Mi hija tiene 14 años y se ha vuelto muy agresiva conmigo, no sé qué hacer
Antes de nada, nos gustaría agradecer tu participación en este espacio sobre educación y crianza. Nuestro objetivo es acompañarte en la búsqueda de reflexiones para que encuentres soluciones a dudas que te puedan surgir en esta tarea de educar, a veces muy complicada.
La agresividad es un mecanismo de defensa que la especie humana tiene para hacer frente a amenazas o retos de supervivencia. Durante la adolescencia, chicos y chicas viven un reto importante: pasar de la vida infantil a la adulta. Esto supone cierto estrés que tienen que vivir con un sistema emocional y racional en plena maduración aún, pudiendo aparecer algunas reacciones agresivas “a modo de defensa”, que pueden ser más llamativassi se juntan con algunos condicionantes.
Si no hay muchas competencias de autorregulación de las emociones, hay mucha vivencia de estrés, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración y/o un modelo agresivo de funcionamiento en su cuadrilla de iguales o en la familia, es más probable que aumente la posibilidad de comportamientos agresivos más recurrentes.
Madres y padres son las figuras con las que adolescentes se “confrontan” para autoafirmarse y con las que pueden desahogarse más, siendo unos de los principales receptores de la agresividad si no hay un buen control de la misma.
Por ello, ya desde la infancia, es necesario insistir en una serie de factores de protección para la gestión adecuada de emociones, que deberán potenciarse también en la etapa adolescente. El comportamiento agresivo o la violencia no es una opción sana de relación, por lo tanto, hay que prevenirla y actuar ante ella.
FACTORES DE PROTECCIÓN
Los factores de protección van encaminados a promocionar la canalización adecuada de las emociones y facilitar una autoimagen positiva.
PRESENCIA DE LOS PADRES Y MADRES
A veces, ante ciertos comportamientos de niños, niñas y adolescentes es difícil mostrar una aceptación incondicional y permanecer como figura referente firme. Sin embargo, necesitan sentir esa permanencia y que no nos alejamos a pesar de su cuestionamiento. Habrá que ver cómo marcar unos límites sanos, en todo caso.
PONER PALABRA A SUS VIVENCIAS
Estar abiertas a escuchar sus vivencias, sus preocupaciones, sus “cosas”… Que hable de sí misma y podamos poner palabras cuando ella no puede. “Eso te hace sufrir” “Eso te gusta y te sientes capaz de hacerlo”…
En definitiva, ejercer una escucha activa. Para ello:
- Centrarse sólo en escuchar a la niña. Sin distracciones. Por supuesto, no se puede escuchar de verdad si se está a la vez haciendo otras tareas…
- Contactar visualmente , sonreír ligeramente mientras se escucha
- Escuchar sin interrumpir…
- Parafrasear, añadiendo emoción. Se trata de mostrar de vez en cuando a la niña que la hemos escuchado y reconocemos la dificultad de lo que cuenta o las emociones que puede sentir. “Y entonces, ¿dices que no sabes cómo hacerlo? Te sientes nerviosa por ello”
- Usar un lenguaje adaptado a la edad de la niña, sin entrar en “colegueos”.
TERNURA
Se trata de dar y recibir de forma cotidiana expresiones de afecto: besos, abrazos, mensajes cariñosos , escucha, tiempo compartido …No utilizar chantajes emocionales , la presión excesiva por resultados , el juzgar a la persona por determinados comportamientos … Aunque creamos que las adolescentes “pasan de eso” e incluso lo rechazan , desean sentirlo y escucharlo … hay que aprovechar los momentos que están más receptivos e ir ajustándose .
Evitar etiquetarles de “agresivas”, “problemáticas” ya que estas expresiones identifican su persona con esas cualidades y el cambio entonces es difícil. Si soy “agresiva”, tendré que seguir siéndolo para ser alguien. Si lo que tengo es un problema para gestionar mi agresividad, podré actuar sobre ese problema para cambiarlo, para que disminuya o que desaparezca.
MIRADA POSITIVA A LA VIDA Y A UNA MISMA
Se trata de educar en la alegría y el optimismo realista y ver lo positivo de las cosas. De esta forma, compartir la risa, la alegría… A veces, las personas adolescentes se refugian en el enfado, en la tristeza… poder rescatar momentos de risa les ayuda mucho.
Pepa Horno hace una reflexión de la importancia de Educar en la Alegría en su libro Educando la Alegría 2017 Editorial Desclee de Brouwer.
LA NORMA
Las normas dan seguridad y son necesarias para los adolescentes. Su deseo de autoafirmación frente a la persona adulta, puede hacer que pongan en jaque nuestras normas. Es necesario que permanezcamos como personas firmes de autoridad, pudiendo reforzar sus logros y quizás invitándoles a participar en la concreción de alguna de ellas.
La disciplina positiva se caracteriza por crear un marco de normas, entendidas como “guías” para dar seguridad:
- Con el uso de refuerzos positivos , no tanto castigos
- Con formulación positiva de las normas
- Concreción de los límites
- Sin rigidificación y con la posibilidad de participación de la niña en concretar algunas normas y sus consecuencias, según la edad.
