.

Todavía no sabíamos lo importantes que iban a ser durante este año profesoras y profesores, en el que la educación, de alguna manera, se ha tenido que reinventar. Sin embargo, ha quedado en evidencia que no estaba preparada para estos nuevos retos; que digitalizar la escuela no es cambiar libros por pantallas, y que la educación sigue siendo un privilegio, no siempre un derecho. ¿Quién pudo aprender de manera más fácil durante el confinamiento? Quienes tuvieron un dispositivo por persona, quienes tenían un padre o una madre que sabía inglés o matemáticas o física y química y les podía enseñar y explicar. La educación se basó en muchas ocasiones en el esfuerzo de padres y madres para que sacaran el curso adelante. Pero también hubo profesorado que se implicó, que aprendió, que se ocupó del estado emocional de su alumnado… Porque este año hemos podido comprobar que aquellos que han sido acogidos en sus miedos, temores, enfados… han podido aceptar mejor esta situación de pandemia y adaptarse más fácilmente a las circunstancias del momento. Ya que es más importante que las personas comprendan lo que está pasando que un currículum escolar.

Generar vínculo con nuestras hijas e hijos

Antes de la pandemia también estuvimos con la psicóloga Pepa Horno, que nos habló de la importancia de construir el vínculo con nuestros hijos e hijas, “sin tiempo no hay vínculo”, decía, y nos puso las cosas claras sobre ese mantra que se había instaurado con el tiempo de “calidad” que nos servía de coartada para no sentirnos culpables.

Y el confinamiento también nos dio tiempo. No había extraescolares, no había apenas desplazamientos, aunque sí había mucha preocupación por la incertidumbre y mucho estrés por compatibilizar trabajo y cuidado. Hijos e hijas agradecieron estar en casa con su aita, con su ama. Y en muchas casas se volvieron a sacar los juegos de mesa,  los rotuladores, las témperas y los pinceles… Y a veces mejoró la convivencia y a veces, empeoró. Porque quienes entramos mal, salimos mal y quienes entramos bien, salimos bien.

Por ello, es importante seguir aprendiendo, mejorando nuestras capacidades como madres y padres,… nutriéndonos como familia para que el día a día con confinamiento o sin él sea mejor.

El confinamiento puso a prueba la conciliación

Durante los meses de marzo, abril y mayo recurrimos en muchas ocasiones al teletrabajo, para poder atender a nuestros hijos e hijas, pero aquello no fue conciliación, fue una forma de tratar de solventar el momento. Y desde BBK Family aprovechamos para poner en marcha un concurso que impulsara ideas innovadoras en conciliación. Nos hubiera gustado que participaran más empresas, pero el hecho de que no lo hicieran tantas, nos dio una idea del camino que todavía tenemos por recorrer. Las ideas ganadoras implicaron a diferentes entidades, como AMPAS, administraciones, asociaciones, empresas… porque si  de algo estamos siendo conscientes en esta pandemia es que en soledad se consigue muy poco, somos una comunidad que necesita de las demás personas. Como decía Pepa Horno, es importante “Criar en tribu, crecer en red”.  Necesitamos construir una red donde nos apoyemos las unas a las otras, porque con el coronavirus hemos aprendido que la solidaridad es importante. Que si nos cuidamos entre todos, ganamos todos. Y ojalá esa solidaridad que se fraguó durante el confinamiento haya venido para quedarse.

La delgada de línea entre cuidar y abandonar

Y qué decir de las pérdidas. Las personas queridas que se quedaron por el camino. El sufrimiento de familias que no pudieron despedirse de sus seres queridos, que no pudieron abrazar a su madre viuda, a su padre viudo. Que tuvieron que pasar en casa su duelo sin poder compartir y que todavía están curando las heridas.

En 2021 ayudar a estas personas tiene que ser una prioridad, porque para muchas de esas pérdidas todavía no se ha podido elaborar el duelo. Y ahora que la Navidad ha llegado, para ellas está siendo un momento duro, difícil, por eso queremos transmitirles todo nuestro cariño y apoyo.

Y no queremos terminar el año sin pensar en las personas que ahora son llamadas en los medios “grupo de riesgo”, a las que queremos cuidar pero que no sabemos muy bien cómo, porque como decía la psicóloga Ana Tejedor Urra,evitamos los contactos familiares pero, a la vez, quizás sin darnos cuenta, o quizás conscientes de ello pero asumiendo los costes, alimentamos la sensación de soledad, de vulnerabilidad, restamos presencia y disminuimos los encuentros intergeneracionales beneficiosos para mayores y pequeños… y también para los que estamos en medio”.  Ojalá seamos capaces de encontrar ese equilibrio entre el cuidado y el acompañamiento. En nuestro vídeo para felicitaros la Navidad podréis ver que  con pequeños gestos, estando cerca o no, podemos demostrar cariño, amor y cercanía.

Procesar todo lo que ha pasado en 2020 nos va a llevar más tiempo de lo que pensamos, sobre todo porque 2021 todavía está rodeado de incertidumbre y sabemos que el ser humano no vive bien en esa posición. Así que no nos va a quedar más remedio que ir adquiriendo herramientas para poder vivir mejor esta situación y tratar de conseguir, como decía la catedrática de psicología Ana Martínez Pampliega, un crecimiento post-traumático, es decir, que ante el sufrimiento y la angustia tengamos una visión optimista.

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