¿Y si aceptamos el parón y reconectamos con nosotras mismas?

No dejo de darle vueltas a un par de ideas desde que el coronavirus corona nuestras vidas ante el aumento de los días de encierro.

Voy descubriendo en el tránsito de estos días, la importancia de cuidarme yo para poder sostener a mi familia. Por momentos aparecen los enfados, las frustraciones, las apatías, las melancolías… un sinfín de emociones y situaciones que burbujean en este caldo del confinamiento. Si de por sí es complicada esta nueva cotidianidad en la que de repente el cambio de rutinas y sobre todo la perspectiva de estar confinado entre cuatro paredes, en vez de poder disfrutar de los paseos, de la actividad exterior, del contacto con la gente…,  además le sumamos el requerimiento de tele trabajar compartiendo horarios, tiempos y actividad con la familia y sosteniendo a su vez la responsabilidad formativa y de cuidado sobretodo de los y las más peques, podemos encontrarnos con un cóctel especialmente explosivo.

Yo no sé cómo estáis viviendo este nuevo escenario, pero sí sé que para mí, que soy exigente con mi trabajo y con el cuidado de mis hijas, me resulta francamente complejo y estresante. Y sinceramente me siento afortunada de poder mantener mi empleo, tener la posibilidad de hacerlo desde casa, pudiendo estar con mis hijas… es evidente que es un gran privilegio frente a muchas otras personas y familias que efectivamente no pueden hacer todo esto… pero no podemos olvidar que las exigencias del mercado llevan implícita una pequeña trampa, propia del sistema, “tú que aún tienes trabajo, tienes que ser eficiente y dar el máximo, sigue produciendo.”

No más recomendaciones, por favor

Y empiezan a sobrarme los múltiples consejos que inundan las redes.  Por todas las esquinas me llegan nuevas propuestas sobre cómo organizar la vida con mis hijas, qué rutinas son las mejores para superar estos días, y las múltiples actividades que nos aportan las redes sociales (recetas de cocina, manualidades, rutinas deportivas, apps de matemáticas, apps…). Todos los aspectos de esta nueva vida pueden estar pautados para hacer un uso cabal, eficiente y productivo. Y sí, todo mediado otra vez por el consumo. Y es que también ahora seguimos consumiendo voraces todo tipo de productos y actividades… Desde todos los rincones surgen nuevas, y muy bienintencionadas ofertas y consejos para una vida sostenible. Yo hoy simplemente he decidido que necesito parar, parar para estar, parar para poder trabajar y conciliar con mayor tranquilidad.

¿Y sí simplemente paramos, aceptamos el parón en seco que nos hace la vida y conectamos con nosotras mismas? ¿Y si respiramos y miramos a quién está enfrente? ¿Y si simplemente buscamos espacios de calma interior para poder llegar a la calma exterior? ¿Y desde ahí conectamos, miramos de verdad a quién está a mi lado, le descubrimos, reactualizamos sus nuevas necesidades y sueños, sus deseos y frustraciones…? ¿Y sí simplemente estamos con nuestras hijas, nuestros compañeros y  nuestros seres queridos? Y es que me doy cuenta de que quiero también disfrutar de esta “reclusión”, quiero parar el tiempo y disfrutar de mi familia.

Había pensado en aportar todos mi conocimiento sobre el cuerpo y qué cosas maravillosas podemos realizar para sentirnos mejor a partir de ejercitar el cuerpo, pero no, no me voy a sumar a proponer más consejos y rutinas a añadir en vuestro día a día. Creo firmemente que cada una de nosotras sabe muy bien qué le viene bien para cuidarse y resguardarse de la tormenta, algunas harán ejercicio, otras meditarán, otras cocinarán… la importancia reside en encontrar un espacio personal donde nutrirse, coger fuerza para poder sostenerse y sostener.

Estos son mis retos para los próximos días, parar, parar de verdad, darme espacio a mí y a lo que aparece en mí, respirar, agarrar el aire en cada inspiración como aire nuevo que me renueva, tener momentos al final del día para volar con mi mente y sentirme parte de algo más grande y más humano, de las personitas que están en mi vida con su juegos y necesidades,  y del vecino que está enfrente aporreando con fuerza la olla a las 20:00 h de cada noche.

Anna Pallarés. BBK Family

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