- Compatibilizando afectividad y firmeza.
- Reconociendo las emociones y deseos que hay debajo de las conductas de niños y niñas , incluidas las que implican un ruptura de normas
BÚSQUEDA DE PROPIOS RETOS Y AUTONOMÍA
Es necesario responsabilizarles de sus proyectos propios y familiares, sin dejarles en la soledad. Que puedan hacer cosas de las que sentirse orgullosos, reforzar sus esfuerzos como un logro en sí mismo, no tanto los resultados. Las actividades deportivas, de ocio, hobbies…pueden ayudarles a encontrarlos.
AYUDA EN LA AUTOREGULACIÓN
En general, todas las pautas anteriores ayudarán al autocontrol. También podemos facilitarles una serie de técnicas que les ayuden a identificar pensamientos y sensaciones corporales que pueden llevar al descontrol y comportamiento agresivo. En esta guía elaborada por Inma Arayo López del Centro de Día al Menor de edad de Alborada aparecen algunas pautas muy interesantes de cómo abordarlo en familia. https://psicopedia.org/wp-content/uploads/2013/07/Manual-de-Autocontrol-Adolescentes.pdf
Técnicas de la Respiración Profunda , Técnica del Volumen Fijo , del Tiempo Fuera , Irse, Auto verbalizaciones , Pensamiento Positivo … Y otras como : música relajante – paseos – deporte – una afición relajante: pintar, nadar, cantar, puzle, tocar un instrumento musical,… – charlar con una persona reflexiva – leer – escribir – realizar alguna tarea manual …
AUTOCUIDADO DE LA FAMILIA
Siempre es necesario que padres y madres tengan espacios de autocuidado: quedar con amigas, hacer deporte , hacer relajación … Cuando se tiene un hijo adolescente , la presión puede ser mayor y es imprescindible encontrar esos momentos para poder reaccionar adecuadamente al maremágnum que puede aparecer en casa. Si vemos que podemos perder el control, es mejor irse y decir que es para tranquilizarse y luego volver.
CUÁNDO PREOCUPARSE
En general, podríamos decir que la persona adolescente está más vulnerable a poder desarrollar algún comportamiento más agresivo si coinciden algunos factores personales, familiares y sociales. Sin embargo, no es admisible la violencia y es necesario trabajar desde la familia los anteriores factores de protección y si hay manifestaciones agresivas hacia padres y madres o con otras personas, repetitivas y/o se convierten en la forma de relación por excelencia ante la frustración, hay que pedir ayuda profesional.
Euskarri, Centro de Intervención de Violencia Filio-Parental plantea una serie de preguntas a familias preocupadas por la agresividad de sus hijos e hijas hacia sus padres y madres. Si las respuestas a preguntas de este tipo son afirmativas, es necesario pedir ayuda profesional. De la misma forma que si no se producen en el entorno familia, pero sí en otros.
- ¿Sientes miedo a molestar a tu hijo/a y evitas hacerlo?
- ¿Vas con “pies de plomo” para adivinar sus deseos y/o necesidades?
- ¿Te empuja, golpea, pega puñetazos, destruye objetos, daña tus pertenencias las de otros miembros de la familia?
- ¿Amenaza con hacerte o hacerse daño cuando no satisfaces sus demandas?
- ¿Te ridiculiza, humilla ante tus familiares o amistades?
- ¿Te critica constantemente y te hace callar?
- ¿Amenaza con marcharse de casa si no haces lo que quiere?
- ¿Te culpa de su comportamiento?
Esto puede hacerse a través del Servicio Médico Familiar o de Bienestar Social de Ayuntamiento para hacer una derivación a algún recurso de atención psicológica y/o socioeducativa , un Centro de Atención Psicológica privado especializado en la Atención a la Adolescencia o a alguna asociación o centro como Euskarri.
RESUMEN
SI A:
- Cultivar un clima de educación en emociones
- Enseñar a cómo autorregularse
- Prestar atención ante posibles señales de necesidad de ayuda especializada
NO A:
- Tirar la toalla
- Ocultar el problema o minimizarlo
OJO CON:
- Dar ejemplo negativo con comportamientos agresivos
BUSCA TUS PROPIAS RESPUESTAS
Te invitamos a crear respuestas propias a preguntas sobre este tema. Las orientaciones que proponemos son generales y pueden ayudar más o menos, en función de cómo sea la realidad de cada niño, niña y familia. Respondiendo a estas preguntas, podrás añadir la motivación emocional y el contexto cercano real para poder hacerlo.
- ¿Cómo es tu hija? ¿Qué le gusta hacer?
- ¿Qué cualidades positivas tiene tu hija?
- ¿Qué experiencia has vivido antes en la que tu hija se comportó de manera diferente a la agresiva ante una frustración?
- ¿Cuándo fue, cómo fue, qué pasó?
- ¿Qué pusiste de tu parte para que fuera así?
- ¿Qué cualidades tuyas te ayudaron a conseguirlo?
- ¿Qué harás estos días para relacionarte con tu hija y ayudarla a otro tipo de reacción no agresiva?
Esperamos haberte ayudado con estas reflexiones en tu búsqueda de ideas. Un saludo y muchas gracias de nuevo.