Siempre nos han inquietado las carencias que se observan en el modelo deportivo. Por un lado, aquellas que están provocando la tendencia a la especialización temprana hacia una única modalidad deportiva, cuando los estudios evidencian que la práctica multideportiva es la más adecuada para el alumnado, permitiendo que éstos reciban una educación deportiva integral. Y, por otro lado, aquellas que no logran instaurar el hábito de mantenerse en la práctica deportiva diaria.
Los datos de sedentarismo, sobrepeso y obesidad, demuestran que en esto algo más se debe de hacer. Los últimos datos de obesidad, con la referencia del Estudio Nutricional de la Población Española, publicados en abril de 2020, en la Revista Española de Cardiología (REC), indican que casi el 40 %, en el caso de los niños de entre 3 y 8 años tiene sobrepeso u obesidad.
En 2020, en base a los criterios del estudio COSI de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de obesidad infantil y juvenil en España es de las más altas de Europa, tras Grecia. En Euskadi las indicaciones tampoco son muy halagüeñas según la última Encuesta Nacional de Salud. El 34 % de los niños y el 30,7 % de las niñas de entre 2 y 17 años tienen sobrepeso u obesidad.
Desde marzo de 2020, como consecuencia de la presencia de la COVID 19, la inactividad física aumentó sustancialmente, las extraescolares deportivas se pararon y las limitaciones a la práctica deportiva de los clubes hicieron que ésta se tornara intermitente.
Sin embargo, ahora que la situación lo permite, tenemos que volver al deporte y darle a éste el rango de prioridad en la familia, ya que se ha mostrado eficaz como instrumento para generar individuos íntegros, que puedan colaborar en impulsar la cohesión social y la integración entre diferentes, así como para llevar una vida más saludable.
Elige la actividad en función de la edad
Las familias pueden hacer valer para los suyos el potencial preventivo y curativo del deporte. Los beneficios físicos y mentales, el bienestar personal y colectivo, la calidad de vida, el desarrollo cívico, social, surgen de la promoción de un modo de vida físicamente activo y de la participación en actividades deportivas. Y esta práctica deportiva puede comenzar entre los 0 y los 2 años, identificando qué actividades son más convenientes para esta etapa, en la que la gimnasia y la natación para bebés suelen aportar muchos beneficios.
En la siguiente etapa nos centraríamos en la estimulación de la motricidad, lo que podríamos llamar el inicio de una vida deportiva, entre los 2 y los 5 años. Cómo inducir a la percepción de su propio esquema corporal, la conciencia del movimiento a través del ritmo y del espacio, la capacidad de comprensión de su estructura espacial y el mundo que le rodea, su lateralidad desarrollando las nociones de derecha e izquierda con su cuerpo como referencia y sus habilidades motrices.
La multiactividad físico-deportiva en niñas y niños de 6 a 12 años es la continuidad en la evolución de la Educación Deportiva. Concretamente, es la orientación a la iniciación deportiva, distinguiendo las etapas de desarrollo psicomotriz y cognitivo. Distingue, en función de la edad del menor, quién ha de decidir y qué ha de hacer deportivamente en la fase de 6 a 12 años. A los 6 años no ha de tomar las decisiones sobre qué actividad deportiva practicar. ¿Por qué? Porque simplemente no tiene conocimientos suficientes para tomar esa decisión. Se ha de proporcionar un abanico de multiexperiencias deportivas para que tengan argumentos en la elección. Lo contrario será una elección por imitación, o por influencia del entorno social en el que vive el menor.
Adolescencia y deporte, un binomio importante
El deporte en la etapa de la adolescencia es clave. Se profundiza en las cuestiones que incitan al o a la joven a realizar deporte, y como implementarlas para que la práctica deportiva no desaparezca. Todo desde una perspectiva de pautas para que su práctica sea saludable; con recomendaciones a darles para que practiquen deporte. Recuerda en esta etapa que la práctica saludable no se mide a través del contador de un cronómetro o de una clasificación deportiva; se mide a partir de la satisfacción personal por el disfrute de la propia práctica deportiva.
Y es que el arte de educar deportivamente es un acto de amar a los tuyos. La vida de tu prole será consecuencia directa de los hábitos que adopten, enséñales a elegir los adecuados. Por ello, si logras incorporar buenas costumbres en los tuyos, su vida será mejor, más completa, y será gracias a ti, a tu esfuerzo por protegerles.
Oskar Martín, autor de la guía “Tu Tribu, Saludable” y fundador de ACTIOSports y Sheila Lago de ACTIOSports
Material de la mediateca de BBK Family que te puede ayudar:
Tu tribu, saludable: Educación deportiva
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