Historia de una madre y un padre feministas que al final no lo eran tanto

niña y niño superhero

Esta es la historia de una madre y un padre que estaban muy concienciados con el tema de la igualdad de género, pero que los hechos demostraron que no lo estaban tanto.

A su hija le encantaba vestir de superhéroes y siempre se disfrazaba de Spiderman. Cuando iban a las grandes superficies a comprar ropa, veían con decepción que en la sección “niños” estaban los superhéroes y en la sección “niñas” las princesas. Además, su hija se acercaba a la zona donde vendían ropa interior y buscaba en balde bragas que tuvieran dibujos de superhéroes, puesto que  todas tenían dibujos de princesas, gatitos o unicornios. Padre y madre escribían a las empresas para quejarse y estas siempre les contestaban que tenían razón, que tratarían de cambiarlo, y poco a poco la sección niñas y  la sección niños dejó de aparecer escrita y empezaron a fabricar por fin las bragas de superhéroes. Pedir bragas con superheroínas ya era una heroicidad porque para eso tenía que cambiar la cultura cinematográfica.

Por las noches, su padre y su madre le leían cuentos de mujeres científicas, historias de Mafalda o de niñas que son lo que quieren ser… En casa la hija veía como aita y ama limpiaban, cocinaban, le iban a buscar al cole… más o menos por igual. También le explicaban lo que no tenía que aceptar una mujer, que no tenía que reírse de los chistes machistas, que tenía que aspirar a la igualdad…., hasta que un día la vida les puso sobre la mesa sus propias contradicciones.

Un cachete en el culo “cariñoso”

Concretamente, una tarde de un sábado, un amigo de la familia saludó a la hija dándole un cachete en el culo “en modo cariñoso” y ella comenzó a gritarle que el culo era suyo y que no tenía por qué tocárselo, que no le gustaba nada que hiciera eso. El amigo, estupefacto, comenzó a reírse y a hacer gestos como diciendo “a esta niña qué le pasa”…

Su aita y su ama, que conocían a este amigo desde la infancia, no supieron cómo reaccionar. Estaban entre la tentación de tranquilizar a su hija y decirle que no era para tanto o decirle al amigo que no tenía que hacer eso. Desgraciadamente en ese momento incómodo optaron por la versión de tranquilizar a la niña y no decirle nada al amigo.

La hija, enfadada, al volver a casa preguntó a su madre y a su padre por qué algunas personas, e incluía a mujeres y a hombres, saludaban dando un cachete en el culo. Estos, rojos de vergüenza por no haber sabido reaccionar, le contestaron que el cachete era inaceptable y que tenía razón al haber reaccionado así.

Por la noche, la madre y el padre estuvieron reflexionando sobre la situación y se sorprendieron de que tanto el gesto machista como el de abuso estén tan interiorizados que el hecho de reprobarlo les hacía sentirse incómodos.

De hecho, lo del cachete en el culo se repitió más veces por parte de mujeres y de hombres, pero en esas ocasiones su ama y su aita reaccionaron recriminando su actitud a la persona adulta. La mayoría no lo entendió, ni se lo tomó bien, es más, les tildaron de histéricos, de exagerados y de paranoicos, pero ya se sabe que todo cambio tiene sus resistencias y que cuesta llegar a la meta.

Al menos la hija tenía claro que aquella actitud era inaceptable.

Andrea Alfaro. BBK Family

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