Dicen las personas expertas en infancia que una familia es mucho más que resolver las necesidades básicas de nuestras hijas e hijos como la alimentación y el vestido. Que tiene una gran incidencia en su desarrollo social y emocional. Que es allí donde adquieren las habilidades necesarias para afrontar la vida como personas adultas y poder desarrollar todo su potencial. Que es donde aprenden las diferentes formas de ver el mundo, pensar, comportarse y valorar su vida y la de las demás personas.
Mi experiencia profesional trabajando con familias y mi propia experiencia personal, como miembro y madre de una, me llevan a creer en esta afirmación. Y pienso que en esta tarea de crear un entorno seguro para criar a nuestras hijas e hijos nos ayuda tener un proyecto de familia construido conjuntamente.
Un proyecto de familia es simplemente el modo en que un grupo familiar quiere vivir. Es muy útil para la convivencia, superar dificultades y mejorar continuamente. Pero una y otra vez comprobamos que no es fácil encontrar un tiempo para hacerlo y cuando se tiene, no se sabe muy bien de qué forma ponerlo al día.
Reflexionemos sobre nuestro proyecto de familia
Os propongo un pequeño ejercicio de imaginación. Vamos a pensar que nuestro proyecto de familia es nuestra casa. No lo hacemos de manera rutinaria, pero de vez en cuando toca hacer “limpieza general”… nos ponemos manos a la tarea, ¿con qué nos encontramos entonces?…
Lo primero que hacemos es abrir todas las ventanas para ventilar y que entre la luz. Echamos un primer vistazo general y decidimos porque habitación comenzar, vamos una a una, dedicando el tiempo necesario.
En esta primera mirada, encontramos objetos que teníamos olvidados, una foto de un viaje o una taza que me encantaba para tomar el té y que poco a poco se ha ido quedando al fondo del armario… la cojo, comparto con alegría mi hallazgo, recuerdo su historia y agradezco el haberla recuperado.
También encontramos cosas rotas o que hemos dejado de utilizar porque ya no nos son útiles, un reloj sin pilas, o un jarrón rajado del que se derrama el agua. Tenemos que decidir qué hacer con ellas… ¿le volvemos a poner pilas, lo arreglamos o decidimos desprendernos para que deje espacio libre?
¿Cómo recibimos lo que nos sugiere nuestra pareja?
De repente mi pareja tiene una idea, ve muy claro que tenemos que mover ese mueble que tanto me gusta a la otra pared… ¿cómo reacciono?… ni me lo planteo, a mí me gusta donde está, me he acostumbrado a que esté así… o escucho sus razones y empezamos a debatir posibles opciones, pros y contras… o pienso que para qué molestarme en dar mi opinión, si total siempre se sale con la suya… ¿cómo llegamos a un acuerdo que nos satisfaga?
Seguimos avanzando con la limpieza, revisando esos lugares más apartados, menos transitados de nuestra casa y descubrimos una grieta con mala pinta. Puede ser que sea reciente o que supiéramos que estaba ahí desde hace tiempo, pero se nos había olvidado porque no está a la vista. Sin embargo, pensamos que igual es tiempo de hacer algo con ella… ¿será suficiente con una mano de pintura que le podamos dar o tendremos que contar con una ayuda más profesional?
Casi casi hemos terminado ya. ¡Oh no! me doy cuenta de que en mi afán de limpieza he hecho trapos con la camiseta preferida de dormir de mi pareja. No termino de entenderlo, pero le da un gran valor sentimental… ¿es suficiente con un “lo siento”? ¿cómo puedo compensar su pérdida? ¿qué sentiría yo si hubiera sido al revés?
Ahora sí. Miramos a nuestro alrededor con satisfacción. La casa está más luminosa, con nueva energía. Aunque no hemos hecho grandes cambios, la sentimos más cómoda, más adecuada a nuestras necesidades actuales.
El pararnos y mirar cómo estamos viviendo nuestra familia en este momento nos ayuda a fortalecer nuestra pareja, a buscar herramientas y recursos para el camino y a como dice Anna Mascaro “a hacerlo lo que mejor sabemos con el nivel de consciencia que tenemos”.
Elena Ruiz, psicóloga.
Esto es lo que queremos hacer a través de Family check, un programa online gratuito dirigido a parejas para revisar vuestro proyecto de familia.
A lo largo de cuatro sesiones podrás reflexionar con tu pareja sobre vuestra convivencia, cómo tomáis las decisiones, cómo podéis mejorar la comunicación, cómo podéis convertir las crisis en oportunidades…
En la medida en que fortalecemos la pareja mejoramos el sistema familiar. Muchas veces la rutina no nos deja pensar y necesitamos parar y reflexionar sobre cómo queremos que sea nuestro proyecto. Family Check os dará la oportunidad de hacerlo.
Se trata de cuatro sesiones de dos horas durante los jueves del mes de junio: 3, 7, 17, 24. Horario de 18:00 a 20:00 h.
Una vez os inscribáis en este curso, os enviaremos un correo con un documento para que rellenéis con una breve presentación de vuestra familia. Posteriormente os realizaremos una entrevista personal (telefónica u online) para ver si el programa se ajusta a vuestras necesidades y explicaros cómo será el taller.
Las plazas son limitadas y os podéis inscribir hasta el hasta el 28 de mayo. Reserva tu plaza gratuita.