La prohibición
En la puerta había una gorra negra. Cada vez que había algo colgado, ni hermano y yo no podíamos entrar en casa. “Ni se os ocurra” había dicho mi madre. Algunos días colgaban boinas, otros, gorros de trabajo o sombreros elegantes de colores oscuros, a veces, con pluma… Mi hermano y yo cogíamos y jugábamos simulando ser distintos personajes. Si oíamos pasos, los volvíamos a colgar en su sitio, porque después siempre salía un hombre que se ponía nuestro disfraz y nos revolvía el pelo con cara de contento.
Andrea Alfaro
La carta del Olentzero
En una tarde de marzo se encontraba Xama rebuscando juguetes entre los cajones de su habitación. En uno de ellos encontró una carta en blanco para el Olentzero. Rápidamente cogió un boli y empezó a escribir.
En ese momento apareció su hermano y al ver que en la lista aparecían distintos tipos de coches, le cogió de la mano y se lo llevó al cubos de envases. Cogió un bote de detergente vacío y cuatro tapones. Con todo ello hizo un súper coche molón y único. Al verlo, Xama cogió el boli y tacho todos los coches que tenía apuntados.
Txagu
Sin tecnología
Recuerdo mis años de niñez sin móviles, ni ordenadores, ¿qué era eso?, y el teléfono fijo era muy caro. Para quedar con los amigos del barrio quedamos a través de un código de silbidos, silbábamos 3 veces y ya conocíamos los silbidos, te asomabas a la ventana y así quedábamos para bajar a la calle. Donde estabas horas y horas hasta que tus padres pegaban un grito por la ventana para que subirías a casa porque era la hora de cenar. Bendita infancia, sin más preocupaciones que el disfrutar con los amigos sin más tecnología que la palabra.
Mónica Velasco
Patuaren indarra
“Zorionak! Bikiak izango dituzue!”, esan zien medikuak. Haiek elkarri begiratu eta une horretan bertan beraien seme-alaben etorkizuna erabaki zuten:
- Futbolaria izango da bata, abeslaria bestea.
- Messi eta Taylor Swift bezala!
Horrela umeek, txiki-txikitatik, gurasoek zehatz-mehatz diseinatutako planari ekin zioten halabeharrez: baloi, partida eta futbol kamisetak mutilarentzat; solfeo, soineko distiratsu eta mikrofonoak neskarentzat. Batzutan, entrenamendu edo musika akademiatik bueltan, bikiek lagunekin jolastera joateko eskatzen zuten. Erantzuna, ordea, beti berbera: horretarako denborarik ez.
Urteak joan, urteak etorri eta azkenean, patuaren indarraz, familia horrek amestutako seme-alabak lortu zituen: Taylor Swift-ek bezala jokatzen zuen futbolaria bata, Messiren pareko abesten zuen bestea.
L. Fernández.
El tridente de Poseidón
Érase una vez una familia que vivía en Atlantis. Se parecían a los humanos, pero tenían la piel azul. Un día notaron que el agua se movía violentamente y que la corriente era muy fuerte. Para saber qué pasaba fueron al templo de Poseidón, pero estaba triste. Había perdido su tridente. Entonces llamaron a sus primos los peces y a sus tíos los hombres-pez para pedirles ayuda. Buscaron por todas partes sin encontrarlo. Entonces decidieron hacer un pastel de algas para Poseidón y cuando fueron a cogerlas vieron algo brillante. ¡El tridente! Así el mar volvió a estar tranquilo.
Pablo Álvarez, Bilbao (10 años)