Cómo abordar los desvelos nocturnos de mi bebé

A cualquier situación de despertares nocturnos ya de por sí difícil, podemos encontrarnos el terrible aderezo de los desvelos nocturnos. No solo nos encontramos que un niño que se despierta varias veces en la noche, sino que además, decide estar despierto de tres a cinco de la mañana de lunes a domingo. Para resolver estos desvelos nocturnos, tenemos que volver al día. Una de las razones más habituales para que nuestro hijo se encuentre con estos desvelos tan difíciles de sobrellevar es que está sobre-cansado a la hora de dormirse.

Por tanto, en primer lugar, revisa sus horarios, revisa la cantidad de siestas que necesita, revisa también la hora de iniciar o acabar el día, porque estos serán los momentos clave que van a hacer que acabes con estos despertares interminables.

Otra de las razones que pueden acarrear desvelos nocturnos, es un exceso de sueño diurno. Es menos habitual, pero cuando nos encontramos ante un punto de transición de siestas, cuando pasan de tres siestas a dos, de dos siestas a una, o cuando finalmente deciden eliminar la siesta que queda, podemos encontrarnos con estos desvelos nocturnos también, aunque como os digo, lo más habitual será que el niño esté sobreexcitado, sobre-cansado tanto en los periodos de sueño diurno como en la hora de dormir, y que esto le impida descansar de manera más continuada en la noche.

Cómo abordar los despertares largos de la noche

Ahora que sabes las razones por las cuales pueden ocurrir estos desvelos, quizá te encuentres todavía (mientras vas solucionando estas dificultades) con cómo abordar verdaderamente ese momento de despertar de hora y media, de dos horas en mitad de la noche. Lo más importante es que tengas en cuenta que estamos en horario nocturno, por tanto, todo lo que ocurre en las horas de la noche, debe de ser dentro del dormitorio. Será mala idea salir y repetir la rutina de sueño, ir al pasillo a revisar los cuadros, asomarse a la ventana o reiniciar la noche como si fueran de nuevo las ocho y media para intentar que al niño se le olvide y se vuelva a dormir.

En la noche, en los desvelos, aburrimiento, quietud, no encender luces, intentar dar el menor soporte posible que necesite el niño, acompañamiento, tranquilidad y ser los padres más aburridos del mundo. Esta es la manera en la que el desvelo nocturno durará lo menos posible.

Hay un tipo de desvelo que solemos confundir con el inicio del día, lo llamamos despertares tempranos. Es ese momento en el que tu hijo a las seis de la mañana se despierta con toda la energía del mundo para iniciar  el día. Solemos creer erróneamente que no necesita seguir durmiendo más, de tal manera que iniciamos el día y nos encontramos que ese despertar temprano cada vez ocurre antes.

Es habitual, cuando estamos en procesos de asesoría de sueño que los niños empiecen a madrugar un poco más durante el proceso ya que están de pronto durmiendo muchas más horas de las habituales. Por tanto, tanto si es una situación que ha ocurrido fruto del proceso de mejoría del descanso (si vuestro hijo lleva de pronto seis horas durmiendo seguidas, que no las ha dormido nunca puede levantarse con esa sensación de euforia de querer empezar el día) como si es una situación habitual que lleva instalada en vuestra casa, aderezando los despertares nocturnos, desde hace tiempo, el tratamiento es el mismo.

Nos encontramos en horario nocturno hasta la hora de inicio del día que hayáis definido, en comportamiento será exactamente el mismo que si fueran las dos de la mañana: tranquilidad, quietud, aburrimiento y acompañarle de nuevo hacia el sueño.

Sara Traver

Taller de masaje infantil

 

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